Él sabe mejor que yo: la tercera persona

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La tercera persona nos otorga responsabilidad en la historia, ahora somos nosotros, con la voz que elijamos, quienes contaremos la historia. El PDV en tercera persona también tiene sus variantes, quizás un poco más complejas que en la primera persona, pero nunca tan difíciles.

Tercera persona en visión única:

Mientras que en la primera persona podemos sentir que nos infiltramos dentro del personaje y observamos el mundo a través de sus ojos, en la tercera persona en visión única, nos ubicaremos a su lado, a la vez que en su mente, narraremos solo lo que este personaje es capaz de ver, y las cosas que él sabe, podremos a veces alejarnos un poco de él, pero nunca salir de su campo de visión.

Pros principales: quizás tenemos un protagonista poco fiable y una historia que necesita ser contada con veracidad, podríamos acudir a un personaje extra para narrar la historia, pero como sabemos no siempre es posible, en estos casos es cuando acudimos a este PDV, intentando mantener la cercanía con el personaje, pero ajustando nuestra voz y la narración a nuestros propios propósitos. Otros casos podrían ser las biografías, donde acudir a la tercera persona nos evita caer en opiniones personales que nos comprometan. Si nuestro personaje tiene dificultades mentales, del habla, o algún otro tipo de restricciones, este PDV podría ser una buena opción.

Contras principales: al igual que ocurre con la primera persona, la mayor dificultad de la visión única en este PDV, es que solo podemos narrar los sucesos de los que nuestro personaje tiene conocimientos o en los que es partícipe, si nuestra intención es dejar a la cajera que protagoniza la historia para ver qué ocurre en uno de los estantes al otro lado del centro comercial, deberíamos pensarlo dos veces antes de elegir la visión única.

Tercera persona en visión múltiple:

Ya lo habíamos visto en la primera persona, a veces tres cabezas cuentan mejor que una, con la visión múltiple tendremos la perspectiva personal de más de un personaje para narrar la trama.

Pros principales: una de las sagas de fantasía más conocidas de nuestra época juega exitosamente con la tercera persona en visión múltiple, el escritor George R.R. Martin, en su saga "Canción de hielo y fuego", nos presenta una historia narrada por una gran cantidad de personajes, todos relacionados entre sí, y aunque parece que cada quien cuenta sus propias aventuras, al final entendemos que algún hilo invisible une la vida de cada uno, este es uno de los pros de la visión múltiple, tenemos más tela por donde cortar, eso si logramos crear una división clara entre personajes, ya sea por capítulos, hojas, o incluso hay libros que debemos voltear para encontrar la otra versión de la historia, protagonizada por un nuevo personaje. Hay que tener fuertes motivos para utilizar este PDV, no tendría sentido que la visión de cada personaje que utilicemos se parezca a la del anterior.

Contras principales: si llevas al lector de personaje en personaje a través de una novela, asumes el riesgo de que este no logre enfocarse en ninguno, y en vez de centrar sus sentimientos en la enfermedad de aquel hacendado, ahora también tiene que lidiar con el desempleo de aquella mujer o con la muerte de la hermana de aquel personaje; aun así no debemos asustarnos, si logramos trabajar con cuidado, podremos obtener un efecto positivo y causarle al lector una lucha por decidir hacia qué personaje inclinarse, aumentando la tensión y el interés de este por la historia y sus protagonistas.

Tercera persona omnisciente:

Juguemos a ser Dios, si las barreras de los PDV anteriores te parecen asfixiantes, y no quieres vivir atado a un personaje, tienes la posibilidad de utilizar todos tus conocimientos en la narración. Con la visión omnisciente podemos dejar claro cuánto sabemos de cada personaje, del presente, del futuro, de cada lugar.

Pros principales: libertad será tu lema, no importa las limitaciones que tenga tu personaje, aunque tu joven de preparatoria no sepa el nombre de la chica con la que acaba de chocar en el pasillo, tú lo sabes, y lo cuentas, se llama Alice, lleva dos semanas en la escuela y ayer le diagnosticaron cáncer, tu lector quedará tan sorprendido que tendrá la necesidad de gritarle a tus personajes ¡mira lo que sucede!, mientras tú solo disfrutas de sembrar el caos, y llevarlo a través de una tensa trama que disfrutará hasta el final.

Contras principales: la experiencia con un narrador omnisciente es bastante impersonal, la mayoría de lectores están adaptados a seguir el hilo de la historia desde la perspectiva de una persona, y cuando hacemos notar la presencia del escritor nos es casi imposible mantener la "suspensión de la incredulidad", lo mismo que nos hace disfrutar de un mundo de fantasía sin cuestionarnos lo incoherente que este puede resultar. Para el escritor la omnisciencia también puede resultar abrumadora, tanta libertad quizás le maree un poco, como conducir un auto a toda velocidad por una carretera atestada y sin cinturón de seguridad, a veces es más sencillo reducir la historia al conocimiento de una sola persona.

Tercera persona con punto de vista objetivo:

Nuestros personajes se han quejado de la falta de privacidad que les damos, con qué derecho nos inmiscuimos en sus pensamientos, nos dicen; el punto de vista objetivo soluciona este problema, ahora tenemos vetado entrar a la mente de algún personaje, pero aun así hay una historia por contar, y nuestros únicos medios serán el diálogo y la acción.

Pros principales: quizás aquel soldado del ejército acaba de dejar tirado a su compañero en el desierto y no tienes ni idea de cómo explicar por qué lo hizo, pues el punto de vista objetivo nos libra de responsabilidades y nos da la oportunidad de ser imparciales y narrar los hechos sin caer en moralismos innecesarios.

Contras principales: quizás uno de los atractivos principales de una buena novela o de cualquier otro tipo de relato es la posibilidad que tenemos de entrar en la mente de otra persona, de conocer sus pensamientos y sus ideas, algo muy diferente a la vida real donde siempre queda la duda sobre qué hay detrás de aquella mirada o esa sonrisa, narrar con la frialdad del punto de vista objetivo puede hacer que muchos de nuestros posibles lectores huyan asustados.

Cuando de contar se trataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora