CAPITULO 17: DECISIÓN

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Becka

Soy una persona débil, una persona que no sabe hablar. Creo que es momento de enfrentar la realidad de la situación, es cierto que he pasado por mucho pero me he cansado de ser débil.

"Mi padre" vino ha llevarme a casa, me quiero quedar con Asiar, me ha ayudado mucho sin que yo le pida o conozca, está involucrado en mis problemas. Es hora de enfrentarme a mi padre, no sé cómo lo haré pero tengo que hacerlo. Observo que Daniel sigue en la entrada con los brazos cruzados.

¿Quieres ir abajo verdad? - pregunta mirándome fijamente y asiento

¿Sabes que Asiar me matará? - cuestiona de nuevo asiento.

Vamos - dice con una sonrisa, me levanto de la cama, hago una seña para que me pueda cambiar, sale de la habitación.

Minutos más tarde...

Suspiro y decidida salgo de la habitación con mi cuaderno en la mano, me encuentro con Danel en el pasillo, caminamos hasta las escaleras.

Nosotros estamos contigo, no dejaremos que nada te pase – asegura antes de bajar, cuando estamos en la sala, me encuentro con un hombre que no me da mucha confianza, corro hasta los brazos de Asiar.

Tranquila pequeña – dice con dulzura. Observo al hombre con desconfianza.

¿Quién es él?

Tu padre solo quiere saludar y se irá por donde vino, no volverá – dice entre dientes Asiar mientras mira al sujeto.

Sabes porque vine, Asiar. Quiero a mi hija de vuelta- habla

¿Por qué? Tardaste dieciocho años en tenerla ¿Por qué la quieres ahora? – pregunta Asiar.

Porque me equivoqué, hice cosas malas y mi esposa está sufriendo – explica.

Por favor, son excusas baratas, Lewis quiero que te vayas de aquí ahora – gruñe enojado Asiar y asiento.

Quiero que se vaya, no quiero verlo – pienso. Escribo en el cuaderno, entrego a Asiar y me mira asombrado.

¿Estás segura? – pregunta y decidida lo miro. El hombre nos mira curioso a los dos comienza a leer las palabras que me salieron del corazón

Ella no quiere saber nada de ti, no tiene familia, solo me tiene a mí, a los chicos, en ellos confía más. Ustedes la abandonaron por 18 años en un mugroso y asqueroso orfanato, no me importa tu o tu esposa. Lárguense de la casa ahora, no los quiero volver a ver en mi vida – lee el mensaje.

El hombre tata de acercarse. Aprieto el brazo de Asiar y me escondo en su espalda, entonces capta el mensaje. Asiar me entrega el cuaderno y mira al señor.

Ella ha sufrido mucho y más por su enfermedad. Ella confía en mí que en ti ¿Por qué? Porque cuando la conocí no la abandone, no me desquite con ella por dinero. Ella es feliz con nosotros, así que te pido Lewis que te largues de aquí – dice con una voz dura mi dulce protector.

El hombre solloza pero no me rompo, no me interesa porque no es mi padre, no lo conozco. Tomo el valor y salgo de mi escondite. Hago una seña para que se vaya de la casa.

Está bien, me iré. Creo que tiene razón, no he estado con ella todo este tiempo y es mejor que me haga a un lado – dice el hombre rendido.

No caigas, Becka – pienso. Me doy la vuelta con los brazos cruzados y me encamino hasta las escaleras.

No quiero verlo. No es mi padre– pienso. Sin darme cuentas las lágrimas se hacen presentes, subo las escaleras e ignoro los llamados de los chicos, no quiero hablar ahora mismo con nadie y espero que entiendan mi dolor.

Horas mas tarde...

En la noche no bajo de mi habitación para cenar, me concentro en dibujar, eso me hace sentir bien y me tranquiliza. Suspiro al escuchar que tocan la puerta varias veces y levanto mi vista al encontrarme con Asiar con una bandeja.

Tienes que cenar, Becka. Haz salido recién del hospital – me recuerda. Pone la bandeja en mi mesita de luz, se acerca a mí.

Vamos a comer cariño – susurra con dulzura en mi oído, dejo lo que hago, me acerco a la mesa y agarro mi plato para comer todo lo que me trajo, observo la cantidad de comida y luego a él

No mires así tienes que comer - me regaña y suspiro ya que es mucha la comida comienzo a comer hasta el último bocado cuando lo terminé me sentía muy satisfecha.

Muy bien cariño, llevare esto en la cocina y después vendré ¿está bien? – pregunta y asiento embobada. Asiar sale de la habitación, suspiro y sacudo mi cabeza.

¿Qué me estás haciendo Asiar?

En problemas (# 1.5 H.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora