EL VUELO [ 18+]

2 ✈️

Me quedé dentro de la cabina, pero antes había pasado por la cocina y me traje un postre que se me antojo.

- Sabes que eso te puede caer mal - hablo Made quién venía llegando.

La quedé mirando mal a propósito para después reírnos juntas. No sabía por qué estaba aquí en la cabina, se supone que debe estar en el otro lado del avión.

- Oh, vamos ___ no me digas que ahora me odias por qué estoy del otro lado - se cruzó de brazos -

Le dediqué una sonrisa la cual fue correspondida de inmediato. Y seguí comiendo del postre que tenía entre mis manos escuchando a made, quién se sentaba a mi lado para conversar

- Sabes, cuando venía hacia acá me encontré con la mirada de un papasote.

Yo abrí mis ojos fingiendo sorpresa.
La mayoría de veces Madeleine durante algún vuelo llegaba hasta mí para contarme que chico le pareció lindo, y a mí sinceramente no me importaba tal información, pero la escucha hablar de aquellos chicos.

Intenté llevarme otra cuchara a la boca cuando Madeleine se me adelantó y me la quitó de las manos junto con el postre. Fruncí el ceño molesta por su acción y me limpie los dedos con resto de postre en la falda de su uniforme como venganza. Ella solo río y me miró buscando una respuesta a lo que me dijo.

- ¿Ah, si?... ¿Quién era ese papasote? - pregunté con sarcasmo.

- La verdad no sé - se quedó pensando - pero está bueno, deberías hablarle por lo menos - se levantó y se retiró de la cabina.

No le di importancia a sus palabras. Para que me decía que el chico era lindo si no sabía nada acerca de él. Sin pensar tanto, miré mi reloj y me di cuenta de que ya era hora de repartir algo de comida a los tripulantes. Me levanté y caminé hacia la cocina para buscar el carrito de comida. Salude a Lucía quién estaba en la cocina acomodando las comidas en los carritos para que las pudiera repartir cómodamente.

- Por fin apareces - dijo - las bebidas las llevarás después, solo hay esto hoy.

Solo asentí y tomé el carrito para caminar hacia el estrecho pasillo de la zona VIP. Mire los platos cubiertos que había y la lista de las diferentes comidas del día hoy, al parecer el menú de hoy no era la gran cosa, pero igual algo debían comer.

Llegue hasta el primer pasajero quien estaba leyendo un periódico y traía audífonos. Reí suave cuando se sorprendió al verme y bajo su periódico. Un estampado un poco atrevido se le vio en la camisa color menta que traía, una vez que bajó el periódico. Carraspeo y me dispuse a hablar para que él pudiera pedir su orden.

- ¿Se le ofrece algo de nuestro menú? - le hable mientras le extendía la lista de comidas. 

- No, gracias. Me quedaré así por ahora - me incliné en forma de despedida y seguí.

Camine hasta el otro asiento, pero antes de llegar mi vista se encontró con la del señor de la entrada, aquel que me ignoró. Lo mire con soberbia, pero respire profundo cuando sentí un escalofrío recorrerme la espalda cuando sus ojos miraron los míos con profundidad.
Desvíe la mirada unos segundos después. Aquel señor era lindo, no lo voy a negar, pero me pareció muy grosero así que todo rastro de belleza desaparecía.

Deje de pensar en él y me concentré en el pasajero que tenía enfrente. Pero para ser sincera, tenía un poco de miedo llegar hasta la silla siguiente pues es ahí donde se encontraba el señor de la entrada.