En su propia trampa.

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A la mañana siguiente Seiya se despertó cuando los rayos del sol llegaron a su rostro, le dolía toda su anatomía, pero sonrió feliz. No quería salir de su cama, pero si no lo hacía iba a tener un accidente y a su edad no sería nada gracioso. Corrió al baño, desnuda como estaba. Quedó asombrada de ver esas marcas en su piel.

Recordaba como Darién la había tomado, como el hombre había recorrido cada parte de su cuerpo y se ruborizó. Luego se sintió completamente sola. No había rastro de Darién, seguramente había vuelto a su palacio, con su esposa. Sacudió su cabeza y se metió a la bañera, el agua tibia reconfortó su cuerpo y su espíritu. Se arregló con su único vestido y usando una gorra y gafas oscuras salió. El sol le dio la bienvenida a la Seiya chica, no, a la Seiya mujer. Por que eso era, una mujer, pasó por varias tiendas, compró vestidos, zapatos de tacón, pantalones entallados, y todo lo que se le puso en frente, llegó a su departamento cargada al máximo, quería verse hermosa para cuando Darién volviera a verla. Esa noche Seiya preparo una cena digna del mejor chef del mundo, pero Darién no llego, tampoco lo hizo al día siguiente, ni el siguiente a ese.

Finalmente entendió que solo había sido una víctima de un hombre sin escrúpulos. Y resignada a su suerte decidió esconder su dolor y su nuevo cuerpo.

Los días y las semanas fueron pasando, Tree Light se había metido de lleno en la grabación de un nuevo disco y el en clip de su nuevo video, por lo que Seiya se sumergió en el trabajo, pero en las noches no podía evitar recordar a ese hombre y sus falsas palabras.

Por otra parte Darién no se sentía feliz con lo que había hecho, era verdad que quería sacar del medio a Seiya y ahora estaba seguro que el cantante no iría tras su esposa, pero le pesaban sus actos, además no podía sacarse de la cabeza esos recuerdos, de cómo Seiya sin una pizca de maldad en su corazón se había entregado a su verdugo, por que así se veía a sí mismo él. Seiya era de un noble corazón y él se había aprovechado de su bondad, de su ingenuidad y por que no, también de su soledad.

- Darién ¿Qué pasa? - preguntó Serena sacándolo de sus pensamientos

- Nada, mi amor - responde y se acerca a besarla

- ¿No puedes dormir? - pregunta la mujer

- Voy por un vaso de leche, tú sigue durmiendo -

Darién sale de la cama dejando un tibio beso en la frente de su esposa. Serena no era una mujer muy inteligente, con mucho esfuerzo había terminado la escuela, pero tenía un sexto sentido increible. Darién llegó a la cocina y se encontró con Rei, que tampoco podía dormir.

- Darién - dice la morena sorprendida de verlo de la nada, ella estaba tan metida en su mundo que no lo vio llegar

- ¿Tampoco puedes dormir? - preguntó el monarca

- Extraño a Nicolás - y con una mirada perspicaz - ¿Y tú? Acaso tú sucia conciencia no te deja dormir -

Darién sonrió, Rei era su amiga y aveces se preguntaba si no hubiera sido más feliz con ella que con Serena.

- Exacto, mi negra conciencia no me deja dormir, pero parece que somos dos - decía refiriéndose a ella también

- Te equivocas, yo no he cometido ninguna mala acción - dice la morena

- Es verdad, el único desalmado aquí soy yo -

- Darién ¿Qué pasa? -

- Si te lo cuento, no sería justo para ti, porque me tendrías que guardar el secreto y no quiero ponerte en aprietos -

- Es por Serena -

- Sí, creo que no debí casarme con ella -

- Estás enamorado de otra chica -

Darién abrió sus ojos en extremo, eso era se había enamorado de Seiya. Rei lo vio en los ojos de su amigo y rápidamente se puso de pie y lo abrazo. Esto era malo, malísimo, estaba en medio de una gran embrollo, tanto Serena como Darién eran sus amigos y no quería verlos sufrir.

Serena dio media vuelta al ver como Rei abrazaba a Darién y acariciaba sus negros cabellos. Por eso Darién estaba tan distante con ella, se había enredado con Rei, pero no haría ningún escándalo, ya sabría Rei Hino quien era Serena Tsukino.

Cuando el disco estuvo terminado al igual que el clip promocional, Tree Light volvió a Tokio, los programas de espectáculos hablaron del tema y Serena que estaba frente al televisor se enteró de la noticia, por lo que decidió ir a hacerle una visita a Seiya.

El timbre del departamento de Seiya sonaba una y otra vez, Seiya no sabía qué hacer, pero era evidente que tenía que ir a atender, por lo que corrió a su habitación y se puso la ropa más grande que tenía, necesitaba disimular su nueva figura, cuando abrió Serena se le lanzó a los brazos.

- Serena ¿Que haces aquí? -

- Quería verte - dice la rubia atrapando los labios de Seiya, quien no respondió a ese beso

Eso era lo que siempre había querido, que Serena corriera a sus brazos, pero ahora que eso era así, solamente podía pensar en que deseaba los labios del esposo de la chica que la besaba.

- ¡No! - gritó Seiya alejando a Serena de su lado

- ¿No? - dice Serena completamente sorprendida

- Serena, yo... Yo estoy enamorada de otra persona - dice la morena

- ¿Enamorada? -

- Enamorado - corrigió Seiya - Tú tienes a tu esposo y yo, bueno... amo a otra persona -

- Hablas de la corista -

- No. No es ella. Pero... -

- Estoy segura que yo puedo hacerte olvidar a cualquier otra mujer -

- No quiero olvidarlo -

- ¿Olvidarlo? -

- Olvidarla - nuevamente Seiya se corrigió - Ahora vete -

Serena le dio una bofetada que casi dio vuelta el rostro de Seiya y se marchó. No pasaron ni cinco minutos y nuevamente ese maldito timbre sonaba constantemente.

- ¡Serena...- dice Seiya fastidiada

- No soy ella - dice Darién

- Primero la loca de tu mujer y ahora tú ¡Maldita noche! -

- Seiya...yo... Lo siento, fui un idiota - dice el hombre abrazándola con toda su fuerza

- ¡Sueltame bastardo!¡Te odio, hijo de puta! - peleaba Seiya mientras no podía contener los lágrimas - ¡No sabes cuánto he sufrido por tu culpa, imbesil! -

- Lo siento, Seiya - y la besa en los labios - Te amo. Nada salió como lo había planeado. Quería sacarte del medio, pero me enamoré de ti -

Seiya al escuchar eso esta vez fie ella quién lo besó.

- Entonces sigo en medio de este matrimonio - sonríe Seiya

- Sí, pero te prometo que pronto ya no será así. Dejaré a Serena. Yo me enamore de ti -

Entre húmedos besos Seiya y Darién fueron a parar a la habitación de la morena. Esa noche Darién fue dulce y la trato como si fuera una delicada rosa.

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