CAPITULO 13: AYUDA I

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Asiar

Día siguiente...

Nos despedimos todo de papá, el nos mira nostálgico, me preocupa un poco que se quede solo en la casa, no tendrá ninguna protección. Por otro lado, Marko no regresará a su casa todavía, es más creo que su esposa y él están en proceso de divorcio, no hemos hablado ya que estuvimos ocupados con nuestros tíos, Marko, Regina y yo éramos más unidos hacíamos algunas noches video llamadas después de que él se alejara de nosotros eso se fue apagando cuando él tuvo a sus hijas. Escucho llamados que me sacan de mis pensamientos enseguida, suspiro al observar a los chicos en el auto, Becka me mira preocupada igual que Fredy

Asiar ¿estás bien? – pregunta Oliver y asiento.

Vámonos – anuncio serio. Entro al auto, noto que Becka me mira analizándome.

Estoy bien, tranquila – hablo con una sonrisa en el rostro y ella me devuelve. Arranco el auto, y pongo en marcha.

¿Quieren que le cuente un chiste? – pregunta con una sonrisa Oliver y ruedo los ojos.

Chistes no, cantos no. Solo quiero que te calles – digo con un tono frio que hasta a mí me da miedo, me arrepiento de mi acción, dirijo mi mirada a Becka que me mira enojada, aparta la vista como signo de que me ignorará todo el camino, se pone a observar el paisaje. Suspiro ya que este será el viaje más largo.

Minutos más tarde...

Ella me ha estado ignorando, no me ha mirado en todo el camino solo mantiene su mirada la ventana. Trato de llamar su atención pero e imposible. Mis hermanos me miran con burla por la situación que estoy pasando.

Oliver ¿quieres contarnos un chiste? – pregunto entre dientes y con una sonrisa forzada.

No, gracias. Se me quitaron las ganas de contar – dice tranquilo y le fulmino la mirada, se acomoda poniendo su cabeza hacia atrás y cerrando los ojos. El silencio se hizo presente de nuevo, el ronquido de Oliver se escucha por todo el auto, Fredy lee un libro y Becka sigue mirando la ventana, suspiro. Observo que al auto le falta combustible, paramos en una estación de servicio.

Iré a comprar algo para comer – informa Fredy.

Yo voy al baño – avisa. Nos quedamo Becka y yo en el auto, esperamos a los chicos.

Lo siento, Becka – me disculpo. Ella me mira confundida, escribe algo en el cuaderno y me muestra.

¿Porque? – escribe.

Porque fui un idiota con mi hermano y contigo – admito. Vuelve a escribir

¿Conmigo? No estoy enojada, Asiar. Solo frustrada por todo esto, tengo miedo de lo que puede suceder.- leo, miro a Becka, agarro su mentón para que me mire.

No te pasará nada, te protegeré – hablo con seguridad. Con impulso me acerco a ella, deseo besarla, hacerla mía pero me detengo, no quiero asustarla, es mejor Joder, ¿dónde están los imbéciles? miro a Becka.

¿Dónde puta estaban? – pregunto enojado

En el baño – dicen los dos tranquilos. Arranco el auto de nuevo para continuar el viaje. En la mitad de camino me doy cuenta que una camioneta negra nos está siguiendo, aprieto la mandíbula y cierro los puños.

Hay una camioneta cerca de nosotros, nos están siguiendo desde hace rato. Estén atentos – ordeno mirando a mis hermanos por el retrovisor y asienten los dos mientras sacan sus armas, acelero más el auto, la camioneta negra también lo hace – Becka quiero que me obedezcas todo lo que diré desde ahora – hablo con tono frío y ella me mira asustada, tomo su mano para tranquilizarla. Escucho disparos por atrás.

Carajo, maldición. Abajo – grito desesperado. Me hacen caso – Becka, escóndete abajo de la guantera, cierra los ojos y también tapa los oídos – manifiesto. Ella sin pensar dos veces me hace caso.

Oliver, dispara – grito. El baja la ventanilla del auto comienza a disparar muchas veces igual lo hace Fredy.

Disparen a las llantas de la camioneta – grito y así lo hacen. La camioneta se desvía por los disparos que hemos dado, conduzco con velocidad y sin parar en ningún lugar hasta la casa.

Puedes ponerte bien, Becka – hablo y suspira, se acomoda de nuevo en el asiento, tomo su mano para tranquilizarla, ignoro a mis hermanos porque estoy decidido no separarme de ella, protegerla porque la prometí y me prometí hacerlo.

Una hora más tarde...

Llegamos al fin a la casa pero algo no me cuadra en nada.

Quédense en el auto. Estén atentos para cualquier cosa – ordeno con tono frío. Saco mi arma del asiento de abajo, entro a mi casa con mucho cuidado, observo que todo está desordenado, las sillas del comedor y los sillones del comedor están rotas, el sofá destruido, las habitaciones están desarregladas. Me percato que hay una nota al leerla, me siento furioso, me quieren quitar a mi Becka, no lo harán. Mi casa no es segura para nada, salgo ahí y me voy trotando al auto.

Aquí no es seguro – hablo. Arranco y me voy hasta la casa de Danel.

¿Qué ha pasado? – pregunta curioso

Han entrado a la casa, me dejaron una nota y no es muy buena – explico. Becka está preocupada, lo sé.

No dejaremos que nada te suceda, Becka – dice serio Oliver.

Creo que debería yo irme a casa otra vez – se queja Fredy.

Cállate – decimos los dos. El rueda los ojos.

Vamos a la casa de un amigo por un tiempo – explico y ellos asienten.

En problemas (# 1.5 H.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora