ᴅᴇ́ᴄɪᴍᴏ

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— Y, ¿Por qué un rubio tan bonito como tú viene solo y molesto a un lugar como este? Encima, eres demasiado tierno. — Agust dijo aquello con un aire coqueto mientras se recargaba sobre la barra y sosteniendo el vidrio de la cerveza en su mano.

Jimin tenía en su rostro toda la expresión de molestia y disgusto posible. Carraspeo su garganta pero no respondió, ignorando la pregunta de Agust a su costado. El rubio miraba la pista de baile en donde Kitty soltaba risas escandalosas al abrazarse a V y Hoseok, posiblemente ya bastante ebrio. Jimin les daba la espalda, recargando sus brazos en la barra mientras sostenía su copa.

— Calladito, ya veo. —Volvió a hablar Agust con una sonrisa.— Eso no te quita lo guapo.

Para Jimin era casi un insulto que alguno de los amigos "darks y anticuados"—como solía llamarlos— de su hermano, le coqueteara. Que descaro. Pero bueno, el chico rubio no estaba nada mal. Podría ser el decente de los amigos de su hermano.

— ¿Por qué haz venido aquí? ¿Que quieres? —Fue lo único que se limito a responder mientras arqueaba la ceja y lo miraba por el rabillo del ojo.

— Ah, no lo sé, simplemente creí que un chico tan guapo no querría estar solo aquí, donde cualquiera puede coquetearle, ¿Que descaro, no? — Agust dio un sorbo a su bebida con una sonrisa en los labios.

— ¿Que estás diciendo? Pero si tú me estás coqueteando. — Jimin afirmó mientras se giraba a verle con una expresión de sorpresa en el rostro. ¿Qué carajos?

— Uff, que bueno que lo notaste, creí que no estaba siendo demasiado obvio. — Y en cuanto se giró a verle con una sonrisa en los labios, Jimin supo que tenía que darle una oportunidad, por lo menos de coger.

Y así lo fue. Esa noche, Kitty no supo más de su hermano ni de su mejor amigo, pero tampoco fue conciente de ello. Porque el alcohol tiene muchos efectos en las personas, pero Kitty, Kitty se duerme.

— Así que aquí estabas

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— Así que aquí estabas. Mary me ha dicho que despertaste temprano. ¿Estás bien cariño? — Yoongi camino en sus pantunflas suaves y cómodas hasta el jardín, encontrándose con el bonito rubio envuelto en su bata de ceda sentado a la mesa, en esa pequeña que tenían para cuándo tomaban el té por las tardes o cenaban bombones asados.

— No quise despertarte, estabas descansando tan profundo. — Jimin respondió. Tenía los pies cruzados en forma de loto encima de la silla de madera, acunándose entre las asas y sosteniendo una taza de porcelana en sus manos. El pelinegro se acercó hasta el y se inclinó para besar sus labios antes de sentarse en la silla a su lado.— Estoy bien, es solo que... Ya sabes, mañana es el desfile de Agust en España.

— No tienes que preocuparte por eso. He mandado flores de nuestra parte. — Yoongi lo reconfortó con una sutil caricia en su cabello.

— No es eso, sabes bien que tendría que estar ahí, pero estoy del otro lado del océano, en los Estados Unidos con su hermano. — Jimin respondió, recostando su rostro en la palma de la mano de Yoongi que le acariciaba.

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