La cena transcurría con normalidad, el sonido de los cubiertos chocando con el plato era lo que se escuchaba.
—Le dí vacaciones a las señoras de la limpieza, así que debes mantener aún más el orden en la casa ¿de acuerdo? -miró al más chico, que estaba pensando en las peonías de la terraza.
—Ah, sí Brian -tomó un poco de agua y se atrevió a cuestionar-; eh... Quería pedirte algo.
La palabra "pedir" llamó en demasía la atención del rizado. —Dime, ¿necesitas algo? Pide lo que quieras, ya sea ropa o un teléfono nuevo.
—Más bien no es pedir... te quería preguntar si —tragó saliva— puedo cuidar las flores que están en la terraza.
El silencio reinó en el comedor, Roger lo había tomado como un rotundo no; así que dejó el tema hasta ahí. Podía ser rebelde algunas veces, pero hasta él tenía límites.
Después de un buen rato, la cena había concluido y Brian dejó que Roger se fuera a su habitación.
[...]
Estaba caliente.Sí, Roger había amanecido con una erección; su sueño húmedo fue realmente excitante para él.
Ahora no sabía que hacer, su mente y pene pedían a gritos que se masturbara. Pero la parte consciente decía que estaba en una casa ajena y no era correcto.
Le importó una mierda y se levantó de la cama para ir a cerrar con seguro la puerta; fue a su closet y de ahí abrió un cajón dónde había una pequeña botella de crema hidratante. Supuso que eso serviría como lubricante, así que regresó a su cama y se metió entre las sábanas para bajar su pijama; su erección salió inmediatamente, pues no dormía con ropa interior puesta.
Colocó un poco de crema en su mano derecha y bajó su mano hasta su miembro que palpitaba pidiendo atención; tomó su longitud y comenzó a mover su mano de arriba hacia abajo. La mano libre se encargaba de tapar su boca para que ningún gemido saliera de ella.
Seguía haciendo movimientos sumamente placenteros, sentía que pronto su semen saldría disparado. No soportaba más, un gemido sonoro se escapó de sus labios.
Se sonrojó, pero no dejó de masturbarse.De lo que no estaba consciente, era que Brian estaba afuera de su puerta; oyendo el sonido húmedo de la mano contra el pene erecto de Roger. También había oido ese gemido; tan dulce, tan suave.
Definitivamente no se detendría con su plan.
Una vez que terminó su sesión de placer, entró a su baño para darse una ducha rápida. Al salir, vio que Brian estaba sentado en la orilla de su cama.
—Br-brian —cubrió su torso, ya que solo tenía una toalla que cubría de la cintura para abajo—, ¿qu-qué haces aquí?
El más alto miró de reojo a Roger, ¿qué usaría de pretexto? Había entrado para verlo semi-desnudo. —Solo quería decirte que sí puedes cuidar las flores que están en la terraza —gran excusa, pensó.
El rubio sonrió ampliamente. —¿De verdad? Gracias Brian, yo-
—Pero —interrumpió— debes sacar una buena nota en el examen que haré la próxima semana. De lo contrario, voy a tirar esas flores a la basura.
Entonces Roger supo que esas flores serían suyas para siempre. Pues aunque no haya crecido en un ambiente familiar agradable, no significaba que su conducta en la escuela y su habilidad para aprender debían ser iguales. Era demasiado listo, un alumno ejemplar con buenas calificaciones.
—Bien, ¡lo prometo! —dijo emocionado, poniéndose enfrente de Brian, el pequeño hizo que ambos entrelazaran sus meñiques en señal de promesa. Eso definitivamente derritió el corazón de May.
—Bien, dejaré que te vistas para irnos al colegio —se levantó de la cama y salió de la habitación, cerrando la puerta a su paso.
Taylor se vistió y bajó a desayunar. Tuvo un tema de conversación con Brian, ¿quién lo diría?
—Y ayer estábamos hablando de los alumnos problemáticos —tomó de su jugo de naranja.
—No estoy yo en esa lista, ¿verdad Bri? —rió mientras seguía comiendo.
—Ah, déjame pensar... —rascó su cabeza, moviendo sus rizos. Le pareció gracioso el gesto de miedo que tenía Roger en el rostro—. Claro que no estas en esa lista. Y uh, ¿cómo acabas de llamarme?
—Mmm, te dije Bri —alzó los hombros—. Suena lindo, a menos que no quieras que te diga así.
Movió la cabeza en negación varias veces. —No, no, no. Por favor, puedes decirme así si gustas.
El menor asintió, terminó su desayuno y fue corriendo a lavarse los dientes. Brian hizo lo mismo y después ambos salieron dirigiéndose al colegio.
Seguían platicando, esta vez de los gustos que tenía el otro.
—Me gustan las flores, me recuerdan a Clare —mencionó, la imagen de su hermana corriendo por la calle mientras iban al supermercado o al parque se reflejó en su mente.
—En ese caso, odio a los perros. Me recuerdan a mi mamá y nunca nos llevamos bien.
—Pues, en realidad yo nunca le tomé odio a mis padres hasta el día en que Clare murió a causa de sus estupideces. Más bien, las cosas que me recuerdan a mi madre me gustan. Como las rosas rojas o el café —sonrió con nostalgia.
—Cambiemos de tema... Hoy iremos de compras Roger, ¿está bien? —ambos iban bajando las escaleras hacia el subterráneo.
—Ujum, ¿qué vas a comprar? —esperaron a que el próximo vagón llegara.
—Lo escencial para la semana, también puedo comprarte algo si deseas.
Subieron al vagón y buscaron un asiento disponible, solo había uno vacío así que Brian le dijo al chico que se sentara.
—Bueno, quería pedirte algo. Pensaba comprarlo yo, pero ahora no tengo mucho dinero.
—¿Qué es? —cuestionó, sosteniéndose del tubo en el vagón.
—Quiero que me compres una tortuga.
Rió con sorna. —¿En serio? ¿No prefieres un perro o un tejón? Creo que las tortugas son aburridas.
—No, quiero una tortuga —le sonrió.
Siguieron hablando en su trayecto hacia el colegio, Roger estaba contento sabiendo que Brian le compraría la tortuga que necesitaba.
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actualizando borrador después de tremendo sismo acá en México. ✌🏼😙
love y'all. 💞
—mike 🦢
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❁ scandal ; maylor story [en edición!]
FanficRoger Taylor, chico con padres desobligados y una hermana que ama más que a nada. Brian May, profesor de física en el colegio del pequeño Roger. ¿Un enamoramiento erróneo de Brian o tardío por parte de Taylor? Como sea que fuere, su amor siempre se...