CAPÍTULO 24: PESADILLA Y SÉ MI NOVIA

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Asiar

Tienes que tranquilizarte – se queja Ryan mientras cuelga la lampara de techo de su casa. Observo cada rato la hora, necesito irme a casa, quiero ver a mi mujer que está enferma, tengo que hacer la cena y Ryan no está ayudando en nada porque mi pidió favores. Fulmino con la mirada a mi jefe.

Déjame en paz, tengo que irme y lo sabes, pero no me ayudas un carajo, Ryan. Mi novia está embarazada y quiero ir a verla– gruño enojado y rueda los ojos.

No es tu novia ni siquiera le pediste que lo fuera y te quieres casar, que patético – me recuerda

Tendremos un hijo, es suficiente para mí. Ella es mi novia y punto – afirmo y bufa.

No puedes hacer lo que te plazca, tienes que hacer lo correcto – me aconseja, pero lo ignoro.

¿sabes qué? Mejor me voy a casa – digo

No sueltes la puta escalera Asiar, me caeré – me advierte

Mejor para mí, así no tengo que escuchar tus estupideces – hablo amago que soltaré la escalera y Ryan se asusta.

No lo hagas. Cariño. Asiar es malo – se queja y me acusa como un niño pequeño, aparece Aiza con Samira en brazos, ella tiene una mirada de burla.

Asiar puedes irte, anda con tu chica – dice Aiza y asiento.

Gracias a Dios, nos vemos hermano – me despido de mi amigo, suelto la escalera antes de salir de la casa escucho quejas de Ryan cuando llego a la casa, abro la puerta.

Cariño, llegué – grito. Escucho que corren hacia mí, observo a Becka con un pote de helado de chocolate en la mano, ella me saluda con la cuchara también miro que tiene el pijama todavía, no lleva sus zapatos y abro los ojos asombrado.

Cariño ¿estas bien? – pregunto preocupado y ella asiente con una sonrisa en el rostro, me acerco a ella, la abrazo por un rato.

Tienes que estar acostada, cariño y no debes comer helado si estas mal de la panza, vamos a la cama para descansar – le regaño con una voz suave, le saco el pote de helado, me encamino hasta la cocina, pongo el helado en la congeladora, me doy la vuelta y me dirijo hasta Becka cuando llegamos a la habitación y estamos acostados, observo a mi mujer también lo que me ha dicho Ryan anteriormente

Becka – la llamo y ella me mira con una sonrisa

¿Quieres ser mi novia? – pregunto de la nada, me mira asombrada

¿Que? – pregunta tímida

¿Quieres ser mi novia? – repito la pregunta. Ella no dice ninguna palabra.

Hace siete prácticamente nos conocimos, hace dos meses que estamos juntos en una forma ¿Cómo decirlo? No formal y ahora quiero hacerlo oficial ¿quieres ser mi novia? - me apresuro a decir.

Si, quiero serlo – dice mirándome. Joder, antes no podía escuchar a mi Becka habla ahora con las terapias y tratamientos con los especialistas y mi hermana, ella puede hablar algunas veces solo escribe en el cuaderno. Me encanta su hermosa voz, me encanta todo de ella. Me acerco y acaricio su mejilla con mi mano, ella cierra los ojos y después lo abre.

Te quiero Asiar – dice y mi corazón se acelera muy rápido. Joder, ella me quiere.

Te quiero Becka – respondo, besos sus labios.

Espero que mi mujer se duerma, despacio salgo de la cama y de la habitación. Preparo la cena para los dos, miro la caja de anillo que llevo en mi mano, pero la guardo, prefiero esperar para darle, pero no quiero esperar.

Todo pasa muy rápido, escucho disparos afuera de la casa y me pongo en alerta enseguida, saco mi arma, rezo para que mi mujer este bien cuando terminan los disparos corro hacia arriba, encuentro la escena más aterradora, lloro como un niño pequeño, aferro el cuerpo de mi mujer, mi dulce Becka.

Despierto por unas manos en mi rostro, estoy sudado. Una pesadilla, tuve una maldita pesadilla. Observo que Becka esta dormida con una sonrisa, me siento en la cama, suspiro frustrado y me levanto para ir al baño, lavo mi rostro, me acuesto de nuevo pero esta vez aferro a mi mujer por mí.

Tengo que proteger a mi familia. 

En problemas (# 1.5 H.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora