Capítulo 34

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Andrew vuelve a mirar su pierna, que se está moviendo ligeramente, parecería un pequeño temblor, si el, no lo pudiera controlar, mira a Antonella que también sonríe ilusionada, ambos se miran y bajan su vista hasta la pierna de Andrew, los dos están llorando de felicidad, el, no quiso demostrar delante de nadie lo afectado que estaba o el dolor que sentía, por lo que creía perdido, ahora pensar que todo volverá a ser como antes lo tiene eufórico.

Andrew no puede contener su alegría, levanta sus brazos y con sus manos atrae el rostro de Antonella y la besa con locura, sus manos acarician las mejillas de ella, descienden por su cuello hacia sus brazos los cuales acaricia de arriba a abajo con ternura, para terminar de bajar hasta la cintura de Bella y en un acto de total deseo y posesión, abrazarla y presionarla para sentirse, para demostrarle cuanto la desea, ella está igual de emocionada y responde sus besos y sus caricias de la misma manera, transmitiéndole todos sus sentimientos en acciones. Sus besos han subido de nivel, sus manos han acariciado y disfrutado de sus cuerpos, el, se ha sobre pasado en alguna ocasión, sin embargo, ella, no puede ni quiere detenerlo, está tan agradecida con la vida, con Dios, por la vida y recuperación de Andrew, que solo eso le importa, y se deja llevar y hacer por él, quien no pasa de besos y caricias indiscretas, pues sabe que ella se podría llegar ha arrepentir después si el se aprovecha del momento.

-Andrew, creo que debes dormir- dice ella en un susurro, sin sonar convencida de lo que dice

-sí, también lo creo- susurra Andrew si dejar de besarla

-Amor, estás delicado y debes recuperarte, vamos a dormir- vuelve a decir Antonella

-Me encanta que me digas amor- menciona el, mientras la sigue besando por el cuello y sus manos la aprisionan de la cintura, para no dejarla escapar.

-Andrew- Antonella trata de sonar molesta, pero, su voz sale suplicante, lo que, a él, no le ayuda en nada.

-Bella, tus palabras dicen que quieres que pare, pero, sé que mientes, tu cuerpo, me grita que siga y yo soy muy obediente-

Ella ríe, sin dejar de abrazarlo o alejarse, verdaderamente, está disfrutando de estar con él. Antonella lo ve con amor y un toque de lujuria y le dice

-sé que quiero, pero, no es momento, ni lugar, además mañana nos espera un día pesado.

-aguafiestas-

-aprovechado-

-no, eso si que no, si fuera un aprovechado te habría dicho que no podía moverme nada y que no volvería a caminar, para chantajearte y tenerte a mis pies, que lastima que, al estar enamorado, eso me parezca mal y no quiera aprovechar las oportunidades, que bajo he caído, no me reconozco- dice el en juego.

-Andrew, amor, no juegues con eso- lo regaña Antonella

-no crees que por mi buen comportamiento y por no aprovecharme de ti, merezco una recompensa- afirma el, muy seguro y guiñándole un ojo, y después seguir besándola.

- ¿es en serio?, ¿qué te has portado bien? – dice ella levantando una ceja

-ok, bueno, olvida que dije eso, ¿no crees que por arriesgar mi vida por salvar la tuya, merezco una recompensa? - asegura de nuevo Andrew riendo de su desvergüenza.

Antonella ríe a carcajadas por su desfachatez, el, se queda embelesado, observando como ella se ve tan hermosa y tierna al sonreír, no puede creer la suerte que tiene, sin embargo, esa misma felicidad es su mayor miedo, ya que jamás pensó que su felicidad estaría ligada a otra persona, a la felicidad de otra persona, ya que verla sonreír lo hace feliz. Ella ve como el, se ha quedado serio, ella deja de reír y lo mira con algo de preocupación.

AntonellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora