Capítulo 6.

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Pasaron varios minutos en los que nadie dijo nada. El ambiente era pesado en la sala, mientras las emociones de Alejandro bullían descontroladas dentro de su pecho. El asombro inicial, fue reemplazado por la ira y el dolor. Él creía que las cosas estaban progresando con Luke, que por fin tendría una oportunidad con el hombre, pero ahora su pareja había soltado una bomba y Alejandro se sintió inestable. Dejándose llevar por la ráfaga de enojo que ahora lo azotaba, se levantó de su silla mirando a Khristopher, que le dio su completa atención.

—Bueno, entonces me voy.

—¿Eso es lo que quieres? —Khristopher preguntó, arqueando una ceja.

—No importa lo que yo quiera, ¿O sí? —Alex refunfuñó— él ya decidió abandonarme.

—No decidió abandonarte —Khristopher frunció el ceño, ante el término usado—el hecho de que no vivan juntos, no quiere decir que ya no se verán, ni tendrán una relación.

Alejandro no quería escuchar su justificación, aunque sonara totalmente válida—Entonces ¿Qué quiere que haga?

—¿Qué quieres hacer? —Khristopher preguntó, con sus manos detrás de la espalda, guiando al joven híbrido por el camino correcto.

—Patearle el culo —dijo, pronunciando aun más su acento español.

Gabriel, Dean y Josephine rieron por lo bajo, pero Khristopher se mantuvo sereno—Entonces ve, y hazle saber cómo te sientes.

—¿De verdad puedo…? —Alejandro preguntó, mirando hacia el pasillo por donde Luke había entrado.

—Adelante —Khristopher asintió, haciéndose a un lado.

—Gracias, jefe —Alex dijo, entrando como tromba furiosa a buscar a su pareja.

—Ustedes tres —Khristopher dijo, observando a los otros adultos—necesitan saber cuándo callarse.

—Oh vamos, eso fue gracioso —Gabriel golpeó su brazo suavemente, cuando se sentó a su lado.

—Lo fue, pero lo que Alejandro menos necesita ahora, son las burlas, por amistosas que sean.

Por otro lado, Alex caminaba a largas zancadas buscando a Luke. En el trayecto, se topó con algunos retratos que parecían muy antiguos, pero captaban los rasgos de la familia Valiant a la perfección. Se le hizo difícil no detenerse a mirar uno de Khristopher, con ropajes que debían ser del siglo XVII o XVIII, era extraño pensar que era el mismo hombre, no un pariente muy parecido. Cuando encontró a quién buscaba, Luke iba saliendo de una habitación junto a Pinkie, que retrocedió al sentir la energía arremolinada a su alrededor, y se fue volando hacia una posición segura.

—¿Por qué no me dijiste que estabas planeando dejarme? —Alejandro preguntó, con el dolor punzante en sus palabras.

—No dije nada, para evitar justo esta situación —Luke dijo, intentando alejarse.

—¿Acaso no te demostré que puedo ayudarte? ¿Qué puedo pelear? —Alejandro frunció el ceño, molesto por la actitud de su pareja.

—¿Y acaso no te das cuenta de que a causa de eso quedaste inconsciente y perdiste la memoria?

—¡¿Podrías dejar de pensar en eso por una maldita vez?! —su grito resonó en el salón vacío— ¡Sí, me caí, pero eso no significa que soy un jodido inútil! ¡Eres tú el que me ve así, y eso me cabrea como no tienes una puta idea!

Alex siguió gritando, esta vez en su puro idioma natal, algo que confundió a Luke, pero también lo excitó, la lengua viperina de su compañero era sexy, hasta cuando parecía insultarlo.

Serendipia (Lazos de Almas 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora