Abrí mis ojos sintiendo mis parpados pesados, apenas eran las seis de la mañana pero tenía que preparar todo si no quería que mi madrasta se enojara, me levante y me dirigí hacia el baño abriendo la llave de la ducha, me quite la ropa y entre sintiendo como el agua fría golpeaba mi piel de color crema, tome el champú entre mis manos y lo aplique a mis hermoso cabellos rojizos mis ojos eran de un tono esmeralda que hacía perderse en el.
Mi nombre hace mucho que nadie me llama por él, todos suelen decirme ceniciento, si ese apodo es horrible pero bueno si tengo que comenzar con esta historia es importante que lo sepan me llamo Daniel, y soy un joven muy apuesto o bueno eso es lo que pienso, ya que mis amigos siempre me lo dicen.
Suelto un suspiro recordando a mi padre, y sin más salgo del baño viendo a mis pequeños amiguitos roedores, no puedo evitar esbozar una sonrisa mientras bajo a preparar el desayuno, tome tres bandejas y en cada uno puse una pequeña taza coloque tres plato donde coloque los huevos fritos al igual que una tostada, tome una taza más grande llena de café y con pasos lentos subí a las habitaciones de mis hermanos.
Entre inseguro a la primera donde se encontraba mi hermano Samuel el más insoportable, coloque la bandeja en una péqueña mesita mientras abría las ventanas este se removió y dejo a la vista su hermoso cabello negro sus ojos eran de igual color si no fuera por su mal carácter y lo cruel que era conmigo sería lindo.
- Así que ya trajiste el desayuno Zorra- olvide comentar que tiene un lenguaje obsceno cuando se trata de mi, suspire y trate de ignorarlo la última vez que le contesté su madre no me dejo comer por un día entero y no quería pasar por esa experiencia otra vez.
- Buenos días señorito Samuel- dije tranquilamente mientras buscaba salir lo más rápido de esa habitación, cosa que fracase miserablemente este se había parado interrumpiendo mi huida.
- Dime ceniciento hoy estoy de buen humor por qué no me ayudas- dijo señalando un bulto entre sus pantalones, no pude evitar sonrojarme por la propuesta de mi hermanastro.
- Dame permiso Samuel tengo que ir a despertar al señorito David y a su madre- dije manteniendo la compostura este bufo molesto y me dio paso, Salí de su habitación incomodo luego de saltar al sentir como este me daba una nalgada, me sonroje y me apure a entrar en la segunda habitación.
Al igual que en la anterior habitación, deje la bandeja en la mesita que ahí se encontraba para luego abrir las ventanas, esto iso despertar a David que era el hermano mayor de los tres, a diferencia de Samuel el tenia él cabello rubio y sus ojos eran de un hermoso azul como el mar.
- Buenos días- susurro David mientras esbozaba una sonrisa- gracias por el desayuno- susurro quedito el mayor, a diferencia de su hermano él nunca me trato mal al contrario era bueno y amable claro siempre y cuando no estuviera la bruja de su madre o su hermano presente, que era siempre así que era bueno conmigo solo en las mañanas.
- Buenos días y de nada- murmure con una sonrisa en los labios este solo se removió y tomo entre sus manos la bandeja.
Salí de la habitación y entre en la de la bruja mayor ups digo en la de mi madrastra, solté un suspiro y repetí lo mismo que hice en las demás habitaciones, mire a mi madrasta esta tenía el cabello negro con canas blancas que cada vez se hacían más notorias, sus ojos eran dos posos negros que me miraban con superioridad arrogancia, su sonrisa bueno nunca la vi siempre era seria y fría, como mi padre se pudo enamorar de ella eso mismo me lo pregunto yo ni que la vieja esa fuera la ley en la cama o la mejor del mundo que se yo.
- señora le traje el desayuno- informe recibiendo un ademan con su mano, me trague mi orgullo y camine directo a la puerta, un grito me sorprendió para luego ver como entraba un furioso Samuel seguido de un David que suspiraba reprobatoriamente pero al ver a su madre se compuso.
- Todo esto es tu culpa ceniciento mira madre me coloco una rata en mi taza de café me quería matar-gruñe furioso mientras una sonrisa maliciosa se le posaba en los labios, gruñí por lo bajo y trate de mantenerme sereno.
- Me puedes explicar que tratabas de hacerle a mi preciado hijo sucio sirviente- les comente que me tratan mas como un sucio perro, que como su hijastro pues sí, esa persona es mi “queridísima” madrasta.
- señora no es lo que parece lo juro yo no quería hacerle nada al jovencito- se que suena estúpido siendo yo el menor, pero que mas opción tengo no quiero morir de hambre.
- Mientes eres un avaricioso seguro querías matarme para quedarte con mi habitación, pero escúchame bien sucia perra eso nunca sucederá- gruño Samuel mientras me empujaba.
- Samuel ya te he dicho mil veces que no uses esas palabras tan obscenas- regaño mi madrastra para luego girarse y mirarme- y tu mejor será que vallas al pueblo y hagas las compras cuando regreses tendrás un castigo- gruño suspire pesadamente y sentí como un nudo se instalaba en mi garganta.
- Madre puedo ir también tengo cosas importantes que quisiera comprar- pregunto David haciendo que me relajara, si él iba podría ayudarme atraer las cosas claro aun que cuando tuviéramos cerca de la casa este me las devolvería.
- Está bien puedes ir pero procura llegar temprano- el asintió y me acompaño a la puerta escuche la pequeña risa de Samuel y me contuve de no devolverme y plantarle una fuerte cachetada.
- Estas bien- pregunto algo preocupado David yo solo asentí cabizbajo no tenía muchas ganas de hablar- lo siento por mi hermano, él a veces actúa un poco ya sabes inmaduro- comento mientras acariciaba mis cabellos él era tan diferente, no pude evitar sonreírle y con un poco mas de ánimo comenzar a caminar al pequeño pueblo.
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Ceniciento
Short StoryCeniciento es la historia de un joven que es maltratada por sus crueles hermanos, luego es rescatada por su hada madrina que le ayuda ir al baile, y luego se casa con su adorable príncipe azul. Si claro como no esa historia es una vil mentira...