01. Secuestro.

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Caminaba por la noche, había salido tarde de su trabajo, el señor Mena era un hombre muy exigente con las normas del trabajo.

_______ trabajaba en el buffet de abogados del señor Mena. El padre de una de sus mejores amigas, Ana.

Ana y ______ se llevaban bien, eran muy amigas y personas unidas, Ana era súper dulce y hasta en cierto punto buena.

______ era la asistente personal de su padre, acompañándolo a cualquier lugar que fuera.

Era noche, lo podía saber con el simple hecho de ver el pequeño reloj que se ataba a su mano, el reloj marcó 11:00 p.m. había salido tarde, mientras caminaba podía escuchar las suelas de sus zapatos golpear con el frío y duro suelo, sus pasos eran lo único que resonaban por el lugar, las calles estaban completamente desérticas, no había rastro de persona que deambulará por ahí.

La calle por la que pasaba no era muy concurrida, en cierta parte era peligrosa, pero era un atajo para llegar a su apartamento.

Había olvidado su cartera en la oficina por lo que no tenía remedio, tenía que caminar.

Era peligroso siendo a estas horas de la noche, pero no le quedaba de otra.

Se paso las puntas de sus dedos por su pecho, intentado encontrar calor en sí misma.

Habían entrado en una temperatura frívola, invierno había dado inicio. Pero no lo suficiente para nevar, no aún.

Intento sentir el calor que emanaba su cálido cuerpo, se abrazaba a sí misma mientras seguía caminando, sintió una mirada penetrantemente pesada mirarla, volteo a un lado, pero no observó absolutamente nada.

» Debía estar alucinando «pensó.

Siguió caminando, pero volvió a sentirlo, miro a distintos lados de donde se encontraba, pero de nuevo no veía a nadie, comenzaba a asustarse.

Respiró profundo y siguió caminando, sin mirar atrás, comenzó a escuchar pasos lentos caminar justo detrás de ella, aceleró sus pasos, pero la persona que venía atrás también lo hizo, nerviosa sintiendo su corazón latir al mil, acelero más, pero aquel desconocido la tomo por la mano y la abrazo a su cuerpo tapando su boca un su mano, ella se quedó estática, era en vano si grita nadie la escucharía.

—Te soltare lentamente ______, pero no grites —. susurro cerca de su oído, ______ había sentido excitación al escuchar la voz de aquel sujeto desconocido. —Si lo haces no pensaré dos veces antes de meterte un balazo a la cabeza... —murmuró haciendo que lo antes mencionado se esfumará.

Remplazado el sentimiento por miedo, sus manos comenzaron a temblar, tenía miedo...

Mucho miedo de que le pudiera hacer algo, pero la duda que invadía su mente era. ¡¿Cómo diablos sabia su nombre?!

Sentía sus ojos poco a poco humedecerse, tenía ganas de llorar.

—No llores...—murmulló soltándola lentamente, pero sosteniéndola con sus fuertes y firmes brazos.

Aquel hombre, bajo sus manos que sus caderas, examinándola.

—He esperado demasiado por esto... —susurró dejando besos en su cuello.

Ella solo se mantenía callada, quería gritar, pero si lo hacía aquel tipo no dudaría en matarla.

Sintió las manos del hombre subir, para girarla lentamente, cuando lo hizo, se percató de aquellos ojos castaños la miraban, era un chico demasiado atractivo, complexión alta, cabello castaño, ojos avellanos y mirada penetrante.

Se quedó como tonta mirándolo, que él mismo se había dado cuenta, y solo le sonrió, siempre era lo mismo, siempre recibía miradas así de chicas.

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