parte 14

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Señor Lee

Nos volveremos a ver,princesa. Te lo prometo.
11:42 a.m

-Joonie.- ya era tarde y quería salir a algún lugar para comer juntos. A veces solíamos cocinar pero no estoy de ánimos para hacerlo. Hay que recurrir a la comida rápida. Me lancé encima de él para que, por lo menos me pidiera que me retire. Y como supuse, soltó un quejido, insinuando que me quitara de encima.

-¿Qué hora es?-

-Medio día. Anda, estoy muriendo de hambre.- mis pucheros suelen funcionar.

-¿Te parece si me das algo a cambio?-

-¿Qué?-

-Un beso de buenos días.-

-Joon...- es posible que esté soñando o no esté completamente despierto.-¿Sigues dormido?-

-Sólo un beso. No es mucho.- pensé que no sería malo hacerlo, somos amigos.

Me acerqué para darle un beso en la mejilla. Al momento de retirarme sonrió mostrando aquellos lindos hoyuelos que tanto me gustan. Fue de imprevisto un segundo beso, esta vez, por iniciativa de él. Pero no fue en la mejilla, sino en mis labios. Duró lo suficiente para confundirme y quedarme sin qué decir.

-Se nos hace tarde. Te tengo una sorpresa.- se levantó rápidamente de la cama para dirigirse al baño y darse una ducha. Estuve en el mismo lugar durante casi media hora, pensando sobre aquel beso. Mis sentimientos y emociones estaban más que confundidos.

Mi "sorpresa" era nada más y nada menos que ver al Señor Lee. La insistencia de querer verlo se estaba desapareciendo pasando los días. Quería olvidarlo tan siquiera un tiempo. Ahora deseaba ya no verlo.

Joon conducía con la concentración que jamás haya visto en una persona. Sus expresiones tan duras y sin emoción. Aún así insistió en que fuera a verlo y hablara con él.

Llegamos nuevamente al edificio donde trabaja el Señor Lee, esta vez no salí del auto con la euforia como antes. Estaba tranquila, y con las ganas de no verlo hoy. Fuimos a la recepción y preguntamos por el Señor Lee. La recepcionista habló por teléfono preguntando si se encontraba, la respuesta fue positivo por desgracia. Mientras hablaba nombró mi nombre para después, colgar y negar el paso.

Joon se molestó al instante y, sin supervisión, fue a la oficina del Señor Lee, junto con los de seguridad detrás de él, pero llevaba ventaja ya que pudo tomar el elevador. Esperé en uno de esos asientos cómodos, pero ya no lo eran por el tiempo en el que seguía sentada.

Finalmente, Namjoon bajó del ascensor con su ropa desarreglada y unos moretones en su rostro, acompañado con un poco de sangre en sus labios y frente.

Fui hacia él para que se apoyara en mí, ya que no podía caminar del todo bien, pasé su brazo por mi hombro y caminamos directo al auto.

-Tranquila, puedo hacerlo.- intentaba tocarle lo menos posible evitando lastimarle.

Mientras conducía hacía muecas de dolor, soltaba suspiros y fruncía su ceño. Le daba leves vistazos.

Al entrar a nuestro departamento lo primero que hice fue llevarlo hasta el sofá, pensaba hacer lo típico en estos casos pero estaba desconcertada, pensativa y sin saber exactamente qué hacer en estos momentos.

-¿Podrías curarme?-

-Joon...no sé hacer esas cosas.-

-Sólo trae lo necesario.- fui por lo que se precisaba. No estaba del todo segura en encontrarlo pero tuve suerte,supongo. Regresé a la sala de estar, tomé lugar a lado de Joon. -Ahora, humedece el algodón en alcohol, no demasiado pero lo suficiente.- se escucha sencillo, espero hacerlo bien. Pasaba lentamente el algodón por sus heridas, quise conversar un poco debido a que el silencio me incomodaba.

-¿Novedades?-

-Te llamará pronto.- ah, no es algo novedoso pero estoy conforme. ¿Pensará algún día en cambiar de excusa? Porque ya me estoy cansando de la misma. -Lo siento.- ¿eh?- Por mi culpa no pudiste verlo. Tenía planeado que se vieran y regresaran. Te he visto un tanto decaída en los últimos días.-

-No era necesario,Joon.- terminé. Le di un beso en la mejilla e ir a desechar los algodones que fueron utilizados recientemente.

Joon me siguió hasta la habitación, en la cual, al momento de tocar aquella almohada que brindaba comodidad, comencé a llorar. Puedo asegurar que Joon, al igual que yo, está cansado de estos sollozos que hacen presencia en momentos inadecuados. Todo iba muy bien hasta este día, donde recordé de su existencia, misma que estaba quedando en el olvido. Esto es completamente una ridiculez de mayor nivel, quiero decir, yo, apenas siendo una puberta llorando por un señor de casi treinta años que posiblemente esté con su esposa feliz y en caso, con sus hijos. Más razones para odiarme, gracias estúpido Señor Lee que nunca debí haber conocido.

-¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?- no lo creo.

-No es necesario,Joonie.- mi llanto estaba siendo controlado después de unos minutos. Tampoco quiero durar horas llorando.

Tocaba y acariciaba mi cabello de manera sutil. Su objetivo no era del todo claro pero me estaba tranquilizando. Es muy lindo.

A pesar de odiar (en estos momentos) al Señor Lee, agradezco el haberme presentado a Namjoon, sino hubiera sido por él, obviamente no lo conocería y estaría conmigo en este instante.



Sun ° Lee Dong Wook °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora