Libre - Parte II

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"¡Tú! ¡Ven acá maldito degenerado! ¡TE DIJE QUE NO TE QUERÍA VER CON ÉL!" rugió la ronca voz de Michael Taylor, y Brian se estremeció al darse cuenta que no le estaba gritando a Roger sino a él. Prefería aquello mil veces, pero mentalmente no estaba preparado para el golpe que el mayor quería propiciarle al levantar el puño contra él.

Cerró los ojos, pero el golpe no llegó. Escuchó un quejido y al abrir los ojos vio a su novio en el piso y con la intención de levantarse. La nariz le sangraba, pero a Roger no parecía importarle conforme se limpiaba con la manga blanca de su blusa y se ponía de pie.

"¡Y yo te dije que no lo toques!"

"¿¡Me estás levantando la voz?!" bufó el señor Taylor incrédulo, y francamente entretenido por la osadía. Fue evidente el segundo en el que notó la indumentaria de su hijo, pues su sonrisa descarada fue reemplazada por una expresión de espanto y asco.

Otro golpe, pero esta vez el rizado fue más rápido y lo tomó antes de que se cayera.

"¡MI HIJO VESTIDO COMO UNA PUTA! ¿¡QUÉ DEMONIOS TE PASA, ROGER?!"

"En realidad..." tosió el ojizarco algo aturdido, pero no por ello menos capaz de mirar a su padre a los ojos con firmeza "cabe aclarar que este es el uniforme de mi escuela. Lo utiliza Clare, padre, todos los días."

La expresión del mayor se tornó peligrosa al escuchar a su hijo y se acercó para propinarle otro golpe, pero fue detenido por una segunda persona que no tuvo problema alguno en empujarlo hacia el piso.

"¿¡Se puede saber qué está pasando aquí?!" gritó un tal Harold May escandalizado, y a Brian le tomó unos segundos reconocer al par de mujeres que se apresuraban a revisar si Roger, a quien del aturdimiento había dejado caer al piso por accidente, se encontraba bien.

"Papá..."

"¡Tú cállate!" gritó el señor Taylor levantándose de golpe con la intención de acercársele de nuevo, pero el agarre fuerte del otro hombre en su brazo lo hizo detenerse.

"¡No le puedes dirigir la palabra así a mí hijo!"

Michael miró con detenimiento a señor May, y luego regreso a ver a Brian. A pesar de que uno lucía iracundo y el otro completamente aterrado, y muy a pesar del cabello nítidamente cortado del mayor y el alboroto que tenía el más joven de peinado, era evidente que ese debía ser el padre del muérgano que arruinó la vida de su hijo.

"Es usted, señor May... ¿el padre de ese criminal?" preguntó con delicadeza, nada que ver con los gritos que estaba emitiendo hace un minuto.

"¿¡Criminal?!" exclamó Ruth ofendida. "¡Usted es el único criminal! Mire nada más lo que le ha hecho a esta niña, ¡está sangrando!"

"¿¡Niña?!" carraspeó el rubio. "Esa no es una niña, ¡es la desgracia que tengo como hijo! Roger estaba completamente bien hasta que su hijo vino a corromperlo de nuevo. Mi hijo es gay por su culpa."

"Disculpe," la voz de Harold dejó aquel tinte de ira por uno de confusión, pero en vez de pedirle que ahonde sus acusaciones, regresó a ver su hijo quien se encontraba arrodillado junto al otro muchacho tomando su mano con delicadeza. Apenas Brian alzó la mirada, notó que su hijo estaba llorando, y recibió aquella mirada de vergüenza y dolor con la que lo miró cuando Chrissie había dicho que era gay. "¿Qué?"

"Lo lamento" sollozó el de rizos con la voz quebrada. Junto a él Chrissie, quien los había seguido al escuchar el alboroto, le sobó la espalda con ternura.

"No tienes que disculparte de nada, recuérdalo" murmuró la chica, antes de alzar la mirada para en cambio ver a Ruth, quien lucía horrorizada y se había alejado un poco de Roger.

God Knows | MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora