ᴛʜʀᴇᴇ

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Sus ojos se abrieron con lentitud cuando el sol de la tarde llegó a su rostro, rápidamente se dio cuenta que estaba durmiendo, pegó un suspiro cansado.

Era la primera vez en días que podía dormir, estaba cansado, adolorido, pero inesperadamente satisfecho, en sus pequeños recuerdos lograba obtener la imagen de que había terminado su manga así que realmente no estaba preocupado, por ese lado se sentía realizado, había podido cumplir con todo lo que necesitaba en ese corto plazo sin problemas, todo lo que se esperaba del gran Kishibe Rohan.

¿Y por qué el gran Kishibe Rohan estaba acostado en un sillón que no debería estar ahí?

Trató de recodar si se había movido antes de caer desmayado, trató de pensar como había llegado ahí, pero no lo lograba, no podía unir sus memorias más allá de estar trabajando en su manga.

Pero no necesitó unir nada cuando sus ojos lograron captar en una esquina de la habitación un bulto bien apretado.

Alzó una ceja, ¿Desde cuándo Josuke era un bulto?

Subió su mano izquierda a su propio rostro para restregarlo ligeramente en un intento de despertar mejor, seguro era algún otro sueño raro, ha pasado mucho tiempo pensando en él últimamente por culpa de todo lo sucedido, quizá su cerebro cansado solo le jugaba una mala pasada.

Mandó a Heaven's door donde Josuke para revisar y solo pudo confirmar que era el real así que se puso de pie para poder verlo y de paso despertarlo.

Apenas se agachó a su lado no pudo evitar sonreír.

Josuke estaba con la espalda y el trasero bien pegado a la esquina de la habitación, sus rodillas estaban flectadas mientras sus brazos rodeaban sus piernas, apenas se le veía el rostro por encima de las rodillas pero se podía ver.

Sí que era un niño.

Pensó en hablarlo pero pronto decidió no hacerlo, seguramente era obra de ese chico que ahora estaba acostado, pero, ¿Se podría el peso de ese chico para poder llevarlo al mismo sillón?

Claro que no.

Decidió usar a Heaven's door para darle la indicación de caminar hasta el sillón para acostarse y seguir durmiendo y por suerte funcionó sin problemas, porque ahora tenía a Josuke durmiendo cómodamente en el pequeño sillón.

Esa familia era demasiado grande.

Fue a buscar una manta para cubrirlo y así volvió solo para acomodarle la cabeza mejor en la almohada, inesperadamente no le molestaba para nada tocarlo.

Volvió con más ánimos a acomodar su manga y comenzar a enviarlo por fax, así también pidió comida a la casa, bastante comida, estaba comenzando a sentir hambre y seguro esa bestia que estaba atrás de él estaría hambrienta cuando despertara.

Odit et amo 『Josuhan』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora