Iba caminando sola bajo la suave lluvia, amaba caminar en la lluvia, no sé porque pero de alguna manera despejaba mi mente, me hacia pensar y eso me gustaba mucho. Así que allí iba yo, las personas con paraguas me miraban extraño y eso me hacia gracia, ellos no sabían lo que se perdían.
De repente sentí que la lluvia ya no caía mas sobre mi, me di vuelta y había un chico protegiéndonos de la lluvia con un paraguas.
-¿Qué haces? -pregunté molesta
-Es que te ví sin paraguas y yo... sólo quería ser amable -respondió sorprendido de mi reacción
-¿Qué? ¡No! me gusta la lluvia -le aclaré -saca esa cosa -dije y me aparte de la molesta protección del paraguas
Seguí caminando, pero noté que el chico me seguía así que me di vuelta.
-¡Dios! Deja de seguirme -ya me estaba irritando aquel chico
- Te vas a resfriar si no te secas pronto
-Eso no te importa -dije indiferente
-¿Por qué te gusta mojarte en la lluvia? -preguntó ya alcanzándome y caminando a mi lado
-Que te importa -dije a secas y paré de caminar para mirarlo
-No sé por que te molestas, sólo estaba preguntando -se encogió de hombros, luego cerró el paraguas.
Su pelo empezó a mojarse y luego el resto de él
-¿Que estás haciendo? -me reí, este chico estaba loco
-No sé, trato de comprenderte -dijo como si fuera lo mas normal del mundo
-Eres muy extraño -sonreí y el también lo hizo, luego me di cuenta de que estaba hablando con un extraño- ¿Que quieres?
-Pues... No sé, conocerte supongo -sonrió de lado
-¿Es broma? Eres un completo extraño -dije confundida
-Tu también para mí, por eso quiero conocerte ¿No es obvio?
-Uno no va por la calle conociendo a cada persona que va por la calle no es normal, aparte, podrías ser un psicópata o algo así -él se rió
-Te aseguró que no lo soy, ahora, podríamos ir a tomar un café o algo... Me estoy congelando aquí -lo miré un segundo, como tratando de ver alguna mala intención en la mirada, pero no encontré nada, sólo un par de lindos ojos pardos
-Muy bien, pero quiero avisarte que cuando pequeña tuve clases de karate y no me da miedo usar mis habilidades -lo miré desafiante, pero sólo rió sonoramente
-Lo tendré en cuenta chica ruda -empezó a caminar y lo seguí algo insegura
¿Que me pasa? Desde cuando me hago amiga de extraños que me encuentro en la calle.
Llegamos al café, era muy bonito y había mucha gente, después de todo creo que de verdad no quería secuestrarme ni nada, así que me relajé y lo seguí hasta una mesa que estaba justo al lado de la ventana, nos sentamos y me quedé mirando hacía afuera, la vista era preciosa.
-Así que ¿Cuál es tu nombre? -me preguntó el chico desconcentrándome de la vista
-¿Hmm? ¡Ah! Si, Kaia -me miró y sonrió
-Te gusta la vista ¿verdad? -asentí sonriente -Sabía que te gustaría
-Y tú ¿Como te llamas? -me miró un segundo -¿Qué? -pregunté extrañada
-Nada -miró la mesa y dijo -Noah, me llamo Noah
-Lindo nombre -le confesé y me sonrió luego llegó la mesera y pedimos dos capuchinos de vainilla
La chica tomó nuestras ordenes y se fue.
-¿Que edad tienes? -solté de repente
-Dieciocho ¿Y tú?
-Diecisiete
-No te ves como de diecisiete -dijo jugando con sus manos
-¿Ah si? Y de que edad me veo entonces -pregunté divertida
-No sé, déjame ver -me miro concentrado y me reí -Yo te doy unos... hmm... Treinta, se ve bastante mayor señora -me reí a carcajadas
-¿Treinta? ¿En serio? -dije sin parar de reír
-Pues claro, ¿Como quiere que le diga señora o señorita?
-Estás loco -sostuve mi cabeza con mis manos
-Un poco -sonrió -pero tú no te quedas atrás
Llegó el café y estaba muy rico, seguimos conversando un rato, cuándo terminé mi café ví la hora y ya eran casi las tres de la tarde ¡Dios! Mi tía iba a matarme, salí a las una y prometí llegar a mas tardar a las dos
-¡Mierda! -me paré y me puse la chaqueta
-¿Qué pasa? -dijo levantándose también
-Me tengo que ir -caminé hacia la puerta
-Espera ¿Puedo verte de nuevo? -preguntó siguiéndome
-Está bien- suspire -nos vemos aquí mismo mañana, a las dos pero ahora me tengo que ir, adiós -me fui corriendo, luego de unos pasos miré hacia atrás, se despidió con la mano y le correspondí.
Llegue a mi casa y estaba más que cansada, mi tía estaba en el comedor almorzando y yo ya sabía lo que venía, un regaño monumental me esperaba y no estaba preparada.
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Ok, este fue el primer capítulo espero que les guste ❤
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No te enamores de mi
Подростковая литератураA veces tu vida cambia por completo, y pueden existir muchas razones: una situación, un accidente, el dinero, la pobreza, en mi caso lo que hizo que mi mundo se diera vuelta fue una persona.