La distancia está muy unida al PDV, según qué tan cerca o lejos estén ocurriendo los hechos, podremos decidir mejor qué narrador queremos usar, para ello tenemos dos tipos de distancia que tratar, la emocional por un lado y la temporal por el otro.
Distancia emocional:
Aunque parezca un término cargado de abstracción, la distancia emocional también se puede medir, como si se tratara de fotografía. Una panorámica de la ciudad es muy hermosa, pero nos mantiene alejados de todo, a esa distancia no podremos sentirnos cercanos a ninguna persona, en cambio un primer plano del rostro lloroso de alguien, infunde en nosotros algo de dolor. Cuando escribimos tenemos que tener en cuenta esta distancia emocional, aprender a jugar con ella, quizás nuestro libro inicie con una descripción sobre aquel bosque tan importante en la trama, pero esta visión de ave tendremos que reducirla si queremos conocer a nuestros personajes, la verdad es que desde un dirigible cuesta bastante deducir que sienten las personas que caminan abajo.
Distancia temporal.
Hoy, hace un año, ayer mismo. La distancia temporal tiene que ver con el cuándo ocurren los hechos, por ejemplo dale un vistazo a este diálogo creado por mí, y dime qué tan lejos lo sientes en términos de tiempo.
—Anna pásame la sal —le dijo a la hermana.
Anna se inclinó sobre la madera hasta alcanzar el frasco y hacerlo rodar por la mesa. Alice lo atrapó un segundo antes de caer al suelo y hacerse añicos.
—Debes tener más cuidado —la reprendió.
Anna se hundió en su silla y terminó el desayuno.
Un diálogo pequeño, es cierto, pero habrás notado que está escrito en pasado en su totalidad, aun así, ¿has sentido que los hechos ocurrieron hace mucho? No tengo que ser adivina para saber que tu respuesta será no, y es que aunque la mayoría de novelas hoy en día se escriban en pasado, la sensación que obtenemos es casi inmediata.
El mismo diálogo en presente quedaría así:
—Anna pásame la sal —le dice a la hermana.
Anna se inclina sobre la madera hasta alcanzar el frasco y lo hace rodar por la mesa. Alice lo atrapa un segundo antes de caer al suelo y hacerse añicos.
—Debes tener más cuidado —la reprende.
Anna se hunde en su silla y termina el desayuno.
Es cierto que un diálogo en presente se escucha más inmediato, pero la diferencia temporal es mínima. Otra opción es ir pasando de un plano temporal a otro, y no hablo necesariamente de conjugar verbos, sino de la sensación de inmediatez que se puede lograr con astucia.
En el siguiente fragmento extraído de la novela "El mundo según Garp", del autor estadounidense John Irving, podemos ver como el escritor logra pasar de contar una historia que ocurrió hace años a narrarla como algo casi inmediato.
"Jenny Fields, la madre de Garp, fue arrestada en Boston en 1942, por herir a un hombre en un cine. El hecho ocurrió poco después del bombardeo japonés a Pearl Harbor. Entonces la gente se mostraba tolerante con los soldados, porque, de pronto, todos eran soldados, pero Jenny Fields seguía firme en su intolerancia respecto al comportamiento de los hombres en general y de los soldados en particular. En el cine tuvo que cambiar tres veces de asiento, pero en todas las ocasiones el soldado volvió a acercarse a ella, hasta que quedó sentada contra la mohosa pared, detrás de una columna tonta que apenas le permitía ver el noticiario, y decidió que no volvería a levantarse y cambiar de sitio. El soldado apareció a su lado una vez más."
Todo narrado en pasado, es verdad, pero al inicio tenemos la sensación de que alguien nos cuenta hechos ocurridos hace un par de años, y luego, más abajo, todo cambia y sentimos que nos encontrarnos junto a Jenny en aquella incómoda situación en el cine.
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Cuando de contar se trata
RandomCuando de contar se trata habrán algunas cosas que de seguro querrás saber. Este libro tiene la intención de explicar algunos aspectos sobre el arte de escribir con cierto toque de humor y familiaridad. Ve de la mano de algunos de nuestros miembros...