Apenas era medio día y hacia bastante calor, el muchacho alto, de postura siempre erguida estaba en la cocina preparando el almuerzo ya que sólo unos minutos antes había entrado por la puerta dando finalizada su jornada de trabajo, estaba exhausto y no había comida lista.
Se lavó las manos y sacó los ingredientes que necesitaba para prepararse algo sencillo y así poder sentarse a comer tranquilamente para luego descansar un rato sin preocuparse por su estómago sonando, el jamás se faltaría una comida, su mamá le había enseñado que eso no era sano.
Un suave zumbido pasó cerca de su oído causando que lleve su mano a este protegiendo se de el. Pensó que se había ido, pero la mosca cruzó cerca de sus manos que estaban ocupadas cortando unas verduras. Levantó la mano del cuchillo bruscamente casi logrando impactar al pequeño animal que iba de un lado a otro sin control.
- ¿Pero qué…?- mira alrededor preocupado y apenas siente que la mosca se acerca a el manda la mano con fuerza y la logra impactar haciéndola golpearse contra el Mesón cayendo al suelo -¡Oh! ¿Le pegué?
Se agacha lentamente mirando la mancha en el piso la cual no daba crédito de si era la mosca o algo que había caído antes. En cuanto estuvo lo suficiente cerca cómo para diferenciar perfectamente.
- Ay Dios…- ancha los ojos y coge una servilleta de cocina en la cual sube a la mosca mirándola fijamente- perdona, no fue mi intención golpearte, pequeña- camina con cuidado y abre la ventanita dejando a la mosca afuera- espero estés bien…
Murmura y vuelve adentro para terminar de cocinar su almuerzo.
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