Prólogo

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Diez años atrás

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Diez años atrás.

En ese momento solo podía sentir la adrenalina correr por todo mi cuerpo, este era el efecto que producía en mí el arte de la estrategia y la planeación, entonces cuando se detonó el primer disparo supe que era hora de atacar así que saqué mi arma, apunté y disparé.

—Felicidades novata.

Felicitó el comandante Darcy cuando le di al blanco en mi último entrenamiento.

—Gracias señor. —Me sentía orgullosa, después de todo me había esforzado durante todo este tiempo para ser la mejor agente del FBI. A partir de mañana sería la agente Brookes.

—Recuerda muy bien esto Brookes —habló el comandante. —En este oficio no importan nuestros ideales o sentimientos, nuestro deber es siempre hacer lo correcto ¿entiendes?

«Nuestro deber es siempre hacer lo correcto.»

Me repetí a mí misma convirtiendo esa frase en mi lema.

Creí conocer bien el significado de las palabras del comandante Darcy, después de todo formábamos parte del FBI, siempre actuar para hacer el bien y buscar justicia para aquellos que lo necesitaban, pero nunca creí encontrarme en el peor de los dilemas cuando el deber y el corazón se cruzaron en el mismo camino.

🌼🌼🌼🌼

Habían pasado solo unos cuantos meses después de mi nombramiento como agente de la estación de policía en dónde la vida emocionante solo quedó en el entrenamiento. Esos días habían sido un maldito infierno debido al aburrimiento; ver a los agentes enfrentarse a los criminales y resolver casos me producían envidia mientras yo literalmente pasaba todo el día junto a la fotocopiadora y la máquina de café ¿cómo iba a desarrollar todo mi potencial a este paso?

La mayor parte del tiempo era asistente de los demás agentes quienes a penas notaban mi presencia, tal parecía que haber sido la mejor de la academia no fue de mucha ayuda.

—¡Maldita sea! —Escuché gritar a Collins -nuestro jefe - en cuanto llegó. —¿Cómo que no hay refuerzos? ¡Ese malnacido hijo de puta está en la ciudad! No podemos dejar que se escape.

Con cautela me acerqué a la oficina de Collins para escuchar con atención. Desconocía quien era el centro de la charla, pero por el humor del jefe sabía que debía tratarse de alguien importante.

—¿Dónde fue visto? —Preguntó una vez que se calmó.

—En un bar de mala muerte cerca del centro de la ciudad, tengo entendido que se verá de nuevo con uno de sus socios. La reunión ocurrirá esta noche —habló él. Inmediatamente reconocí su voz; se trataba del detective Logan Tucker. Él era famoso en el departamento de policía por su mente estratégica y audacia; jamás habíamos hablado, pero conocía toda su trayectoria. —Señor si me lo permite, llevaré conmigo a los nuevos oficiales.

Juego de la mafia © [J.D.L.M #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora