-Manu dale no estes enojado- Dijo mia haciendole pucherito.
-Bueno pero me prometes que no me vas a prohibir nada mas?- Dijo mirandola serio de brazos cruzados.
-Te lo prometo mi amor- Se dieron un beso -Ahora decime que me pongo para ir a tu casa?- Le preguntó buscando entre su ropa.
-Cualquier cosa mia..no cualquier cosa no, algo sencillo, a mi mamá le gustan las chicas sencillas- Le dijo manuel.
-Bueno entonces me pongo esto- Le mostró un short de jean rosa con una remera blanca sencilla.
-Perfecto- Dijo sonriendo. El sabia que mia era capáz de ponerse hasta la ropa de temporadas pasadas para caerle bien a su mamá, y eso era una de las cosas que le encantaba de ella, a veces la perfección le salía sola, pero habian veces que ella buscaba ser perfecta para caerle bien a las personas. Las vacaciones pasadas, mia estuvo los tres meses sin ponerse la ropa de marca que ella usaba habitualmente, solamente para que la mamá de manu la quiera.
-Mia te amo- La abrazó y le dio un beso.
-Yo te amo mas simio azteca- Dijo divertida y capturó sus labios en un tierno beso.
-Mia, manuel ya estan listos?- Dijo franco desde el otro lado de la puerta.
-Si daddy yo me tengo que cambiar nada mas porque ya me arreglé un poco- Dicho esto se metió en el baño con la ropa y manuel dejó pasar a franco y a sonia.
-Como estan manuelito- Dijo sonia.
-Bien tuvimos una mini peleíta pero ya estamos bien- Dijo sonriendo.
-Apurate mia se nos hace tarde!, son las 05:00 (am)- Dijo franco.
-Hay listo daddy- Salió mia del baño y franco y sonia abrieron los ojos como plato.
-Esto es un milagro- Dijo franco.
Mia estaba tan sencilla, no se pintó como lo hace siempre, su pelo estaba recogido como una colita de caballo con dos mechones a los costados como flequillo, estaba con el short rosa y la remera blanca que la hacia parecer otra mia, y con unas zapatillas blancas. Esa era la impresión que causaba mia en otras personas, asombro. Asombro por no verla como se la acostumbra. De igual manera, cualquier cosa que se ponga le quedaba perfecto, ella era perfecta a pesar de sus inseguridades, de sus caprichos, de su humor, a pesar de cualquier pequeño defecto.
-Vamos?- Dijo sonia.
-Vamos- Respondieron los demas.
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Marizza abrió los ojos por la claridad que se apoderó de la habitación. Sintió el brazo de pablo rodeando su cintura, apretandola como si no quisiera que se escapara. Con cuidado se dio vuelta quedando frente a frente con su novio que estaba completamente dormido. Acarició su rostro. Para ella, el era la persona mas perfecta del mundo. Pablo abrió los ojos ante su tacto y le sonrió. Maripositas en el estomago era lo que sentía marizza en ese momento. A pesar de que ya se miraron varias veces así, ese era el poder que tenia el sobre ella. Nunca se iba cansar de esos hermosos ojos color cielo, de esa sonrisa que era la octava maravilla del mundo. Lo amaba. Lo ama. Lo va amar toda su vida.
-Buenos dias mi amor- Le dijo pablo -Que hora es?-
-Buenos dias muñequito- Le dió un tierno beso en los labios -Son las..- Se fijó en el reloj de la pared -14:52-
-Tengo hambre- Dijo el bostezando.
-Vamos a comer por ahí dale?- Dice marizza
-Como usted quiera señorita andrade, pero despues usted y yo volvemos para comenzar lo que terminamos en la noche- Dijo mirandola picaro.
-Como usted lo desee bustamante- Se levantó se puso la ropa interior y se metió al baño para darse una ducha.
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-Luji y si nos tomamos un remis?- Dijo cansado de tanto caminar marcos -Aparte te vas a perder nunca vinimos-
-Bueno esta bien marquitos- Pararon un taxi y se subieron.
Estaban llendo al estadio de futbol de mexico, y aunque quede medio lejos de donde ellos estaban, lujan era fan del equipo y franco le habia conseguido un pase para jugar uno de los entrenamientos junto a los futbolistas.
-Estoy tan emocionada!- Dijo antes de entrar a la cancha -Vos tené la camara preparada así me sacas fotos marcos-
-Usted es Lujan Linares?- Dijo un señor acercandose a ella con una cama girante de fotografia.
-Si porque?- Le contestó lujan.
-Me mandó Franco Colucci a que le haga un album de recuerdos de la cancha de mexico, la voy a fotografiar jugando con los futbolistas y tambien a grabar así tiene recuerdos guardados- Le contestó el señor.
-Buenisimo!- Le dijo contenta.
Entraron al estadio mostrando los pases, y todos recibieron a lujan y a marcos en la cancha de futbol. Lujan abrazó a su idolo del futbol, mientras marcos los saludaba a todos y el fotografo capturaba cada movimiento de lujan, y a veces de marcos.
Lujan estaba realmente feliz. Nunca vivió algo así, y no tenia esperanzas de algun dia estar disfrutando tanto. Desde que los Colucci-Rey la adoptaron, su vida dió un giro de 180°. La felicidad dia a dia se apodera de ella. Tiene la familia de sus sueños. Los mejores papás del mundo, la hermana odiosa y la otra hermana que es su mejor amiga. Tiene todo lo que ella quiere, y no es lo material lo que prefiere, es lo sentimental. El amor de la familia que le dan, sobrepasa cualquier cosa.
