La última vez que había pensado en mi destino, fue días antes de conocer a Dinora, luego de eso, me dejé llevar por sua ojos azulados y su risa encantadora. Pensé que cualquier cosa que en mi vida pasara sería bienvenida, pues ella estaría conmigo. Y así fue cómo comencé a pensar que todo traía enseñanza y buenos momentos. Luego llegó Skyler, y caí encuenta que definitivamente llegaban cosas maravillosas.
— ¿En qué tanto piensas? — Me pregunta ella mirándome fijamente sentada junto a mi en el sofá.
— En la luz de mis ojos. — Digo sonriendo. Ella hace un puchero y acuna mi cara con cariño. — En Skyler, cariño. — Al decir eso ella suelta una risa y golpea mi hombro.
— Pensé que hablabas de mi. — Dinora se vuelve a poner en la misma posición y yo niego divertido. Dejo un beso en la comisura de sus labios y ella lo acepta.
