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Junio 12, 2019
Eran las tres de la tarde con veinte minutos cuando comencé a sentir dolores de parto, al principio todo estaba controlado, incluso me pude bañar y terminar de arreglar las cosas de la bebé, pues pensé que no nacería hasta el 16 de junio como lo dijo mi doctor. Nate estaba más histérico que yo, checaba que todo estuviera en la camioneta (sí, tuvimos que comprar una luego de saber que en su carro no sería de lo mas seguro). A las cinco, los dolores fueron más fuertes, y fue cuando decidimos ir al hospital donde me recibieron mejor de lo que pensé.
— Tienes que calmarte, no te alteres porque la niña siente todo, respira profundo, yo estaré aquí todo el tiempo, tal vez me desmaye pero nada de que preocuparse. — Caminaba de un lado a otro, luego se sentaba y después de unos segundos se levantaba de nuevo.
— Nathaniel, la que tendrá a un bebé soy yo, no tú. — digo sonado lo más tranquila posible. Tenía miedo por muchas cosas, entre ellas estaba el saber que una persona de más de tres kilos saldría de mi. Los minutos pasaban lento, y mis dolores continuaban más fuertes que antes, pero la doctora decía que todavía no había dilatado lo suficiente. Me hicieron sentarme en la típica pelota con la que solía hacer mis ejercicios de embarazada, luego una enfermera me sobaba la espalda, luego nate, así estuvimos unas horas, hasta que Skyler se digno a querer nacer.
— ¡NATHANIEL! ¡DAME TU MALDITA MANO! — le grité ante el dolor que estaba sintiendo, ¿cómo había gente que tenía más de dos hijos?
Nathaniel sostenía mi mano, la cual era apretada a mas no poder, y por lo roja que estaba, sabía que le comenzaría a doler en unos instantes, aunque no era nada comparado con lo que yo sentía.
Dinora y Nate estaban a instantes de conocer a la niña que les robaría el sueño, la noche ya había caído en Lucerna, incluso podía decirse que estaba a nada de ser media noche.
La escena que se podía presenciar era la de una rubia sudando mientras pujaba, y la de su novio siendo sosteniendo su mano mientras esperaba el llanto de la niña.
11:59 pm, y el doctor lo llamó para decirle que se acercara porque su hija estaba a punto de nacer, oficialmente.
Nathaniel dejó la mano de su novia para ir y presenciar por primera vez el nacimiento de alguien, y este probablemente sería el mayor lazo que tendría con ella.
El llanto de la bebé se escuchó en toda la habitación, Skyler había nacido. Nathaniel en todo momento estuvo con ella, viendo que no tuviera problemas de respiración o algo por el estilo, la enfermera se la entregó siendo la primera persona en tenerla en brazos (quitando a la enfermera). Nate la miró, era pequeña, y sus manitas no dejaban de moverse, sabía que la cuidaría siempre sin importar nada ni nadie.
Dinora los miró, y en cuanto la tuvo en su pecho supo que todo había válido la pena, lloró viendo que ella era suya, y que sería su razón más grande para vivir. El doctor seguía dando datos de la niña, y fue cuando la enfermera repitió su hora de nacimiento.
12:01 am del 13 de junio del 2019. Como si el destino se hubiera puesto en su contra o algo parecido, la niña había nacido el mismo día que su padre biológico, ¿no pudo nacer antes de las 12? al parecer no, pero sería una historia digna de contar.
— Bienvenida al mundo Skyler Isabelle Hummel Hemsworth. — dijo él agarrando la mano de la pequeña.
