Sun ° Lee Dong Wook °

parte 2

Proceso

Llevaba una semana en aquel departamento. Y ya había confianza extrema entre nosotros. Jugueteabamos,nos hacíamos cosquillas y muchas cosas. Tal vez era para que estuviera triste por irme de casa con un extraño pero es todo lo contrario.

Toda esa semana el Señor Lee no fue a trabajar se reportó como enfermo. Me enseñó a cocinar,aceptó mis errores cometidos en el momento,yo me ponía a llorar porque hacía todo mal. Me abrazaba y decía que no me preocupara,que con el tiempo aprendería.

A la segunda semana ya me había encariñado con él. Cuando llegaba después de trabajar corría hacia él y me cargaba. Los días siguientes hacíamos lo mismo al momento de su llegada.

-Lo extrañé mucho,Señor Lee.- me aferraba a su cuello y con mis piernas a su torso. Me tomaba debajo de los glúteos para sostenerme,no me importaba en lo absoluto.

-También te extrañé mucho,princesa.- me apodó princesa. Y me gustaba mucho que me llamara así.

Me bajaba en la sala para después irse a cambiar de ropa. Se ponía solamente unos shorts deportivos. No usaba camisa.

Hacíamos la cena juntos. Mis errores se hacían escasos. Mientras comíamos me platicaba sobre cómo le había ido en el trabajo. Sentía como si ya estuviera casada con él.

Veíamos películas o jugábamos a juegos de mesa. En ocasiones me sentaba en su regazo mientras él hacía trabajo pendiente. No sabía con exactitud a qué se dedicaba.

Dormimos abrazados.

En la mañana nos despertamos temprano,tomamos un baño y hacemos el desayuno. Se preparaba para irse al trabajo,antes de eso se despedía de mí dándome un beso en la mejilla.

Yo me quedaba en el departamento viendo televisión o me dormía toda la tarde esperando a que regresara. Su hora de llegada era a las 7 de la tarde. No demoraba ni siquiera un minuto.

-¡Señor Lee! - corrí hacia él para que me cargara. Le di un beso en su mejilla como él también me dio uno.

Hizo lo mismo de siempre,se fue a la habitación a cambiarse y ponerse unos shorts negros.

-¿Me extrañaste,princesa?- me tomó de la cintura para acercarme a él.

-Mucho.- el Señor Lee es increíblemente alto. Yo mido aproximadamente 1.60 mientras que el 1.84. Lo que hacíamos para tener comodidad era sentarnos en el sofá color café que se encontraba en la sala. Charlamos por un buen rato. Sentía la felicidad a todo lo que da,las charlas por las noches,las caricias que me daba cuando me ponía a llorar por equivocarme era lo que necesitaba. Como también sus besos en mis mejillas. Y no,hasta ahora no me ha dado besos en mis labios.

Nos encontrábamos en nuestra habitación,ambos no teníamos sueño. Decidimos quedar de frente y vernos fijamente. Iniciamos una batalla de miradas y él perdió primero. No hablamos por unos minutos hasta que él rompió el silencio que empezaba a ser incómodo.

-Te amo.- acarició mi mejilla con el dorso de su mano.

-Yo también lo amo,Señor Lee.- no importaba el poco tiempo que ha pasado. Nos amamos mutuamente.