Capítulo 9 "¿Qué pasó con Sarah?"

29 7 0
                                    

Maya


Y bien, Carpeta se fue con su amigo y Piano también, lo que me deja parada como un hongo.

Solo me queda ir con el grupo de idiotas con los que Joseph se junta, no tengo nada que hacer y ver a un montón de chicos ebrios haciendo estupideces resulta bastante gracioso y entretenido. Hasta que Drake decide acercarse a mí con su aliento asqueroso.

— Maya... luces espectacular hoy, ve...

Y entonces vomita, justo frente a mí mientras el resto se ríe. Suena desagradable, pero se ve peor.

Me aparto inexpresiva arrojándolo a un lado y camino en dirección a Connor; para este momento él ya estaría tratando de confesarle todo a su amado, en serio llega a ser desesperante con todo su comportamiento físico delatándolo de mil formas. Debería agradecerme por ir a interrumpirlo.

— ¡Oye Joseph! ¡uno de tus amigos imbéciles necesita tu ayuda!

Excusa perfecta para sacarlo de mi jugada. Y funciona al instante; disculpándose, él nos deja para irse preocupado por el descerebrado de Drake.

— No pensabas declarar todo tu teatro de esa forma ¿verdad? Ahora luces fatal e inseguro, te batearía o te tendría lástima. —Me dirijo a Connor.

Él suspira notándose completamente frustrado, mirando discretamente como Jos se aleja.

— Necesitas tranquilizarte. —Le aconsejo en voz baja sonriéndole amena. Entonces comienza a sonar una canción lenta y varias parejas se abrieron un espacio en la pista de baile—. Ven, esto te ayudará.

Lo llevo a bailar conmigo al centro de la pista, coloco sus manos sobre mis caderas y las mías al rededor de su cuello, y comenzamos a movernos de un lado al otro, acordes a la música. Aunque en realidad él se nota bastante incómodo sin lograr sostenerme la mirada en tanto yo me esfuerzo por transmitirle mínimo un poco de mi calma.

— ¿Por qué te interesa? Honestamente solo me traes incertidumbre. —Menciona, cabizbaja.

— Lamento eso, pero créeme, soy de confianza. Por algo Joseph ha estado a mi lado por tantos años sin ningún tipo de inconveniente. —Me percato de cómo eso le ha afectado, necesito detenerme, compararme con él es lo peor que podría hacer ahora—. Sé lo que necesitas.

Las luces se atenúan, me muevo más lento y bajo la voz.

— Esto es ridículo; es decir, gracias por tu intención...

Miro a todas partes, asegurándome que los demás estuviesen en sus asuntos. Posterior a eso, me acerco más a él en prácticamente un abrazo, lo que me hace sentir algo incómoda con cualquier persona, pero a estas alturas sé que es necesario.

— Lo que hago para revelar algo importante sin lucir nerviosa o mandar un mensaje equivocado es escribir, así tengo la oportunidad de planificar y corregir mis palabras. —Le comento confidencialmente.

Él me mira algo confundido, talvez aquella idea no la había considerado.

— ¿Sugieres que escriba? ¿no crees que esas cosas se hablan de frente?

Ni siquiera se molesta en ser amable, es algo difícil, pero no demasiado.

— Eso ya lo intentaste, y... —Río— Te hubieses visto.

Connor se detiene en plena pista y lo piensa un momento.

— Creo... que podría funcionar. —Admite, encogiéndose de hombros.

Se trata de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora