EL VUELO [ 18+]

6✈️

Mentiría si dijera que de verdad no estaba nerviosa.
Mis manos sudaban. los relatos de las posibles escenas de mi nuevo trabajo pasaban por mi cabeza, eran tan fuertes como la lluvia cuando se desatan con frecuencia sobre la ciudad.

Las sensaciones eran peor que la vez cuando tuve mi primer vuelo o mi primera vez teniendo sexo. Aún recordaba lo asustada que estaba en ese momento, pero ese sentimiento comparado con el que vivo ahora es insignificante.
No importa que tan experimenta este en este campo, el solo pensar que esto tenga que estar relacionado con el señor de aquella vez, Jimin, me produce diferentes emociones difíciles de expresar.

Su misma presencia que era agobiante y abrumadora, sentía que el aire que tenía a mi alrededor era consumido por él. Me transmitía tranquilidad y excitación a la vez, pero por otro lado me cabrea.
Todo era tan confuso con él. me daba vueltas la cabeza de solo imaginar todo lo que podía suceder si llego a tener más encuentros con el.
Esto es enloquecedor. Quiero regresar el tiempo y no firmar ese estúpido contrato que atormenta mis pensamientos en este momento, quiero volver y decirle a la made que esto era una locura. Servir a una empresa privada nunca resultaba bien.

Revolvió mis cabellos desesperada y golpeé el suelo con mis pequeños tacones color beige. Todos estos pensamientos no me conducirán a nada, y por el contrario estaré con mi mente en otro lugar.
Ya di mi palabra y la tengo que cumplir por más que no quiera.
Tengo que ir. Lo demás no interesa. Debo cumplir con mi labor, ahora. Y si es posible olvidarme de las consecuencias, aún no sabía quién era mi jefe y ya me estaba formando una película en mi cabeza.

Terminé de arreglar mi pañuelo, esta vez era un uniforme diferente al anterior, una falda de color beige a la altura de las rodillas, una blusa de manga larga blanca, debido a la temporada, y un pequeño abrigo del mismo color de la falda.
El invierno se acercaba y con ello los cambios de temperatura tan repentinos, era una época muy peligrosa para la aviación también. Los cambios de temperatura no eran el mejor amigo de un avión en pleno vuelo, con ello se veía afectado el incremento de los accidentes aéreos y vuelos retrasados.

Acomode mis medias un poco y al corregir mi postura mis ojos se fijaron en el cinturón sencillo de color blanco que tenía. Era obligatorio llevarlo, pero este no tenía que tener adornos.
Los tacones pequeños sin adornos y de tacón suave. Por último, tome el bolso para guardar algunas cosas que necesitaba llevar de emergencia.

Me acerqué al amplio espejo que había en la habitación para asegurarme si el maquillaje estaba bien y de que todo estuviera en su lugar. Sonreí al verme al espejo y sentirme linda, pocos días amanecía con esta sensación. Tenía un maquillaje suave y lindo. Contaba con una base color crema, un delineado de cejas  y de ojos fugaz. Sombra clara, con un destello juvenil, por último un rosa pastel adornaba mis labios de una manera natural.

Con todo listo camine hacia mi Trolleys, lo tomé entre mis manos y me camine a la entrada.
Made me esperaba en el estacionamiento junto al chófer que nos conduciría al aeropuerto. Cuando llegué subí al auto encontrándome con Lucía, era jefe de cabina y junto a ella se encontraba Mark. Me sorprendió al verlos a ambos dentro, Al parecer también necesitaban a un piloto dentro del personal y así fuimos contratados todos juntos.
Saludé de la manera más amable a todos y me perdí en la vista que había en el gran ventanal del automóvil, era mejor pensar en otra cosa y calmar los nervios que viajaban dentro de mi cuerpo desde la madrugada. Los días habían pasado rápido y sin haber lo visto ya nos estábamos dirigiendo al aeropuerto.

Cuando bajamos ordene mi cabello.
Tenia una rara costumbre de acomodarme la ropa o el cabello, o  jugar con mis dedos cuando estaba nerviosa, y eso a veces muchas personas lo mal interpretan pensando que me creía mucho. Una de esas personas fue una compañera de otra aerolínea, quién me miraba desde lejos con una cara de pocos amigos.
Le di una pequeña sonrisa y camine junto con mi equipo hasta llegar a los estacionamiento de los aviones.

Solté mi maleta al ver el un avión hermoso frente a nosotros. Me gire con una clara expresión de sorpresa hacia donde made y ella me respondió riendo. El Jet era de color blanco con destellos gris en las dos alas y la mitad de este. Sus turbinas tenían un color más oscuro al del avión en general. Este tenía un pico largo, aproximadamente nueve ventanas a cada lado; y para resultar más hermoso a la vista humana, la luz del sol reflejaba en el de manera angelical, opacando la vista de más de una persona. La escalera caía hasta el suelo, invitándonos a pasar a unos de los más lujosos y espectaculares espacios. 

Nos adentramos a este con rapidez, era clara la emoción de cada uno de nosotros, y si por fuera poco también era una maravilla por dentro. 

Dos cómodas y amobladas sillas gris oscuro adornaban la entrada, una mesa en el centro con base del mismo color pero la superficie era de un material muy fino pero suave, una madera brillante. La mesa dividía las dos sillas de otras dos con el mismo detalle colocado a la perfección. Al lado izquierdo de estas estaba una estantería con adornos al lugar, todo donde debe estar. En la parte de atrás se podía similar una especie de círculo con cuatro sillas. Detrás había un pared de madera que dividía las sillas, a un cuarto pequeño, pero cómodo. Una cama del lado derecho especialmente para una persona, de color blanco y  a su izquierda una silla, pero está vez del mismo color que la cama con una pequeña mesa enfrente.

- ¡Esto es una maravilla! - exclamó con asombro Mark - 

- No tengo duda de eso - confirmé.

- Esto debió haber costado un dineral - susurro made.

- Se ven tan cómodas las sillas - hablo Lucía 

- Buenas tardes jóvenes.

Los cuatro dejamos de tocar lo que había y volteamos con rapidez cuando  una voz un poco gruesa y apagada se llevó nuestra atención. Un señor alto con ligeros cabellos blancos en su cabeza y cuerpo formado estaba frente a nosotros. Se veía de edad, pero también su físico lo hacía lucir un poco joven. Era un hombre atractivo. - Me presento. Mi nombre es lee Dong-wook - se presentó y todos hicimos una reverencia a su persona. 

Mis ojos inmediatamente viajaron a su uniforme de piloto el cual le quedaba un poco grande, en sus hombros tenía bordado cuatro franjas de color amarillo que nos revelaban que era un piloto o capitán al mando de la nave. Mark contaba solo con tres franjas del mismo color lo que quería decir que él era el copiloto.

- Mucho gusto señor lee. Mi nombre es Mark, ella es ___ - me señaló y sonreí - Madeleine y Lucía - Mark se tomó la molestia de presentarnos a todos.

El señor se nos quedó mirando un rato a nosotras con confusión. Igual era de esperarse ya que las tres éramos latinas, bueno dos, porque Lucía era coreana solo que tenía algunos rasgos latinos por su madre. Pero tiempo después cambió su expresión y nos regaló una sonrisa para luego hablar.

- El señor Park vendrá en algunos minutos - Miro su reloj.

Mire a made y ella río cómplice.
No. No podía ser cierto. Park... ¿Park Jimin sería el dueño de este jet? Imposible. Ese apellido era muy común en Corea, no quiere decir que sea hombre.

Simplemente no puede ser el.

El nerviosismo que se había perdido hace poco volvió a flote, y con ello el sudor y la debilidad en mis piernas, trate de estar lo más normal posible pero la resequedad en mi boca y la falta de oxígeno hacían que mi cuerpo fallará en la actuación. Camine con disimulo hacia la cocina para beber un poco de agua y lograr calmarme.

Vamos ___ no puede ser el mismo, hay muchos park en corea para que esté justo sea el mismo señor que invadió tus pensamientos y tus más horribles sueños desde su aparición. Rogaba por lo más preciado que tenía que eso no ocurriera. 

- ¿Park Jimin? - escuché a made preguntar.

Con rapidez camine hacia ellos nuevamente para escuchar la respuesta del señor Lee.

- El mismo.

Me agarré a la silla cuando mi talón se dobló.

Trolleys: las maletas de las azafatas

 

:) :)