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El año comenzaba a progresar y ya había pasado una semana desde que Roseanne se incorporó en la clase. Las personas comenzaron a dejar de insistir tanto con ella, al menos nunca la molestaban cuando Jisoo estaba cerca, sólo dos chicas se acercaron y al no sofocar a Roseanne y obtener la aprobación de Jisoo en poco tiempo, se terminaron volviendo amigas.
Jisoo no hablaba mucho, pero sí que sonreía cuando Lalisa lanzaba una broma o cuando se peleaba con Jennie en el almuerzo, tirándose comida de un extremo a otro.
Roseanne comía siempre al lado de ella en los almuerzos, Jisoo era la primera amiga que tuvo en la nueva escuela, y para la pelinegra, Roseanne era la primera amiga que tenía en toda su vida. Se habían vuelto inseparables, como carne y hueso, Roseanne hablaba mucho más que Jisoo, pero aunque hubiesen silencios de varios minutos, el ambiente nunca se volvía tenso o incómodo, de hecho eran los más reconfortables silencios para ambas.
—Jisoo-yah.
Jisoo le dio un mordisco a su pan antes de levantar la mirada con una miga en la comisura de sus labios, que quitó en un momento con su dedo, Roseanne la miró angustiada y preocupada, jugando con sus dedos.
—Se acercan los exámenes y realmente no sé qué hacer. La materia no me entra en la cabeza por más que lo intento. Necesito ayuda, Jisoo-yah.
La pelinegra la miró, pensado que era una broma. Jisoo tenía buenas calificaciones, pero tampoco eran de maravilla como para poder ayudar a alguien más a estudiar. De hecho Jisoo ni siquiera estudiaba, tan solo le pedía prestados los apuntes a la delegada de clase y los leía minutos antes de los exámenes. No era responsable para nada, de hecho se podría decir que tan solo la suerte estaba de su lado.
—Por favor...
Roseanne le hizo ojos de súplica, como un tierno cachorrito y Jisoo luego de darle vueltas al asunto, y otra mordida a su pan, no pudo negarse y terminó aceptando.
— ¿Iremos a la biblioteca?
—No creo, Jisoo-yah, mañana es día viernes y la cierran temprano.
— ¿Entonces a dónde iremos?
—Puedes venir a mi casa, si así lo deseas.
— ¿A tu casa? No quiero incomodar.
—No vas a incomodar, boba, además mis padres nunca están en casa, será divertido tener algo de compañía.
—Ya veo.
— ¿Siempre eres así de tosca?
— ¿Eh? No...no lo sé.
Roseanne soltó una risilla y Jisoo bebió de su jugo de manzana, el pan ya se lo había terminado hace ya bastante tiempo. La castaña se levantó de la mesa del comedor y Jisoo la siguió más atrás, faltaba poco tiempo para que tocaran el timbre.
Caminaban por los pasillos, sin poder ver que una de ellas estabasonrojada y la otra, nerviosa como nunca.
