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13 de junio, 2020
SKYLER SE MANTENÍA en brazos de su padre mientras le cantaban las mañanitas. Suiza estaba con un clima agradable, por lo que la fiesta pudo ser en el gran patio trasero de la casa. La familia, y amigos estaba ahí, los mismos de siempre, los únicos que sabía todo y también las únicas personas en quien se podía confiar.
— ¡Feliz primer año Sky! — gritó Liam. — un año de cansancio eh. — dice haciendo que todos rieran.
Skyler, quien empieza a caminar, decide querer bajarse para gatear.
— Así empiezan, luego olvidate de poder cargarla de nuevo. — Le dice Chris, viendo cómo Sky se iba con su mamá.
— Skyler siempre me dejará cargarla. — Nathaniel se mostraba confiado al decirlo, pero Chris hizo un gesto que indicaba un "no, ni siquiera sabes que se viene en camino"
— Tienes que prepararte mentalmente. Ella crecerá. — Chris se va, y deja al pobre Nate con un sentimiento extraño. ¿Skyler lo dejaría al crecer? Pff, que duro sería eso.
Leonie y Craig hablan con su hija sobre cómo llevará la educación de la niña al crecer.
— Irá a una escuela de aquí, crecerá como una niña normal, así lo queremos Nate y yo. — Si de algo estaba segura ella, era que vivir desde niña bajo el ojo público era un desgaste, nunca podías hacer nada, cualquier error era expuesto.
— Excelente idea cariño, aunque nos hubiera gustado tenerlos en Australia, para evitar viajar tanto en un mismo mes. — a Leonie nunca le gustó viajar, pero al tener a su pequeña en Lucerna, le era imposible no hacerlo.
— Mamá, sabes que no podemos, pero no dudes que cuando Skyler crezca, iremos más seguido.
Leonie cambia tema, para no entrar en conflicto.
Por su parte, Chris y Liam mantenían una conversación alejados de todos.
— ¿Le dirás? — Pregunta Liam por segunda vez. Chris niega.
— Ella no sabrá nada de lo que pasó, no necesita problemas, ni angustias. — Liam lo comprende, y no menciona nada de eso.
— Esta bien, si eso es lo mejor, te apoyo. — Chris le da una mirada a su hermano, dando a entender que es lo mejor.
Chris estaba en su casa, la que había comprado junto a Elsa cuando se casaron. Ellos habían salido, y se tardarían en llegar, por lo que a duras penas tuvo que bajar al salón principal para ver fútbol.
— Lo que uno hace cuando no hay americano. — dice cuando comienza a ver un partido de la premier ligue.
El timbre de la casa suena, y entre bufidos y con un poco de trabajo llega hasta la puerta.
— Ya voy, ya voy. — dice antes de abrir y dejar ver a la única persona que no quería ver nunca más. — ¿Qué quieres? — pregunta el australiano en un tono no muy agradable.
Evans entró sin siquiera pedir permiso. Se le quedó mirado sin saber por donde comenzar.
— ¿Cuándo la encontraste? — suelta el mayor de los dos. Hemsworth aparenta no saber nada.
— ¿A quién? — Evans sonríe de manera incrédula.
— A Dinora, te fue a ver al hospital hace dos días, ¿cuándo la encontraste? — Hemsworth no se lo diría, no a menos que lo amordazara, y eso nunca pasaría.
— Eso ni siquiera es de tu importancia. — contesta el rubio. — Ha pasado tanto tiempo que ni siquiera tienes derecho a llamarla por su nombre.
Evans niega una y otra vez.
— Fui una mierda, lo acepto. — Chris hace una pausa. — Estaba cegado, fui un completo idiota, y no merezco saber de ella, pero la vi. — Hemsworth queda confundido, pensando en que lugar pudo haberla visto. — estaba frente al hospital, el día que pensé visitarte. Vino por ti porqué sabía lo que había sucedido.— Hemsworth niega haciéndose el tonto.
— No se de que hablas, pero vete de mí casa, la última vez te dije que no quería volver a verte, Evans. — Pide el rubio. Evans le da una última mirada y se va azotando la puerta.
Mierda. Es lo único que puede pensar el mayor de los Hemsworth, ¿Quién más sabía de esto?
— ¡PUTA MADRE CHRIS! — grita dándole un golpe a la mesa del recibidor.
