Soft/Smut Shots

Hyunjin

Llevaba trabajando en aquel banco un par de años, claramente no era muy emocionante para mi. Ser la secretaria de el jefe era una odisea, sinceramente, siempre quise trabajar en algo que me mantuviera feliz y uno en el cual no tuviera correr de un lado a otro llevando y trayendo todo para el jefe, en el cual no se apreciaba mucho más que mi imagen de "chica linda" para los visitantes, estaba realmente agotada.Para finalizar la desgracia que era trabajar aquí, mi jefe siempre tenía actitudes desagradables hacia mi hasta casi Rozar lo indecente en el trabajo, era simplemente asqueroso.

-Oye, disculpa, tengo una cita con tu jefe- interrumpió mis pensamientos una voz masculina con un acento extranjero que me resultó extraño en ese sector- ¿Podrías avisarle que llegué, muñeca?

Voltee los ojos casi imperceptiblemente para el chico que se encontraba enfrente de mi escritorio, oprimi el botón de comunicación para poder avisar al degenerado que tenía por jefe de la presencia de este chico.

- Jefe, perdón si lo molesto pero llegó un cliente que dice tener cita con usted…

- Dile que es urgente y que si no me recibe de una vez estará en problemas- me sujetó del brazo haciendo un poco d epresion en su agarre acercando su pálida cara a la mía dejándome admirar sus curiosas facciones extranjeras.

-Ah me está lastimando, señor- me quejo en un murmuro mirándolo e intentando soltarme de su agarre- y-ya le aviso.

-muchas gracias, muñeca- sin comentar nada más finalmente me soltó y con un tranquilo paso se dirijio hasta la oficina del dueño de la empresa.

Una vez que le di la noticia al jefe me dirijo hasta el baño para al estar frente al espejo de este poder levantar levemente la manga de mi camisa y revisar el lugar donde antes aquel chico hacia presión, parecía que pronto allí iba a estar adornando un moretón por lo menos un mes y probablemente no tendría una excusa creíble para contar cuando le preguntaran. Suspiro con frustración. Este trabajo no podía empeorar. Cuando me disponía a salir repentinamente escucho disparos y gritos por todas partes, causando que pegue un pequeño salto asomandome con cautela para ver que era lo que sucedía, pero lo único que vi fue gente corriendo hacia la salida. Me disponía a seguirlos pero una sombra que caminaba en dirección contraria llamo su atención y decidi seguirla. Gran error.

Esos largos pasos la llevaron a un balcón por el cual tenía cierto apego el cual se encontraba a un costado del gran edificio, este no daba vista a nada, pero servía para descansar de las malas noticias.

-No deberías espiar a las personas, pequeña- hablo repentinamente haciendo que ella me exaltara nuevamente- ven aquí, se que estas ahí.

Sali del lugar en el cual estaba y me acercó a el, lo primero que vi fue a un muchacho alto, de tes blanca, pero no tanto como el que atendi horas antes aun así su piel si era bastante clara; brazos largos y con cierto musculo, llevaba botas de combate negras, un gorro negro y una cinta en el brazo, era definitivamente el chico más guapo que había visto.

- Disculpe - mire hacia abajo poniéndome de pie frente a el - ¿Que hace aquí? Escuché un tiroteo hace unos segundos.

El chico hizo un chasquido con la lengua y se alejó de la baranda en la que había estado apoyado y jalo de la correa que pasaba por su pecho mostrando la gran arma que llevaba con el apuntando directamente en mi dirección casi apuntando entre mis ojos. Haciendo que levantara las manos a la altura de mis hombros pasando saliva.

- Ven conmigo, me agradas, pequeña- se acercó a mi sin dejar de apuntar - date la vuelta y camina hacia donde yo te indiqué.

Acate la orden y empiezo
a caminar con un nudo en la garganta, doblando en las esquinas cuando el le indicaba. Después de unos minutos caminando llegaron a la oficina del jefe, notando ella que en esta se encontraba su jefe tirado en el piso con una mancha de sangre rojo apagado al lado de su cabeza, cosa que hizo que salte hacia atrás y me tape la boca con sorpresa, chocando a la vez con la punta del arma del muchacho de labios gruesos.