29 ARTHIT

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–¿Puedes hacer algo bien?

Mi disgusto está incrementando de manera rápida, desde el día en que visitamos la tumba de Arlin, Kongpob se ha mantenido muy silencioso y torpe, yo diría: muy torpe.

–Lo siento – susurró de forma casi inaudible.

Di un último vistazo y antes que tomara los documentos que le extendía los puse de nueva cuenta en mi escritorio.

–Solo vete.

–Déjeme corregir mi error.

–Ya has hecho mucho Kongpob, ahora retírate.

Estoy tratando de ser comprensivo al dejarlo ir temprano, pero parece no entender nada, él es terco e insistente lo cual me resulta molestoso en gran manera.

Su rostro muestra lo cansado que está, pero aun así insiste en quedarse.

–¿Estás seguro?

–…– le mire severamente antes de volver la vista a la computadora.

Tomo sus cosas y salió lentamente del departamento, suspire audiblemente al escuchar la puerta cerrarse y deje todo para salir al balcón y observar la ciudad.

Últimamente me sentía más solo de lo normal, un sentimiento desconocido se instalaba en mi pecho cuando Kongpob abandonaba el lugar y eso me estaba volviendo un poco paranoico.



El teléfono en mi bolsillo vibró al ritmo del tono de llamada.

–¿Qué pasa?

–No me quiero ir – aleje el teléfono de mi oído y mire el nombre en la pantalla un poco sorprendido –¿puedo dormir contigo esta noche?

–Vete.

–Arthit – suplico.

–¡Maldita sea!


Corté la línea y minutos después la puerta del departamento volvió a abrirse y aquel viejo camino directamente hasta donde estaba parado para abrazarme sin mi consentimiento. Mis ganas de rechazarlo eran 99 de 100, pero por una extraña razón no me aleje simplemente lo deje ser.



Casi eran las 9 de la noche y ambos permanecíamos en silencio dentro de la hamaca mientras el aun abrazaba mi cuerpo por la espalda.

–Me iré a bañar.

Mis palabras solo provocaron que su agarre se volviese más fuerte y me pegara más a su cuerpo.

–Kongpob.

–¿Qué soy para ti? – la persona que había permanecido en silencio hablo solo para preguntar aquello.

–No hagas preguntas cuyas respuestas no estás listo para escuchar.

Salí de sus brazos y caminé hasta el baño…

¿Qué era Kongpob para mí? ¿Era algo más del que estipulaba el contrato que inconscientemente firmo? ¿Me seguiría a todos lados ciegamente como hasta ahora? ¿Seguiría siendo una marioneta de alguien mucho menor que él?

Salí del baño con la toalla a la cintura para tomar mi ropa del closet solo para encontrarme con el cuerpo de Kongpob recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados sin quitarme la vista de encima.

–¿No planeas bañarte?

–¿Podré dormir a tu lado? – maldita sea esa pregunta.

–¿Si ubicas que se lo estas pidiendo a un adolescente? ¡Podría ser tu hermano menor!

–Pero no lo eres – no vi en qué momento se acercó hasta donde estaba y apretó mi cintura entre sus brazos.

–¿Te ha dicho que eres un depravado? – el negó – entonces lo eres, eres un viejo depravado. Tew tenía razón sobre ti.

La sola mención de Tew le afectaba y esta vez no fue la excepción.

–¡Para!

–¿Por qué debo parar, acaso los que callan ante la realeza no son los subordinados?

–¿Por qué con Tew no es lo mismo?

Sonreí notablemente al ver su comportamiento tonto, nunca cambiaria este hombre, ya era demasiado viejo como para entender a los adolescentes de ahora.

–Deja de ser celoso, ¿has escuchado del poli amor?

El silencio me dio la respuesta.

–Tew lo entiende y es por eso que permanezco con él.

Esto hizo que se alejara y tomara una toalla del anaquel para entrar al baño. Su comportamiento ha cambiado, el cree que necesito a alguien que me consuele por la pérdida de mi hermana, el cree que tengo intenciones suicidas o que soy alguien indefenso a quien debe cuidar.

Estaba por entrar a la cama cuando tocaron el timbre, mire la hora en el reloj de pared, para ser las 10:47 de la noche es casi nula que el padre de Kongpob o Tew me visiten.

Perezosamente camine hasta la puerta y la abrí sin antes mirar de quien se trataba, el golpe se incrustó justo entre mi nariz y la frente haciendo que todo se volviera borroso para después impactar dolorosamente contra el suelo.


–Arthit ¿estás bien? –la voz angustiada de Kongpob se escuchaba a lo lejos mientras movía mis brazos.

Me removí entre la cama dolorosamente y después fijé mi vista en la ceja de Kongpob que parecía estar lastimada.

–Toma esto, te ayudara a sentirte mejor, ¿deberíamos ir a ver un médico?

–Solo infórmale a Neo, el sabrá que hacer – el dolor punzante en mi nariz se intensificó al momento de hablar.

Ese maldito ya me ha fastidiado demasiado como para que siga dejándolo ir como siempre, debo de arreglarlo personalmente o Kongpob seguirá involucrándose con él, solo de pensar que es la segunda vez que lo encuentra aquí y lo golpea, ¿acaso no sabe cómo defenderse? ¡que viejo tan estúpido!

–Arthit ¿Quién es esa persona y porque intenta hacerte daño?

Guarde silencio, mi nariz no estaba en condiciones de respirar adecuadamente y quizá tampoco mi cuerpo para soportar el dolor.

–Informare sobre esto a tus padres, no se quedará así.

–Ve y encuéntralos. - Finalice sin poder reprimir una risa burlona.

INVISIBLE (Kongpob/Arthit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora