Engaño

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Seiya sin querer le había dado la información necesaria a Darién para sacarlo del juego.

La noche siguiente Seiya estaba en su departamento como cada noche de luna nueva, debía mantener su secreto oculto, por lo que le pareció muy extraño que alguien llamará a su puerta. Al abrir Darién se abrió paso en el departamento del cantante.

- ¿Qué quieres ahora? - dice molesto el cantante

- Hola, preciosa -

- ¡No me digas así! -

- Pero si eres muy guapa - dice Darién tomándola del mentón, eres más linda de chica aunque no voy a negar que de hombrecito también eres lindo -

Seiya se quedó parada como una tonta, que era eso de que como hombre también era lindo, acaso ese tipo gustaba de él en forma masculina.

- Traje helado - dice Darién mostrándole un bote de helado de trufas - también. Traje copas supongo que aún no respondes todo lo que se fue al infierno anoche -

- Porque no te vas a tu palacio y te metes tu helado por el culo -

- Ese vocabulario, esas no son las palabras de una linda chica - dice Darién

- ¡Qué no soy una linda chica! -

- Está bien, pero no vamos a desperdiciar este helado ¿O sí? -

Seiya quería mandarlo al infierno, pero nunca había visto esa mirada tan tierna en Darién. Así que aunque todo le indicaba que era una pésima idea cerró la puerta y acepto ese helado con el rey Darién.

A la noche siguiente Darién volvió a ir al departamento de Seiya, esta vez fueron palomitas y una película. La siguiente fue una cena y esta vez Seiya se había animado a usar su único vestido de su guardarropa. Poco a poco Darién se iba ganando la simpatía de Seiya.

Darién era encantador cuando quería serlo, para esta noche había decidido llevar una botella de un deliciosos vino dulce y una rosa roja para Seiya, pero al verlo su rostro cambio.

- Seiya - dice espantado al verlo sin esas curvas femeninas

- Traes vino - dijo Seiya amablemente

- Sí... -

- ¿Vas a pasar? -

- Acabo de recordar que tengo un compromiso, así que seré breve - Darién paso, pero ya estaba buscando la excusa perfecta para salir lo antes posible

- Entiendo no tienes que quedarte, viniste buscando a la Seiya mujer, no a mí -

- No es eso -

- Darién, podrías irte por favor. Estoy cansado y no estoy de ánimo para vinitos ni nada por el estilo, mañana tengo grabación -

Darién salió tan rápido como había entrado en el departamento. Su máscara no era tan buena como para fingir ante el Seiya hombre, pero reconocía que había sido un gran error marcharse de esa manera. Por lo que decidió que para la próxima luna nueva iría nuevamente al departamento de Seiya y está vez cumpliría su objetivo.

Darién sabía que la luna nueva duraba siete días y cada veintiún días sucedía esto por lo que se dio maña de esperar esa cantidad de tiempo para aparecerse el primer día de luna nueva en casa de Seiya. Eran pasada la medianoche cuando el insistente sonido del timbre despertó al cantante.

Abrió la puerta y se encontró de frente con quién menos deseaba ver.

- Hola - le saludo Darién mirándola con dulzura

- Llamaré a la policía si no te largas - fue la fría respuesta de Seiya, pero una respuesta que por más fría que sonara era imposible de creer, una lágrima rodaba por su mejilla

- Haz como quieras, pero no me iré -

Seiya sabía que jamás le ganaría a la fuerza, si empujaba la puerta a Darién le bastaría darle un leve empujón para hacerla volar, ni en su forma masculina podía hacerle frente, mucho menos con el delicado cuerpo que ahora tenía. Corrió y cogió el auricular del teléfono marcó el 110 y cuando la operadora de la policía le respondió Darién le quitó el auricular y corto.

- Sé que estás molesta conmigo, pero si supieras todo lo que me pasa contigo quizás pudieras entenderme un poco -

- No me interesa, ahora vete - responde Seiya

- Te odio como no tienes idea - dice el rey dejando a Seiya sin palabras - Eres el hombre que más aborrezco en esta vida, por tu causa mi matrimonio pende de un hilo, pero esta Seiya que tengo frente a mí me confunde, y me hace volverme un completo idiota - Y tocando el rostro de Seiya con sus dedos - Siento que eres otra persona, siento que tú y ese Seiya que odio no fueran uno solo - y sin más atrapó los labios de Seiya entre los de él

Seiya se sorprendió en un principio, pero pronto comenzó a responder a ese beso, era la primera vez que Seiya besaba a alguien tenía dos esa forma, se podría decir que era el primer beso de Seiya mujer. Darién sonreía con la mirada, la presa había caído en la trampa.

Se alejaron un poco para poder respirar, Darién miró hacia el comedor, allí aún estaba la botella de vino y la rosa ya marchita, estaban en el mismo lugar que los había de él. Por lo que se sintió más seguro, Seiya no se había desecho de sus regalos y eso quería decir que "esa cosa" sentía algo por él.

- Te amo - le susurró casi al oído

Seiya al oír eso, esta vez fue ella quién lo besó, se aferró a su cuello y Darién la apretó con fuerza entre la pared y su propio cuerpo. Comenzó a recorrer con sus grandes manos el cuerpo de Seiya, su espalda, su pequeña cintura, finalmente se animó a poner sus manos en los redondos y bien definidos glúteos, todo esto sin dejar de besarla, un sutil gemido escapó de los labios de la morena y Darién supo inmediatamente lo que debía hacer, sin siquiera decirle una sola palabra la llevó hasta la cama donde la desnudo por completo, Seiya era hermosa, su cabello color ébano contrastaba con su blanca piel, un aroma primaveral la envolvía y la tenue luz de la luna nueva la iluminaba, parecía un ser celestial, un hermoso angel que estaba a punto de perder sus alas.

Darién fue brutal, con ella. No hubo una sola caricia o una palabra dulce en el lecho, al contrario fue soez con ella, que al contrario de él fue amorosa y delicada. Darién sentía que su corazón se rompía ante tanta inocencia, al pensar en cómo se sentiría ella cuando horas después se diera cuenta que solamente había sido usada y desechada, por ello no era necesario ser delicado.

Una vez que terminó su faena, Seiya calló desplomada en la cama, Darién uso su cuarto de baño, para bañarse, se vistió apropiadamente y se fue dejando a Seiya completamente sola.

Ahora Seiya no se volvería a acercar a su preciosa Serena.

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