Bullying

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Ridículo. Lo mínimo que el colegio podía hacer era poner una cámara de seguridad en la parte trasera, pero no. Era un lugar desierto donde se sabía que las parejas iban a tragarse, o los matones iban a derrochar sus excesos de testosterona.

Era lo usual, y por eso tanto Paul como George se quedaron varados observando en confusión cómo la melena rubia  se aproximaba a la pelea. Una estúpida decisión, pensaron; pero para Roger no había alternativa.

La hora que había convivido con ese niño en la cancha fue suficiente para sentir esa necesidad de protegerlo. Lo había visto asustado, tan inseguro y desconfiado del mundo, y ahora entendía por qué. Era un blanco fácil para esa gente.

"¡Ya déjenlo en paz!" demandó al llegar frente a los matones del colegio. Los mismos idiotas de siempre. Eran de su curso, y los conocía bien.

Conocía de qué eran capaces y por eso los evitaba a toda costa, y al notar la sonrisa condescendiente de Jagger cuando volteó se dió cuenta de la cagada que había hecho, pero ya estaba.

"Miren qué tenemos aquí, es la princesa Aurora" exclamó, y sus amigos rieron al unísono, lanzando miradas austeras en su contra.

Jagger se acercó dando pasos lentos, asechando a su nueva presa, y debía decir, de sus favoritas.  "Recortaste tu pelo, pero eso no te quita lo niña" acercó su mano para desordenar su cabello y acariciar su mejilla con tosca delicadeza. Roger no se apartó, se mantuvo firme, el odio reflejado en sus ojos. "¿Es este tu novio?"

Mick tomó su distancia fijando su atención en John. Lucía incluso más aterrado que antes, aunque ya no sólo por él sino por Roger. Lucía incluso confundido. Y lo estaba.
¿Por qué iría él a defenderlo?

"Déjalo en paz, Michael. No te hizo nada, es sólo un niño" suplicó el rubio, fallando miserablemente en sonar imponente.

"Sólo estábamos reclamando nuestra cuota, ya sabes las reglas" gruñó Keith, el mequetrefe #2, apretando el agarre en la muñeca del castaño. Un gimoteo ahogado salió de sus labios.

"Tengo mi dinero del almuerzo, te lo doy. Pero déjalo" insistió, incapaz de ver la escena.

"Y si no, ¿qué vas a hacer?" preguntó, la mirada de Jagger estaba cargada de burla, haciendo que su estómago se revolviera. ¿Cómo podía entretenerse con esto? "No creo que debo recordarte lo que pasó la última vez que te pasaste de listo con nosotros, ¿no?"

Lo recordaba. En ese entonces era más joven y asustadizo, no tuvieron ni que toparlo y se había desmayado. Lo apodaron La Bella Durmiente, así de creativos.

Desvío su mirada nervioso regresando a ver por si sus amigos se habían dignado a seguirlo. Estaban aún en el lugar donde los había dejado. Paul negó, implorándole que no haga alguna estupidez; y George estaba oculto detrás del pelinegro, por primera vez expresivo. Tenía miedo.

Pero no, no podía dejar a John a su suerte. Ni siquiera prestó atención a la ola de risas e insultos que siguieron y lanzó un puñetazo directo a la cara de su adversario.

Jagger siseó y maldijo cubriendo su rostro. Tampoco tenía planeado pelear contra ellos así que rápidamente lo empujó y éste cayó sobre Richards, quien soltó el agarre para evitar que Mick lo aplaste. Jones, el más despistado de los tres, trató de atraparlo; pero Roger era  ligero como una pluma así que se escabulló tomando a John de la mano para sacarlo de ahí.

Corrieron como si les persiguiera el mismo diablo... y pasaron de largo a Paul y George, quienes se habían visto todo asombrados por la repentina valentía del rubio. El par en seguida se les unió, aterrados, al ver que Jagger y su grupo habían retomado consciencia y los seguían hechos una furia. 

Así fueron sin rumbo fijo hasta que George anunció que ya no los seguían. 

"Estás loco, Rog" suspiró Paul recargándose en una de las construcciones. Llegaron a una zona más concurrida del vecindario, y estaban a unos pasos de la estación de buses. 

"Dijiste que no me abandonaban de nuevo" le reprochó ante la falta de apoyo que recibió antes. Paul y George regresaron a verse contrariados, fue el menor de ellos quien respondió.

"En fiestas," aclaró, "y fue antes de que te nos creyeras kamikaze. No puedes ir y enfrentarte a Jagger así porque así" se defendió. "Él siempre se roba mi almuerzo, es la naturaleza de las cosas."

"Una vez puso una rana muerta en mi mochila en la clase de ciencias" añadió Paul revisando su bolso, como para cerciorar que no se le hubiese caído algo en pleno correteo. 

"Escondía mi ropa después del entrenamiento. Todos los días. ¡Por un año! Me tocaba salir con una toalla al pasillo a buscar mis cosas y terminé en detención mil veces" continuó Harrison. "¿Y alguna vez le reclamé? Noooo."

"Ah, no es nada. A mi me chantajeó a hacer su tarea por un mes a cambio de no esparcir mis nudes" murmuró Paul virando los ojos. 

"¿Qué dijiste?" Roger se las sabía todas de Jagger, menos quizás esa. El silencio se hizo presente y todos los ojos se posaron sobre Paul; su rostro se pintó escarlata. 

"T-tomó mi celular y entró al chat que... que tengo con Johnny y... y ya sabes" sonrió nervioso, tragando saliva para retomar compostura. George trató de no reír pero le fue imposible, ganándose un zape por parte de su amigo. "Mejor me voy, ya hablé de más. Aparte no vaya a ser que nos alcanza y nos termina de dar una paliza."

La mirada hazel del chico se dirigió al menor de todos. Su uniforme decía Deacon en el apagado y aburrido azul del colegio, y a juzgar por la delicadeza de sus facciones debía ser menor que George. "Debes tener cuidado, niño."

John Deacon asintió, lucía aún agitado pero al ser estos amigos de Roger no tenía para qué guardarles ningún tipo de desconfianza. Roger le cayó bien. Quiso decir algo, agradecer a lo mucho por haber ayudado, pero el bus hizo su aparición y los tres amigos tomaron sus cosas y se dirigieron al vehículo. Se quedó sólo mirando sus zapatos. 

"¿Vienes?" 

La voz de Roger llamó su atención. El rubio había pausado su ingreso al colectivo para chequear a su nuevo amigo. 

"Yo vivo al otro lado" admitió avergonzado, le tocaba volver sólo a su casa por ese mismo camino. Los ojos azules reflejaron preocupación y regresó a ver a la dirección por la que habían llegado. 

"Taylor, ¿vas a subir o no?" preguntó el conductor impaciente, el rubio negó y bajó del bus.

"Hoy no, Ray, gracias" regresó a ver a sus amigos que lucían curiosos, aunque para nada impresionados por su decisión. "Los veo mañana."

"Sólo no te metas en más líos, Rog" le sonrió Paul. "Me escribes cuando llegues a tu casa."

"No mueras" añadió George con un ademán.

Roger sonrió para sí mismo y los miró partir suspirando. John tosió incómodo, no entendía por qué ese chico de último año parecía tan decidido en ayudarlo. 

"Hey... te acompaño a tu casa, ¿te parece?" trató de animarlo. "No te saqué de las garras de estos psicópatas para que regreses donde ellos por tu cuenta. Aparte no pudimos hablar en la práctica, vamos."

Le ofreció su mano y se encaminaron a la casa del castaño. 



God Knows | MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora