Parte 3: Un mal comienzo

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Habla Juliana

Aun con la señorita Carvajal en brazos caminaba de un lado a otro nerviosa, sin saber que hacer y las demás alumnas hablaban todas a la vez.

- Por favor, no pierdan, la calma, no se alteren – mirando de nuevo a Valentina – no pierdan la calma, yo la voy a llevar a enfermería y ya vengo – mientras caminaba hacia la salida les dije que se comporten – no quiero quejas de nadie.

Al voltear a ver a Valentina y ver que estaba muy bien que no estaba desmayada, me di cuenta lo que había sido, esa muchachita me había tomado el pelo, no lo podía creer. La solté y todas las alumnas empezaron a reírse. Yo me tomé la cabeza frustrada por lo sucedido, no lo podía creer, mientras veía que la señorita Carvajal se reía de mi cara.

- Se cree muy graciosa no – dije cuando se acercaba a mí.

- Eso dicen – respondió con una sonrisa que me enojaba cada vez más – usted tiene sentido del humor.

- Señorita Carvajal – dije impaciente por su actitud, esto definitivamente iba ser difícil.

- Llámame Valentina como todo el mundo, profesora.

Miré al suelo tratando de sacar la paciencia que se me había quedado en casa. Dios no hagas que cometa una locura, porque la que se va a volver loca soy yo.

- Por lo visto, usted es experta en sacar de sus casillas a sus profesores – hizo un sonido con los labios que me molestó aún más – pero conmigo no va a poder.

- Uyyyyyyyyy – todas dijeron al unísono. Dios si ella es difícil, sus compañeras no se quedan atrás.

- Hay no sé de qué me habla profesora, usted es quien no ha hecho más que agredirme desde que me ha visto – caminé un poco lejos de ella, a ver si así me tranquilizaba – primero me vota del salón por un atraso, luego me siento mal, vengo a pedí... - no la deje terminar, porque exploté después de lo último que dijo.

- Usted nunca se ha sentido mal.

- Uyyyyyyyyy – otra vez escuchaba a las alumnas.

- Claro que sí, usted no puede saber lo que mi cuerpo siente – dijo señalándose – ahí justo... ahora otro mareíto – dijo echándose en la mesa, haciendo otro show, respiré hondo para no perder el control.

- Mire vasta... vasta – dije dando un golpe al escritorio – por favor señorita vaya y avísele al supervisor que venga inmediatamente – dije señalando a una alumna.

- Mejor trae una ambulancia – contestó otra.

- Yo creo que necesita respiración boca a boca.

- Si... uh... beso, beso – dijeron al unísono.

- Bueno basta, basta – dije ya molesta por la situación – y usted señorita por favor dejé de hacerse la desmayada – ella seguía haciéndose... como si nada y estaba acabando con mi paciencia.

Al poco tiempo entra el supervisor con la alumna que mandé a buscarlo.

- ¿Qué sucede? – pregunta entrando al salón – Valentinaaaa – dijo asombrada al verla echada encima de la mesa.

- Esta fingiendo – conteste ya molesta.

- No estoy fingiendo – respondió de forma dramática, haciendo que me enfurezca más – me siento pésima... Bueno ahora ya me siento un poquito mejor – se levantó de la mesa como si nada y haciendo puchero para que el supervisor le crea.

- ¿Qué está pasando aquí? – pregunto el supervisor, me acerque para contestar.

- Que la señorita Carvajal, además de llegar 25 minutos tarde, ha fingido un par de desmayos – dije mirando a la señorita Carvajal que me veía con el ceño fruncido – con el único propósito de crear un desorden en mi aula – volviendo la mirada al supervisor – y no lo niegue – dije señalándola nuevamente.

BESOS ROBADOS - JULIANTINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora