capitulo 003||Perspectiva De Cristofer

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Nos reunimos por última vez en el aeropuerto, deseandonos suerte para que todo saliera bien, estaba eufórico, iba a ser emocionante.

Al ver que se fue Diane, inmediatamente salimos corriendo hacia el carro, en donde arrancamos y nos dirigimos a la casa de las víctimas.

Al llegar, estaba muy nervioso, no sabía que pasaría, si nos iban a describir, si iban a llamar a la policía, cualquier cosa podría pasar.

Al entregarme al niño, agarre el primer peluche que encontré, había leído que un niño se sentía cómodo si tenía al que fuese de su casa, el niño sentiría un poco de seguridad al tener un muñeco.

Creo que sería una de las razones las cuales los niños cuando van a salir siempre llevan un muñeco o peluche. Era interesante.

Monte al niño a el carro, él niño se movía lentamente en su asiento, miraba constantemente a este nervioso, no quería que despertará y empezará a gritar.

Al llegar, cargue al niño y lo lleve hacía la cabaña, para llevarlo a la sala en donde lo acosté en el sofá, arrope junto a su muñeco.

–Café, dónde está el maldito café.

Cuando estaba nervioso, usualmente siempre tomaba una taza de café, así que decidí hacerme una taza de este. Al terminar de colar el café, me senté en un sillón individual dispuesto a tomar de la taza, al tomar el primer sorbo de este sentí un gran alivio dentro de mi ser, sentir aquel amarga pero satisfactorio para mí ser. Era increíble.

Al cabo de unas horas, pude ver cómo el niño poco a poco abría sus ojos, dejando ver aquellos ojos azules.

Este se sentó en el sofá tallando con sus pequeñas manos, sus mejillas se volvían rosadas, su piel clara hacia resaltar estos.

Pero todo eso acabo cuando escuché sollozar al niño.

–¿M-Mami? ¿Dónde está mi mamá? –sus ojos se empezaron a cristalizar.

–¡N-No! No llores, tranquilo. Tu mamá está bien, está algo ocupada así que me dijo que te cuidara.. pronto volverás con ella ¿Está bien?

Este me miraba confundido, pequeñas lágrimas salían de sus grandes ojos, su nariz, orejas y mejillas se fueron enrojeciendo. Dando a avisar que iba a empezar a llorar.

Y no debía dejar que pasará eso.

–¿Quieres ver televisión?

Este asintió soplando su nariz.

Fui pasando los canales hasta que hizo una acción dando a entender que dejase el canal en donde estaba.

–¡Oh! ¡Oh! ¡Si, déjalo en ese canal!

Este se acomodó mejor en el sofá, yo solo me senté al lado de él, este solo abrazo con fuerza su peluche.

Suspiré aliviado, que bueno que había que pude calmar al niño y evitar que pasará algo más.

Al cabo de unos minutos, me marque a mi compañero Daniel, este respondió de inmediato.

–¿Aló? –dije jugando con mis dedos en la cocina.

–¡Hola! ¿Cómo está todo por allá? –podia escuchar sollozos, al parecer eran de la madre.

–Bien, todo bien, casi el maldito se pone a lloriquear como un bebé mimado, no pensé que sería tan complicado–.

Escuché como la madre empezó a golpear a Daniel, queriendo saber si su niño estaba bien, esto me irritó.

–¿Qué pasó? ¿Debo matar al niño? –dije con seriedad, tenía curiosidad de saber.

Este negó y colgó el teléfono.

Por lo que suspiré, busque un envase en donde servi helado, fui hacia el niño y se lo entregué, este sonrió ampliamente.

–¡Gracias! –dijo mientras agarraba la cuchara y empezaba a comer de este, mire la televisión algo aburrido, hasta que el niño volteo a verme.

–Quiero ir al baño.

Me quedé perplejo ante su comentario, no sabía que decir.

–Pues ve al baño, está en el fondo a la izquierda –dije serio, no quería lidiar con ese mocoso.

Este nego.

–No se ir sólo –dijo apenado.

Me estaba empezando a irritar.

–Pues, tendrás que hacerte encima porque yo no te llevaré al baño, estás muy viejo para eso –rodee los ojos fastidiado.

De repente, el fuerte olor a excremento penetró las cuatro paredes.

–¡Maldita sea! ¡No era literal, maldito mocoso! ¡Mierda! –empuje al niño del sofá, este cayó al suelo al igual que su helado, quite el cojín del sofá enojado.

Él niño vio su helado, en el piso, sus ojos se cristalizaron, su barbilla temblaba. Hasta que comenzó a llorar con fuerza.

–¡Coño! ¡Cállate! –tire el cojín al piso.

Grito con fuerza, lágrimas caían de sus mejillas mojando su cuello, su rostro se torno a un color rojizo.

–¡Quiero a mi mamá! ¡Quiero ver a mi mamá! –abrazo sus piernas para empezar a columpiarse. Lleve mis manos a su cabeza y negué lentamente, era frustrante.

–Niño, mañana verás a mi mamá, ahora ve al baño maldita sea y por primera vez en tu vida haz algo productivo –dije señalando la puerta del baño, él niño se levantó, corrió hacia la puerta para adentrarse en el cuarto y cerrar la puerta con fuerza.

–Coño, ahora mi maldito cojín huele a mierda.

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Hola chicoooss.

Autora reportándose.

Perdonen la inactividad, mi teléfono se dañó y luego me quedé sin wifi, pero ahora trataré de ser más activa :'3.

¡ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO!

Se les ama <3

Secuestros perfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora