Ser o no ser, esa es la cuestión

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Quizás ya tengas claro qué puntos de vista existen en la paleta, pero un artista sabe que no solo se elige un color al azar, siempre tienen que existir motivos para pintar el cielo de morado y no de azul.

Cuando te enfrentes a la decisión de quién va a narrar tu historia, puedes hacerte un par de preguntas que te guíen:

¿De quién es esta novela?

De quién es, respóndelo; ¿de la joven universitaria o de cinco marineros?, si tu respuesta fue dirigida a un solo personaje, lo más probable es que debas optar por la primera persona y convertir a tu personaje en narrador, como segunda opción podrías utilizar la tercera persona en su visión única, de ti dependerá decidir quién va a narrar el relato. Si en cambio crees que la vida de varios personajes influye de igual manera en la trama, podrías decidirte por un PDV en visión múltiple.

Si te preguntas ¿qué es lo más importante en la historia?, también podrías encontrar tu PDV ideal. Quizás narres la vida de una familia de ocho, pero lo que más te importe sea cómo las circunstancias influyeron en el crecimiento de la menor de los hermanos, en ese caso la visión única es tu mejor opción. Si decides que lo más importante es cómo la familia sale adelante superando los problemas internos, entonces lo mejor sería que cada personaje tuviera su oportunidad de contar la historia, quizás tercera persona en visión múltiple, o qué te parece un narrador omnisciente.

La última pregunta que nos podríamos hacer es bastante sencilla: ¿qué nos gusta leer?

Acaso prefieres esas novelas personales donde vemos crecer de cerca a un personaje, o quizás esos enredos que se forman en historias con doce protagonistas. ¿Qué prefieres? ¿Eres de los que gustan leer novelas como "Ensayo sobre la ceguera" o "Cien años de soledad"? ¿Prefieres clásicos como "El guardián entre el centeno" o "El alquimista"?  Tus gustos definen mucho, quizás al principio no estés seguro, quizás tengas una idea abstracta de tu historia, y no sepas qué es lo mejor, en esos casos la única solución es empezar a escribir, si tienes suerte un par de hojas serán suficientes para decidir, quizá termines la novela y solo al final te des cuenta de que usaste el PDV incorrecto. Hagas lo que hagas, debes sentirte cómodo con tu historia y tus personajes, convierte la búsqueda de tu punto de vista ideal, en una experiencia interesante, y no en una investigación escolar.

Cuando de contar se trataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora