Athena
—¡Attie! ¿Eres tú?
Lo escucho decir del otro lado de la línea. Su voz sonaba un poco alterada y llena de preocupación; no esperaba otra reacción, después de todo desaparecí literalmente de la noche a la mañana sin decirle nada a nadie dado a que fui secuestrada un por un líder de la mafia ¿qué esperaba? ¿que Logan me saludara con un simple buenos días? Sabía que debía darle una buena explicación.
—Hola Logan. —Saludo.
—¡Santo cielo Athena! ¿Dónde demonios te habías metido? Te llamé toda la noche y parte de la mañana. —Rodeo con fuerza el móvil que sostenía contra mi oreja.
—Lo siento, me quedé sin batería. —Miento, no podía decirle que no pude llamarlo porque fui drogada y secuestrada.
—No tiene importancia si tú estás bien —su voz sonaba aliviada una vez que creyó mi mentira —¡Joder cariño! Estaba preocupado por ti ¿a qué hora llegas a la estación? —Muerdo mi labio inferior. Logan era un hombre cariñoso y atento por eso me dolía mentirle, pero Nader me amenazó con lastimarlo y yo haría todo para proteger a los que amo.
—Logan creo que hoy no podré ir a la estación.
—¿Por qué?
—Digamos que me será posible llegar a tiempo. —Miro por la ventana y contemplo el extenso jardín de la mansión en la que me encontraba.
—¿Dónde estás? La distancia no es problema, puedo pasar por ti. —Sonrío de lado. Logan era todo un caballero y eso aumentaba mi culpabilidad.
—¿En serio? —digo con una leve risa tratando de relajar la tensión que me producía tener que decirle la verdad.
—¡Por supuesto! Sabes Attie —él hace una larga pausa. —Cuando se trata de ti, no me importaría cruzar el jodido mundo. —Sonrío como una boba cuando lo escuché decir eso.
—Logan...
—Hablo en serio Athena —esta vez habla con un tono más serio. —Haría lo que sea por ti.
—Logan debes escucharme —tenía que decírselo antes de que sus palabras provocaran que confesara toda la verdad —estoy en Los Ángeles —suelto, sabía que él me bombardearía con miles de preguntas, así que, decidí hablar antes de que iniciara con todo un interrogatorio. —Y antes de que preguntes déjame explicarte, anoche cuando revisaba el expediente de Francescca encontré una pista que me llevaría a Cedric, así que, tomé el primer vuelo que me trajo aquí.
—Debes estar loca ¿por qué no me lo dijiste? Estás tú sola persiguiendo a un mafioso que podría matarte. —No podía verlo, pero sabía que él estaba comenzando a caminar en círculos como era costumbre cada vez que estaba molesto. —Voy a ir para allá. —Una alarma se encendió en mí.
—No es necesario —me apresuro a decir. —Tengo todo bajo control además conseguí un poco de ayuda.
—¿Cómo que conseguiste ayuda? ¿Con quién estás?
—Te llamaré cuando tenga algo.
—Athena. —Lo escucho decir del otro lado de la línea, pero no me detuve a dar explicaciones porque corté. Había sido más difícil de lo que creí.
Para despejar mi mente decidí tomar una ducha, pero cuando entré al cuarto de baño no pude evitar abrir mi boca en una enorme O al ver que esta ducha era mucho más grande que mi propio departamento. El diseño del cuarto de baño combinaba perfectamente con los tonos grisáceos de la habitación principal, debo admitir que Nader tiene buen gusto; moví la cabeza tratando de concentrarme en la razón por la que estaba aquí, así que, no podía darme el lujo de perder la cabeza por la elegancia de un baño.
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Juego de la mafia © [J.D.L.M #3]
Teen FictionAthena Brookes Es inteligente, extrovertida y estratégica, ella posee lo que toda agente del FBI debe tener. Es la mejor en su trabajo y ahora gracias a sus habilidades Athena ha sido asignada para trabajar en un caso que podrá hacer que su carrera...