Capítulo XXVII

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—No vas a creerlo —me dijo ella mientras nos íbamos a sentar al sillón

—En estos minutos creería cualquier cosa —respondí

Mientras Leah me contaba mi cara pasaba de la sorpresa a la furia. Básicamente Lucas había venido con Valerie pero como Leah no la dejó entrar así que se pusieron a discutir, Valerie entró a la fuerza y una vez aquí en el salón le gritó dios sabe que cosa al Leah y esta se abalanzó sobre ella, pero Lucas la detuvo. Esa era la escena con la que yo me encontré.

—Esa tipa esta loca —dijo Leah al fin y luego de una pausa continuó —Kai, sé que Lucas está arrepentido de lo que hizo ¿Sabes? lo conozco hace mucho y se que ese chico te quiere, pero por favor aléjate de él. Es su hermano Kai y si estás demasiado cerca, ella siempre te traerá problemas

—Lo sé —asentí y luego de un momento me paré —Bueno, a sido mucho drama por hoy, yo me voy a dormir

Estaba por subir a mi habitación  cuando se escuchó la puerta y mi tía entró en la casa.

—Hola niñas

Ambas saludamos, Leah se fue a su cuarto y yo me quedé charlando con mi tía.

—No te preocupes Kai, sólo vengo a buscar algo de ropa

—¿Por qué? ¿Dónde te estás quedando?

—Por ahí, con un amigo

—¿Un amigo has dicho? —ella soltó una risita

—Si, un amigo —la miré levantando una ceja

—No me mires así —recogió algo de ropa y me sonrió —Bueno yo me voy, buenas noches

Salió por la puerta y noté que había un auto estacionado esperándola, me tiró un beso a modo de despedida antes de cerrar la puerta, me reí y negué.

Al día siguiente un mensaje de buenos días de Noah me despertó con una sonrisa, el día pasó tranquilo, al igual que el resto de la semana. Noah había estado yendo a mi casa casi todos los días, veíamos una película o simplemente nos acostabamos a escuchar música, era fin de semana y él me había invitado a su casa ya que sus padres estarían fuera. Me pasó a buscar y ya estábamos camino hacia allá.

—¿Qué te gustaría comer? Podríamos pedir pizza —comentó él

—Hemos comido pizza toda la semana —me reí

—Cierto, entonces podríamos pedir sushi

—¡Qué rico! Si, eso

El resto del viaje lo pasamos "cantando" varias canciones, y digo "cantando" porque nuestras interpretaciones podrían haber echo explotar un pajarito, como en sheck.

Cuando al fin llegamos a su casa Noah se fue a la cocina y yo me quedé en el living, allí ví algunas fotos y me acerqué para verlas mejor. En algunas se podía ver a los padres de Noah, en otras dos niños pequeños jugando —seguramente Noah y su hermano — también pude ver unas con una linda pequeña, y la última Noah con la pequeña de las fotos, la estaba viendo cuando Noah me habló.

—Es mi hermanita —dijo Noah detrás de mi

—Es muy linda

—Se fue con mis padres — me di la vuelta para mirarlo a los ojos —me hubiera gustado que la conocieras —dijo con un tono que me inquietó un poco

—En otra ocasión —reí nerviosa

—Ah... Si, claro —de dio la vuelta en dirección al sillón y se sentó —ya pedí el sushi ¿Qué quieres hacer?

No te enamores de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora