Ya estaba todo preparado, había descargado la película con subtítulos al japonés (porque no hablaba ninguno de los tres idiomas que aparecían) ya que no quería tener la suerte de que el internet anduviera malo y tuvieran que verla con incomodidad.Soraru, que había llegado hacía un momento, estaba sirviendo los snack mientras de vez en cuando se le salía algún que otro pequeño tarareo.
Mafu estaba más nervioso de lo que quería aceptar. Que, en su mente intentando reconfortarse, se decía que era natural sentir nervios de ver una película gay por primera vez con su novio.
Además de nervioso, estaba molesto por dos cosas, o más bien dos personas.
Primero: con Kuroneko por haberle convencido de montar esto para lograr un acercamiento con el mayor. Y en segundo lugar y más importante: con lo genial y calmado que se veía su novio preparando una merienda.
¿Por qué solo él tenía que estar nervioso? ¿O es que el contrario era un maestro de la disimulación? En cualquier caso, estaba enfadado.
Apagó las luces cuando el mayor dejó la bandeja en la mesita del televisor y se tiró en el sofá, haciendo que el ya sentado Soraru diera un ligero brinco. Aunque no calculó la distancia intencionalmente terminaron bastante juntos, pegados.
Miró al mayor y este le devolvió una sonrisa tranquila. De repente se sintió tan tímido que quería apretar con todas sus fuerzas algún muñeco de los que solía tener cerca, pero justo en ese momento lo único esponjoso a su lado era el cuerpo del mayor, y requirió mucha fuerza de voluntad por su parte no lanzarse a abrazarlo.
—¿Qué pondrás? —El pelinegro preguntó a la par que buscaba la mano del menor. Mafu la apretó, ese gesto lo había aliviado un poco.
—Una película que nos recomendó Kuroneko —Sonrió y le puso play. El mayor tenía la pregunta en la punta de la lengua así que se apresuró en seguir comentando—. Es americana, gay... Y eso. Sabes que le gusta ver cosas así, y pues me dijo que debía ver esta.
Soraru asintió y se acomodó más cerca de él, apoyando la cabeza en su hombro, mientras distraídamente jugaba con lo dedos de ambos en lo que pasaban los créditos iniciales.
Todo transcurrió muy normal, a menudo pellizcaban algo de lo que el pelinegro había preparado, este le daba besos en el cuello y se sonrían con cariño.
Lo tensión comenzó a partir de la escena de Marzia y Elliot en el bosque y en aquella casucha abandonada. Mafu intentaba atragantarse de comida en lo que la escena pasaba pero aquellos sonidos no lo hacían fácil.
Finalmente pasó y ambos exhalaron suavemente.
Sin embargo, ya en la película Elio y Oliver salían juntos en bicicleta y se dirigían al lugar secreto del joven. Ahí, el muchacho y el hombre acostados en el pasto hablaban con rodeos de su «relación». Todo bien, hasta que empezaron a besarse. Y Soraru confirmó para sí que nunca ha recibido un beso como ese mientras Mafumafu tensó todo su cuerpo de la vergüenza.
El estado de ambos empeoró cuando el muchacho le agarra el miembro al hombre. Y ahí Soraru quizo que se lo tragara la tierra. Mafu carraspeó y rió nervioso, mientras deshizo el agarre de manos para secarse el casi imaginario sudor de sus palmas en el pantalón.
La escena volvió a «la normalidad» al igual que las manos entrelazadas.
Para cuando Marzia se quita el top del bikini y Elio la toca de esa manera, Soraru sintió que se iba a atragantar con las palomitas de maíz que masticaba.
Mafu pausó la película. Ya no aguantaba la situación. Quería poner la excusa de ir a tomar agua pero terminó no diciéndolo. En cambio, miró al mayor a los ojos. Y a su boca. Alternó la mirada, no sabe en qué punto concentrarse.
Para entonces se inclina, son suavidad y parsimonia, sobre el mayor. Podía sentir que Soraru respiraba irregular, él también lo hacía. El peliblanco agarró la nunca del contrario y acercó los rostros, tanto que si hablaban sus labios llegarían a tocarse.
Mafu lo tomó despacio, queriendo hacer un intento de copiar lo que vio en la película. Sacó un poco su lengua y la pasó por el labio inferior del menor, luego pasó al superior. Soraru sonrió en entendimiento y emoción, acunó la mejilla del menor y lo atrajo hacia sí, profundizando el beso.
El peliblanco se acostó prácticamente sobre el mayor. A Soraru el calor que desprendía le parecía tan agradable que exhaló intensamente y se detuvo a observar el rostro sonrojado de su novio.
Era muy tierno que incluso con la vergüenza de la inexperiencia tenga una mirada tan decidida.
Mafu reanudó el beso mientras los hizo cambiar de posición. Esta vez, Soraru acostado por completo a la largo del sillón y él encima de su cuerpo.
Era una posición algo... Intensa. Donde ambos podían sentir el estado en el que tenían al otro. Soraru se movió buscando cierto alivio a lo que Mafu respondió pegándose más. Casi que no ayudaba.
En un impulso Mafu bajó sus manos hasta la cintura del mayor, la que acarició causándole a este un poco de cosquillas.
Mientras el peliblanco se había envalentonado (o se le había nublado el juicio) por la situación y se decidía a llevar sus manos más abajo, un repartidor de paquetes impaciente tocó al otro lado de la puerta.
El derrumbe de ese momento por algo tan tonto casi hizo que quisieran tirarle el paquete por la cara a aquel señor, pero cuando el bombillo se le encendió a Mafu y recordó qué era lo que había pedido hacía una semana, salió emocionado a recibirlo; dejando a su novio con mucha tensión no resuelta y tremenda cara de desconcierto.
Mafu abrió, pagó y recibió el paquete con una sonrisa. Cerró la puerta y se apresuró a ir con el mayor y abrir la caja.
—Mira, mira, Soraru-san, ¡los kigurumis! —Exclamó el menor con una sonrisa mientras mostraba con emoción los trajes.
Tenía tantas ganas de usarlo con Soraru-san que se le había olvidado por completo el tema en el que estaba antes. Pero eso es historia de otro momento.
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❛❛ 可愛い ❜❜┊MAFUSORA
FanfictionPorque confesarse por Minecraft y los besos en la nariz es cosa de ellos. ... » Slash » Fluff, warm and fuzzy feelings 🎠❞ Q, espero que esto pueda satisfacer un poco tu anhelo de leer MafuSora tierno.