Enemigos.

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Serena estaba más que feliz por la boda de Amy y Taiki, era tanta la felicidad de la reina que se proclamó la organizadora del evento. Nadie dijo nada, puesto que esta noticia había alegrado en algo a la monarca quien últimamente se la pasaba encerrada en su habitación.

Darién estaba en su consulta revisando los estudios de un paciente cuando una de las enfermeras se le acercó para indicarle que en urgencia estaba la novia de Seiya, la corista.

- Esta ingresada por una crisis nerviosa - dice la enfermera

- Pero yo no soy siquiatra - dice Darién desconcertado, no entendía por que le iban a contar esas cosas

- La mujer, llego diciendo que Seiya la dejo por su esposa, doctor Chiba -

- Eso es ridículo, Serena no tiene nada que ver con ese hombre -

- Pero eso no es lo que aquella mujer piensa - y mirándolo con preocupación - Lo malo es que hay algunos inescrupulosos que has aprovechado de gravar y sacar fotografías -

Así fue como Serena se entero de la ruptura de Seiya con la corista, por lo que la mujer nuevamente sintió la necesidad de buscar al cantante. Y lo hizo después de una pelea con Darién. 

Seiya, ya estaba en la cama, viendo una película que poco le importaba cuando sonó el timbre de su departamento, no quería ver a nadie, pero ante la insistencia del estruendo, se levanto y abrió la puerta.

- Serena - dice complemente sorprendido

- ¡Seiya! - gritó Serena y se le colgo literalmente del cuello al cantante - Quería verte, quería estas contigo -

Luego de eso lo besó, Seiya estaba sorprendido, Serena siempre había huido de él y ahora era ella la que se tiraba a sus brazos. Sabía que hacía mal, Serena estaba casada, pero no lo pudo evitar, la amaba y quería que le perteneciera. Por lo que la sujeto fuerte y la llevó hasta su cama. Serena se dejo llevar, se dejó desnudar y le permitió a Seiya recorrer su cuerpo a su antojo.  Ya ambos estaban desnudos, Serena bajo el cálido cuerpo de Seiya cuando Darién pasó por su mente.

- No puedo - dice Serena

- Pero, bombón -

- Esto esta mal, yo amo a Darién - 

- ¿Lo amas? -

-¡Sí, lo amo! -

- Y por que lo amas, vienes a mi casa y me haces pensar que realmente tengo una oportunidad contigo -

- ¡Eres un idiota! -

- Puede que sea un idiota, un idiota que se enamoró de una mujer que no sabe lo que quiere -

Serena se cubrió con la sabana y le dio una bofetada a Seiya. 

- Creo que lo mejor es que vuelvas a tu palacio con tu esposo - luego de eso Seiya se fue hasta uno de los baños de su departamento. No iba a llorar frente a ella.

Serena salio a medio vestir del departamento de Seiya, este se dio cuenta que la rubia no estaba por el fuerte golpe de la puesta. Por lo que decidió volver a su cama, ese lugar aun conservaba el calor y aroma de la bella Sailor. Veinte minutos después el timbre volvería a sonar con la misma persistencia de antes. ¿Serena estaba de vuelta?

Después de la pelea del matrimonio real. Darién se encerró en su estudio y comenzó a beber, el joven médico no era de beber en grandes cantidades, pero esa noche quería olvidar todo. No podía dejar de pensar en como se había puesto Serena al saber que ese cantante de pacotilla estaba libre, acaso él no era el amor de su vida, el que la había amado desde su vida anterior. 

A eso de la medianoche Darién volvió a su habitación, pero Serena ya no estaba. Salió tambaleándose de lo ebrio que estaba, llegó hasta su auto y salió a toda prisa, necesitaba encontrar a Serena, ese mal cantante no sé qué iba a quitar. Dehambuló a lo loco, no sabía donde vivía ese canalla que osaba a poner sus ojos en su esposa.

Por lo que por primera vez en su vida uso su poder para conseguir algo personal. La dirección de Seiya llegó a su teléfono en cosa de segundos. Dio un giro inesperado en la autopista y se encaminó a la dirección.

- ¿Qué haces aquí? - dice Seiya

- ¿Dónde está Serena? - dice Darién empujando al dueño de casa - ¡Serena! -

- Ella no está aquí -

- ¡Mentira! Tú me quitaste a mi esposa -

- Claro que no, ella está enamorada de ti -

- ¡Cállate, hijo de puta! - Grita Darién cayendo patéticamente ante su rival en el amor

- Te ayudo - dice Seiya intentando levantar del suelo a Darién

- ¡No le toques! Puedo solo -

Darién intento ponerse de pie, pero era imposible, su cuerpo no obedecía. Seiya lo estuvo mirando por un buen rato. No podía creer que ese hombre fuera quien le había ganado el corazón de Serena, ese hombre que tenía en frente lucía patético.

- Estrellita, ¿me vas a levantar o no? -

- No que no querías mi ayuda -

- Cállate cantante de cuarta y ayúdame -

- ¿Cantante de cuarta? Y tú Rey de los fracasados - dice Seiya, pero Darién ya no tenía fuerzas ni para pelear

Seiya lo ayudo a ponerse de pie, fue difícil para el cantante, ese hombre era mucho más alto que él, además pesaba bastante. Cuando finalmente pudo sentarlo en uno de los sillones de su sala, se dio cuenta que Darién tenía un feo corte el el labio. ¿Dónde diablos se lo había hecho? Quizás al caer tras intentar ponerse de pie por sus medios.

- Voy por el botiquín - dice el cantante

Darién se sintió aun más patético, ahora su enemigo, ese hombre a quien deseaba ver muerto, estaba casi cuidando de él. Cuando Seiya volvió no dijo nada y dejó que el otro limpiara su herida. Era  una situación incomoda, Seiya olía a flores, su rostro era muy atractivo no lo podía negar, le parecía que estaba frente a una hermosa chica y no frente al desgraciado que tenía su matrimonio de cabeza.

- ¿Te duele? - pregunta Seiya con ironía 

- No - responde Darién

- Que lastima que no te duela - responde naturalmente Seiya

Cuando ya había terminado de limpiar el corte Darién lo tomó del mentón y lo besó.




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