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El siguiente día Roseanne llegó a clases, Jisoo no se pudo sentir más aliviada. Pero ocurrió algo. Cuando fue a abrazarla, Roseanne se apartó y no dejó que lo hiciera. Jisoo se preocupó nuevamente, sus ojos se veían hinchados y rojos. Pensó que quizá se había enfermado, cuando Roseanne se enfermaba le pedía a Jisoo que no se le acercara demasiado para no pegarle el resfriado; Jisoo incluso recordaba haber bromeado diciéndole que le gustaba el resfriado. La pelinegra supuso que era eso nuevamente y la dejó ser, en un tiempo más se le pasaría.

Pero al día siguiente tampoco quiso abrazarla. Al siguiente le intentó dar un beso pero Roseanne corrió el rostro. Al siguiente ni siquiera le dirigía la palabra, la ignoraba completamente. Al siguiente ni siquiera la miraba. Y al siguiente, y al siguiente y al siguiente. La estaba ignorando y eso a Jisoo no le agradaba.

Llegó un punto en el que la pelinegra no lo soportó más, Roseanne sin duda estaba molesta con ella, toda la semana ignorándola completamente, hasta el día viernes.

Se supone que el día viernes Jisoo iba a su casa, se lo había prometido la vez pasada, pero cuando terminaron las clases, Roseanne se fue sin más, sin siquiera despedirse. Jisoo corrió para alcanzarla, no sabía qué le ocurría, pero lo iba a descubrir ahora. Le agarró el brazo con toda la fuerza que pudo, no quería que se fuera así como así.

—Suéltame.

Roseanne ni siquiera volteó el rostro, solamente tiraba su brazo para zafarse, pero Jisoo seguía apretándolo con más y más fuerza.

—No te voy a soltar hasta que me digas qué te ocurre.

Roseanne dejó de forcejear, pero no dio vuelta a la cara.

—No me ocurre nada, suéltame.

Jisoo tiró su mochila al piso, le hacía mucho peso en la espalda, y no era situación para llevarla.

—Me has estado ignorando todo este tiempo. Quiero que me digas qué ocurre para solucionarlo, no puedo estar sin ti.

Roseanne se rio.

— ¿Qué no puedes estar sin mí? No bromees. ¿Sabes lo qué ocurre? Eres una idiota, insensible, mentirosa. No quiero hablarte, no quiero volver a verte. Me siento usada, una vez que te saciaste te fuiste con otra persona. ¿Ese es tu verdadero yo, Jisoo?

La pelinegra soltó un poco la fuerza que ejercía en el brazo de Roseanne y tragó saliva.

— ¿De qué hablas?

Roseanne se intentó zafarse de nuevo, sin éxito.

— ¡Sabes perfectamente de qué hablo! Tú y la delegada. Hicieron eso. Me usaste hasta que alguien mejor llegó. ¿Sabes lo mal qué me siento?

—No, eso no es verdad. Escúchame, Roseanne.

—No quiero escucharte.

—Tienes que hacerlo, por favor.

— ¡He dicho que no te voy a escuchar, mentiros-...!

Jisoo tiró del brazo de Roseanne y la agarró de la cintura, la atrajo hasta ella, dejándola pegada a su cuerpo, y sin demorarse ni siquiera cinco segundos, le plantó el beso más honesto que le había dado en toda su vida.

—Suéltam-...

Roseanne se intentó salir de los brazos de Jisoo, pero no pudo, terminó cayendo ante sus encantos y el dulce sabor de sus honestos labios.

—Necesito que me escuches. Que confíes en mí. No le creas todo lo que te dijo. La otra vez, en deportes, nos vio. Cuando me mandó a llamar me extorsionó, dijo que si no le daba un beso te iba a hacer daño. Yo no sabía qué hacer. No quería que te dañaran. No quería que te alejaras de mí. Y ella... ella simplemente cambió todo a su favor. No la he tocado. No la he deseado como te deseo a ti. Créeme por favor.

Jisoo comenzó a derramar unas lágrimas que no quería derramar y Roseanne las limpió con su mano derecha. También derramó unas cuántas lágrimas y la abrazó con todas sus fuerzas.

—Confío en ti.

La pelinegra sonrió pequeño y la volvió a besar, hasta que Roseanne se separó.

—Espera, Jisoo, nos están mirando todos.

Jisoo no hizo caso y la agarró de la cintura aún más apretado, se dirigió a su oído y le susurró.

—No me importa. Que todos sepan que eres mía, y que todos sepan que yo soy tuya.

Se acercó a su cuello y le hizo cosquillas con la nariz.

—Y que también sepan que este cuello es mío.

Roseanne le sonrió y se separaron, todos las miraban, algunos felices,otros extrañados y alguien celosa, pero no les importaba. Tomaron sus cosas y se marcharon, esa tarde la iban a pasar juntas viendo la película que no pudieron ver la otra vez.



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CLASSMATES || CHAESOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora