❛❛ 可愛い ❜❜┊MAFUSORA

03┊❛ Musa con piernas peludas y perreo nivel latino ❜

   Eran las cuatro de la mañana de un tranquilo viernes cuando Mafu tuvo que salir de su cómodo fuerte de almohadas y mantas, presionarse las sienes y soltar un suspiro de exasperación al sentir que aumentaba el volumen atronador de la música que le hacia querer tirarse del balcón, o tirar a su habitación. Ambas eran opciones tentadoras.

«Antes tú querías, ahora yo no quiero». «Yo perreo sola». «Yo perreo sola».

No es que Mafu entendiera la letra de esa canción latina, pero de algo estaba seguro: Nadie, absolutamente nadie, en el edificio escuchaba sucio trap latino en la madrugada, expecto por el Foco.

Así que reuniendo valor para enfrentarse a esa contaminación ambiental, vistió un abrigo gris y subió dos pisos utilizando la escalera —avanzaba de a dos los escalones, maldiciendo al negligente conserje del edificio por no reparar el elevador y a su fiestero amigo por sacar a flote el estrés que había estado en vano conteniendo.

Sin evitarlo miró con cierto sonrojo la puerta del apartamento de Soraru cuando pasó cerca, recordando la noche de Acción de Gracias que ambos compartieron hacía unos días, y los sucesos que habían ocurrido en ella.

Se entristeció pensando que no habían intercambiado más que unos mensajes de conversación casual desde entonces —y el mayor estaba con su familia pasando las festividades por lo que ni siquiera estaba en su apartamento.

Sacudió la cabeza como si pudiera alejar esos pensamientos y continuó su viaje.

Cercano a la raíz del problema que lo hizo abandonar su maratón de Pikachu y tomando todas las precauciones para que esa voz —que para él eran puros balbuceos— cargada de autotune no le causara daños irreparables a su audición y sanidad mental —no entendía como aquel pendejo que tenía por amigo no se había quedado sordo, pero bueno, algunos problemas sí tenía—, se colocó sus cascos y cliqueó al aleatorio en su reproductor, ansiando bloquear un poco el molesto ruido.

Intentando no menear las caderas ni decidir volver a ver Code Geass por cuarta vez y acompañado del ritmo de Colors, tocó la puerta.

La música en realidad no era realmente atronadora, pero en su edificio las paredes eran muy delgadas y él definitivamente no quería irse a dormir con Bad Bunny como nana —que seguro sería ese por el amor que le tenía Luz. Ya todos sabían que cuando se enfadaba con el mundo a su alrededor hasta la risa de un niño le parecía el ruido más horrendo del universo. Y él también lo sabía, pero no significaba que pudiera controlarlo.

Con un bol en la mano y el rostro tiznado de harina, además de una mueca de extrañeza, Luz abrió la puerta.

Mafu se fijó en que no tenía puesta camisa y quiso darse un face palm.

Luz le dijo algo, pero con sus potentes cascos puestos Mafu se sentía muy externo a toda la escena que estaba viendo: el Foco saludándolo como podía y dirigiéndose a la cocina para continuar batiendo lo que parecía merengue al ritmo de aquella música, y dándole de probar de su dedo a aquel miembro de su banda —que igual iba sin camiseta— que parecia más su novio que su mejor amigo.

Pero él no estaba en posición de juzgar. Y pensar eso causó otro face palm mental.

En realidad, y aunque nunca se lo diría, le gustaba esa actitud desenfadada que tenía Luz con las personas, y con los rumores también.

Con lentitud (miedo) se quitó los cascos, pero al parecer aquel chico había bajado la música cuando fue a la sala y lo dejó a solas con su amigo, pues la canción ya hasta le parecía el agradable background de un tierno viernes en la madrugada de una pareja extraña. Excepto que Mafu no pintaba nada ahí, y que de hecho era sábado y aquellos dos no eran pareja.