Capítulo 16 "Un gesto dulce"

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Connor


Nunca en mi corta e inestable vida había estado involucrado en alguna pelea, mucho menos tratándose de golpes. Solamente intenté desmentir las atrocidades que seguro Maya se inventó para recargar todo el peso de la culpa sobre mí al saberse de nuestro asunto, y terminé con un hilo de sangre brotando desde mi nariz.

Lo acepto, yo arruiné todo cuando hice que Olivia tropezara, pero esa no era mi intención de ninguna forma. Suerte que ella se interpuso frente a su amigo, y éste, tal como en un efecto de hipnosis, bajó la guardia. ¡Sabía que algo más había entre ellos! Al final el músico se fue con Oliv después de tranquilizarse.

Y a mí me dejaron tirado y golpeado.

Está bien, acabo de hablar con ella y dice que todo está en orden, saber eso me tranquiliza porque ya necesito deshacerme de todos mis problemas. Y lo estoy logrando.

Hoy es un nuevo día, no planeo ir a trabajar porque estoy esperando a que me despidan, ya que eso me conviene más que renunciar. Lo que sí tengo que hacer hoy es ir a casa de los chicos y despedirme de Jos y Olivia... he decidido mudarme con mis padres. En realidad, me encantaría visitar la playa por las mañanas y pasar la tarde con mis padres hasta que todo esté solucionado en la familia.

Pero antes tengo que despedirme de mis amigos, aunque he de admitir que encontrarme con Maya es algo que me tiene nervioso. Me gustaría dejar atrás nuestras diferencias pero... lo nuestro es una situación muy particular que no sabría manejar.

— No es necesaria tanta formalidad, Connor. Pasa.

Los obscuros ojos de Maya dejan de enfocarme, ella sube a su habitación y se encierra. Camino hacia la sala de estar con la nostalgia apoderándose de mí, estaba a punto de tomar asiento en ese sofá que se ha llevado mis epifanías diarias por todos estos días. Sin embargo, la voz de Oliv me llama alegre y luego la veo correr hacia mí con sus brazos extendidos; recibo el abrazo tornándome algo sentimental.

— ¿Qué haces aquí? —Me pregunta curiosa.

— Tengo que decirte algo a tí y a Joseph, ¿dónde está él?

Ella despeina un poco su cabello, que por cierto he notado que lo cortó. Siempre me ha parecido fantástica la iniciativa que tienen las chicas al cambiar drásticamente su cabello, no entiendo por qué a muchos hombres les molesta.

— En la mañana no se levantó para hacer el desayuno, y sabes que eso es realmente raro en él. —Asiento y entonces se acerca un poco más, hablándome en un tono bajo y de confidencialidad—. Acá entre nos, creo que él y Maya también tienen un problema.

Ahora resulta que es el día de estar todos contra la chica rara... a decir verdad, sé que ella no es malvada y quizás solo necesita otra oportunidad.

— Estoy aquí Olivia, y estoy de maravilla. Mírame.

Joseph aparece de la nada dando una vuelta sobre su propio eje, me río al percibir que se ha pasado de copas.

Otra vez.

— Genial. —Ella levanta sus dos pulgares mostrándole una sonrisa totalmente falsa a Jos.

Después toma asiento en el sofá, y el otro se acerca entre pasos torpes, así que decido ayudarlo para que no se estrelle con algo.

— ¿Qué te pasó en la nariz compadre? —Casi estallo de la risa con el "compadre", mas me limito a negar con mi cabeza despreocupado—. Haré algo para comer, ¡como una pizza!

— No no, aún hay frituras, mejor comamos eso. —Sugiere ella.

Le doy la razón a su idea y dejo a Joseph en el sillón para sentarme a su lado también, mientras Oliv vacía las frituras en un recipiente sobre la mesa de enfrente.

Se trata de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora