Yoongi y Agust son mellizos.
Yoongi es tan recto.
Agust es una curva pronunciada.
Pero ambos se quieren tanto.
Agust quiere tanto al hermano de su novio.
Yoongi quiere tanto al hermano de su novio.
¿Como arreglarlo todo?
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➜ AGUSTD ×...
Jimin caminaba de un lado al otro dentro de las habitación, envuelto en esa bonita bata de color blanco suave y cómoda. Sus pies inquietos lo llevaban de un lado al otro mientras mordía su labio inferior, nervioso, ansioso. Había visto el reloj de la pared casi unas cien veces, bueno, tal vez menos, o tal vez más, no las estaba contando. Podía mirar la ciudad desde el ventanal de la habitación y aunque la cama enorme era cómoda, no pensaba subirse ahí.
— ¿Ya ha comenzado?
Yoongi apareció bien trajeado por la puerta de la entrada de su habitación caminando a pasos rápidos mientras comenzaba a quitarse el saco de color negro.
Jimin se sorprendió, pero no hizo ni el más mínimo ruido. Se giró a mirarlo y casi de inmediato Yoongi le tomo de la cintura para atraerlo a su cuerpo y besar sus labios con una sonrisa.
— Ni siquiera haz encendido la TV. — Yoongi dijo al separarse y mirar la pantalla plana colgada en la pared completamente obscuro.
Un silencio invadió la habitación cuando se miraron. Yoongi pudo notar ese nerviosismo en sus ojos, y sus manos cuando se aferraban a sus brazos. Jimin aún no quitaba la corbata de su cuello, y eso siempre lo hacía.
— Podemos no verlo si quieres. — Continuo hablando al tomar las manos delicadas de Jimin y dejarlas en el nudo de la corbata. De inmediato los pequeños dedos de Jimin comenzaron a deshacer el nudo con delicadeza sin dejar de mirarle.— Hay un restaurante muy bonito, podemos ir a cenar y después caminar por la ciudad, y cuando volvamos a casa te hago el amor para poder dormir.
Jimin deshizo el nudo de la corbata lentamente y cuando Yoongi dejo de hablar llevo sus manos hacia el cuello del mismo para deslizar la corbata y quitarla de ahí. Dejo caer la corbata al suelo antes de que de nuevo sus manos desabrocháran los primeros botón de su camisa.
— No, está bien, te estaba esperando para encender la televisión. — Dijo Jimin con una sonrisa aún más amplia y le acarició el pecho con ligereza. Yoongi se separó levemente de Jimin para tomar su reloj y desabrochar la correa para quitarlo de su muñeca.— Aunque la parte de hacer el amor al final del día me encanta.
Sugirió coqueto, sentándose en el filo de la cama, aún más coqueto al levantar el filo de la bata sobre sus muslos.
— Y lo tendrás... — Yoongi se inclinó sobre la cama, dejando sus manos al costado de cada lado de sus muslos para besarle los labios con una enorme sonrisa.
Él siempre iba a complacer a su pequeño Jimin.
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Las luces bajaron tanto como fue posible, el público se encontraba en sus asientos con los folletos correspondientes del intinerario. Los reporteros en primera fila en conjunto con los invitados especiales, con las cámaras listas y los micrófonos encendidos, no había vuelta atrás.
La emoción corría por las venas de Agust en cantidades torrenciales, potentes y constantes. Pero era esa emoción la que lo mantenía vivo. Cada uno de los chicos y chicas modelos estaban en su lugar y cada uno de los ayudantes del staff se aseguraba de que todo estuviera en el lugar y modo correspondiente pero sobre todo correcto. Cada Pazo, cada suspiro y movimiento debía de ser el correcto. Y entonces se escuchó.