Monólogo||La Vida De Diane

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Mi nombre es Diane Sanders, nací en Texas en 1997, mi padre nos abandono a mi junto a mis 6 hermanos.

La primera se llama Lisa.

Él segundo Nelson.

Él tercero Javier.

La cuarta María.

La quitan Diane (es decir, yo).

Y el sexto Roberto.

Mi madre dió todo su esfuerzo para hacernos felices. Darnos una vida en la que podamos ser felices.

Todos trabajábamos, los mayores trabajaban como en restaurantes o negocios.

Y los menores vendían cosas.

Mi madre limpiaba casas de personas millonarias, además era niñera.

Nuestra vida tampoco era tan fácil, habían veces que nos robaban o nos maltrataban.

Pero, llegó algo terrible.

Mi hermana Lisa se había embarazado. ¡Y tenía apenas 15!

Mi madre se estresó, no lo podía creer que su pequeño angelito mayor se había embarazado. Por esa razón trabajamos al doble.

La bebé nació, era hermosa. Al tenerla en mis brazos me sentía feliz por ser tía, en esos tiempos claro tenía como 13 años pero tenía una idea de cómo era la felicidad, el sentimiento de tener ese miembro en la familia.

Hasta que llegó a la casa.

¡Eso era llantos, vomitos, pañales sucios, talco, cremas!

¡Hasta tenía más ropa que yo!

Mi mente de 13 años estaba molesta de tener ese engendro del demonio metido en la casa.

Fue mala idea haberse embarazado.

Después de varios años la niña por fin fue a la escuela. Por lo menos en la mañana no escuchaba sus llantos, Lisa pudo terminar su colegio y empezar la universidad.

Está estudio leyes.

Nelson, él era tranquilo, aunque salía de fiesta, bebía, fumaba, nunca se la pasaba en la casa. Ellos siempre peleaban, había veces que no volvía por días.

Pero algo cambio.

¡Este había llevado una novia allá a la casa!

Una bastante hermosa y educada.

Su nombre era Andreina. Nunca olvidare ese nombre.

Después de sus 7 años de relación se casaron. Hoy en día tienen 4 hermosos niños, pero ahora vive en New York.

Javier no hacía nada, se la pasaba en la casa cocinando junto a mi mamá, siempre estaban juntos.

Literalmente lo podían atropellar y no nos dábamos cuenta con el tiempo.

María era una niña hermosa, educada, estudiosa. La niña preferida de mamá.

Siempre se le pasaban juntas, reían, jugaban, mientras yo y Roberto teníamos que pasar tiempo juntos, igual no nos caíamos bien.

Pero llegó un momento catastrófico.

Le dió cáncer.

Todo el mundo de mi madre se había derrumbado, ya no era la misma, ni menos María. No teníamos dinero para sus medicinas o terapias.

Eso era frustrante, en ese año tenía 15 años así que hice turno doble en mi trabajo, de tarde a noche, le había dicho a mi madre que no me gustaba la escuela, así que me saco de ella y en el día iba a un mini turno en un restaurante de desayunos sirviendo y limpiando el lugar.

Mis hermanos al enterarse también empezaron a trabajar más.

Pudimos pagar sus terapias, se le caía el cabello, también se veía más débil, sin menos ganas de divertirse.

Era algo fuerte.

Después de todas esas terapias, medicinas y dinero gastado. Nos habían informado que ella había muerto.

Era cáncer de pulmón, habían recién pintado la habitación, sus pulmones débiles tampoco ayudaban mucho, agarro una neumonía sería haciendo que se ahogara y muriera.

Eso destrozo a toda nuestra familia.

La decidimos cremar, hoy en día está en un estante junto una foto de ella al lado.

Habría tenido un futuro exitoso.

Roberto descubrimos un día que era drogadicto.

Mi mamá no quería aguantar más penas y vergüenzas así que solo lo boto de la casa, este no volvió ni sé a tratado de comunicar con ella.

Yo mientras tanto.

Cuando cumplí los 17 años, decidí irme de mi casa, fue duro despedirme de todos ellos, mis seres amados con los que había crecido, compartido hermosos momentos, había ahorrado por bastante tiempo así que decidí ir a California.

En dónde hoy en día e pasado mis días.

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