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Septiembre, 2018
Menos de un mes ha pasado desde que ella llegó, y el cambio no tardó ni dos días en pasar. Pero fue hoy cuando jodiste todo, justamente en mi cumpleaños.
Ahora te tenía frente a mi, con las manos en tus bolsillos, sin decir nada ante mis reclamos por no aparecer en mi cumpleaños, todo por estar con ella en una 'crisis emocional', claro, a otro con ese cuento.
— Ella me necesitaba. — Tu voz sonó por lo bajo.
Sonreí. — Claro, y yo no te necesité. Desde que ella llegó, la que sobra aquí soy yo. — Tardé una semana para darme cuenta que todos la preferían a ella, incluso después de dejarlos, ¿Tan ilusos son?
Te acercaste hasta quedar poco más de un metro.
— Dinora, tienes que ponerte en mi lugar. Ella es importante para mi. — Trataste de sonar tranquilo, y lo dijiste de una manera sigilosa.
Ella era importante para ti, entonces ¿siempre la pondrías sobre mi?
Negué varias veces. — Entonces, quédate con ella todas las veces que quieras, pero cuando vuelvas, yo no estaré aquí. — No pareciste entender, pero no pude mirarte por mucho, pues sabía que las lágrimas no tardarían en salir. Pasé junto a ti y luego de quitar el anillo que tenía en mi dedo anular, te lo di en la mano.
La sorpresa se notó en tu cara, y cuando pensé que irías por mi, decidiste salir por la puerta principal, para ir, al que supongo es tu único lugar feliz.
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Mi única maleta estaba lista, las tres de la madrugada, y podía irme de aquí, sin dejar rastro.
Te escribí una carta de despedida, porque seguía siendo una romántica de mierda con el corazón roto.
Un último vistazo a lo que era — o todavía es — nuestra habitación, y bajo las escaleras para partir rumbo a una nueva aventura, esta vez, sin rumbo y sin ti.
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narra chris.
Con cuidado entré a la casa, pasaban de las seis de la mañana, y luego de irme con Sebastian a un bar, decidí volver, consciente claramente. Bueno, tal vez íbamos Sebastian y Catherine.
— ¡Dinora! ¡Tenemos que hablar! — Grité subiendo las escaleras, tal vez no pensé bien las cosas antes, pero me tomó por sorpresa. Entré a la habitación, pero no estaba, salí y entré a la habitación de huéspedes, cuando peleamos ella o yo dormimos ahí, tiro de la puerta y nada. El pánico comienza a hacer de las suyas, vuelvo a la habitación y miro el armario, hay poca ropa de ella.
En mi interior trato de tranquilizarme, tuvo que irse con su hermano o con alguna de las chicas.
Llamo a todos, uno por uno, y nada. La última llamada es a Hemsworth, y mo único que me dice es "Voy para allá". Sabía que estaba jodido, pues no contestaba su celular, ni a mi, ni a nadie.
Entonces, vuelvo a la habitación y veo la carta, la carta que no vi durante la hora que estuve buscando rostro alguno.
De: Dinora Hemsworth Para: Christopher
Aquí estoy, con papel y boli en mano escribiendo algo que nunca pensé escribir. Probablemente mi escrito no es el mejor, pero tampoco me esforcé mucho.
Estamos liados, estamos rotos, ya no somos los mismos, ni siquiera estoy segura de que me quieras tanto como yo a ti, porque tal vez, mi amor era mas fuerte que el tuyo. Sobra decirte que es lo mejor, que todo pasa por algo, y que no dudo que el destino tuviera preparado esto, nuestra separación. No hay relación, no hay boda, no hay nada a que aferrarse.
Probablemente llegaste a casa y no encontraste rastro de mi. Es porque me marché, no se por cuanto tiempo, pero sé que solo es hasta que mis pensamientos se aclaren, no tengo destino alguno, supongo que me iré a algún lugar lejos, lejos de todo y de todos.
No debería de decirlo, pero perdón, perdón por dejarte sin decir nada y por no ser perfecta, perdón por irme cuando tu eras mi única razón, y también perdón por no saber entender tu forma de querer, pero llega un momento donde duele mas amarte que dejarte ir, y eso cariño, es más dañino que nada.
Te dejo, con infinitas oportunidades por delante, y amores nuevos que entrarán en tu vida. Nunca dudes del gran corazón que tienes ni del hermoso ser humano que eres.
Te quiere, dh.
Un sollozo salió de mi boca, ella se fue, era cierto cuando dijo que yo volvería y ella no estaría. Aún sin procesar nada, los pasos de alguien se escucharon en el pasillo. El único con llave era Hemsworth, y cuando su figura se hizo presenté, lo único que escuché fue un:
— Evans, ¿Dónde está mi hermana? — Y por más que quisiera decirle, ni siquiera yo sabía a donde se había ido.
