Capítulo 5 "Es una cita"

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Maya

Maldita Localía, no se puede disfrutar una buena batalla de rap con un público que solo apoya a sus ídolos.

La gente siempre pondrá por encima sus preferencias, la manera en que quieren que sucedan las cosas. En todos los aspectos existentes nos contradecimos sin parar y la justicia solo sirve como un disfraz sobre esto.

— ¿No vas a opinar nada? —Pregunta Joseph conteniendo una risilla por mi gesto de inconformidad.

— Deberían ser más razonables. —Contesto cruzándome de brazos.

Entonces me levanto del sofá donde estaba recostada. Él asiente un par de veces achicando los ojos, y luego apaga la pantalla.

— ¿Ya se fue Connor? —Pregunta una tímida Oliv asomándose desde las escaleras.

Me estresa un poco verla escondiéndose siempre de ese chico, sobre todo porque él es la persona más inofensiva que he conocido.

— Sí. Pero debes dejar de evadirlo, hasta sus miradas son un drama.

Ella baja los escalones cautelosa y con la mirada en el suelo... paciencia, paciencia.

— ¿Alguna vez te han rechazado, Maya?

Inconscientemente he volteado a ver a Joseph, quien al notarlo se cubre la boca con su mano para contener una burla a mi absurdo gesto. Le devuelvo una media sonrisa altiva y después me vuelvo a Olivia, que afortunadamente no nos vio por tener la mirada baja y quebradiza. Vaya... si que le afecta, yo nunca permitiría que alguien me dañe de ninguna forma, ni siquiera tratándose de mis padres lo he aceptado, por eso considero que esperar algo de los demás es inútil, todos están demasiado ocupados con sus asuntos. Tampoco me he ilusionado como ella lo hace; sin embargo, a pesar de no lograr comprenderla, solo voy y le doy un abrazo.

— No Carpeta, pero tampoco merece la pena, hay más personas, como los chicos de la escuela.

— No son como él, Connor es quizá el chico ideal.

Ruedo los ojos, harta de tanta miel. Luego me separo de ella.

— Puedo presentarte a mis amigos. —Sugiere Jos, sonriente.

— Por supuesto que no, esos imbéciles no tienen nada que ver con Carp. —Protesto yo, haciendo que ambos se rían.

— De casualidad tú... ¿Sabes quién le gusta? —Le pregunta la pequeña Olivia a Joseph, dejándome a mí sorprendida. Si tan solo ellos supieran.

— ¿Le gusta alguien? No sabía... le preguntaré cuando llegue.




🍃




Entro a mi pequeña pero acogedora oficina, que además está saturada de papeles, cuadros, pinceles, periódico y otras cosas. Sin embargo, no hay pintura roja; pienso pintar una de las paredes que se ven más vacías, y es que prefiero que mi lugar se vea lleno de cosas llamativas al estilo artístico evitando lo ordenado y monótono.

Así que salgo en busca de pintura. Y cuando llego a la papelería, caminando entre los pasillos noto una figura conocida. Me acerco y fingiendo prestarle atención a los plumones que están a un lado de ese chico, lo miro más a él, porque estoy tan ciega que de lejos no puedo distinguir a la gente. Discretamente puedo apreciar su perfil y de inmediato lo identifico; es Drake, uno del grupo que se junta con Jos, no sé si saludarlo, es agradable el tipo pero no hablamos sin Joseph de por medio. Solo me quedo admirando su perfil envidiable, no es perfecto pero por alguna razón me encanta.

Se trata de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora