Rosas para Naruto [NSN]

~Día 2~

El rubio volvía de la misión que se alargó todo el día de ayer y parte de esa mañana. Se preguntaba quien le abra dejado esa rosa, nunca había visto de ese tipo en la florería Yamanaka. Luego irá a preguntarle a Ino si se la compraron por encargo.
Decidido fue hacia su casa, para buscar la bella rosa, admirarla y llevarla a la florería. Cuando entro a la florería escucho el tintinear de las campanas que anunciaban su llegada, buscando con la mirada a la rubia que se encontraba sobre una mesada.

–¡Ino!- grito alegre el de los zafiros, la de morado volteó a verle y le sonrió en respuesta.

–¿Naruto?, Hola, ¿que te trae por aquí?- preguntaba mientras se acercaba, al llegar le revolvió la melena dorada, sacándole una risita.

–Me preguntaba si me podías ayudar con esto- dijo extendiendo la rosa a ella. Ino la tomo entre sus manos viendo cada detalle que tenía.-Queria saber si alguien te a pedido de este tipo de flores.-continuaba rascándose la nuca en un acto de nerviosismo.

–Es muy linda, pero nosotros no vendemos de este tipo de rosas.- dijo regresándole la rosa al desanimado fan del mono naranja que desvío su mirada -¿Sabes?- El le prestó atención subiendo la mirada- Se las creía extintas a esta variación. Significa que alguien tiene una planta de estas. Eso reducirá tu rango de búsqueda un poco. Espero y tengas suerte encontrando a esa persona.

Se despidió de la Yamanaka y salió de la florería, sin muchas opciones regreso a su casa. Cuando iba subiendo las escaleras vio sobre la alfombra de su casa otra flor igual a la que tenia en la mano, curioso se acerco y la tomo. Vio cada detalle, está también tenía una etiqueta.

"Yo no le tengo miedo a nada, pero todavía no me explico por qué tiemblo cada vez que te veo..."

-Tu luna.

Sonrió levemente, acerco la rosa a su nariz y sintió el rico aroma que desprendía. Miró a su alrededor, luego al atardecer y a la luna que se asomaba lentamente por el horizonte. Entro en su casa, fue directo a su habitación y dejo las rosas de el florero. Se fue a bañar, se puso su pijama y se preparó su cena. La cual comió admirando a la luna por su ventana con una enorme sonrisa y un brillo en sus ojos.

Para alguien en ese mundo era lo suficientemente importante como para tenerlo en cuenta.