Capítulo 14

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-Muy bien, muñeca ,les vendrá muy bien tu ayuda a estos dos idiotas-dijo el superintendente, algo agradecido.Era un hombre que quería aparentar ser muy duro, así que eso me servía como agradecimiento.

Gustabo y Horacio se miraron el uno al otro e hicieron un gesto de indiferencia con los hombros.

-Bueno pues tendremos que enseñarla a vestir primero- dijo Horacio.

-Habló el diseñador de moda- dije cruzándome de brazos.

El superintendente se acercó a la puerta del despacho y la abrió.

-Venga nenas, dejad de hacer el mongolo- dijo a la vez que hacía un gesto con la mano señalando a la puerta.

Gustabo y Horacio se dirigieron a la puerta y salieron sin quejarse. Al igual que ellos, me dispuse a salir, pero cuando iba a hacerlo Conway me agarró del hombro.

-Necesito hablar contigo- dijo seriamente.

Tragué saliva y asentí con la cabeza. Podía ser muy bueno en el fondo, pero me seguía acojonando un poco cuando se ponía serio.

-Bien, ¿de qué quieres hablar? - comenté intentando ocultar mi tensión.

Conway apoyó sus manos en el escritorio y se quedó en silencio por unos segundos.

-... Si aceptas el trabajo, ¿sabes que tienes una bala en la frente, verdad?

Suspiré hondo antes de seguir con la conversación.

-Así es, pero me da igual, la verdad os he cogido cariño, y si con tal de ayudarnos mutuamente me pongo en peligro, lo haré- joder, eso había sonado más cursi que en mi cabeza.

El superintendente se giró y me miró a los ojos.

-Está bien, entonces puedes irte con Gustabo y Horacio, no os mentais en líos, por favor.

-Claro, no se preocupe "papu".- dije rápidamente y salí antes de que me matara a porrazos.

-¡Capulla! No me llames así joder- dijo Conway avergonzado.

Me alejé de la salida y caminé por el pasillo. Iba a dar la esquina, pero me interrumpieron.

-¡Eh, Sara!- dijo el superintendente desde la puerta de su despacho- ten cuidado.

Paré de caminar y me giré, acto seguido le dediqué una amplia sonrisa y me despedí con la mano.

Cada día me sentía más a gusto cerca de la gente del CNP, y estaba muy contenta por colaborar con ellos, así que cuando nadie me veía, pegué saltos de alegría.

-¡Toma! Soy un sapo, pero de los buenos. - dije a la vez que movía los brazos con energía.

Mientras hacía la danza de la victoria, al parecer se acercó alguien que no conocía.

-¿Qué hace? - seguido de una pequeña risa- ¿está bien?

Me giré y vi a un hombre con barba vestido de uniforme.

-Perdone, yo solo...- dije avergonzada.

-No se preocupe, soy Greco- dijo el agente de barba marrón.

Comisario Volkov X Lectora (CNP's Babygirl) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora