El Rey y la Reina

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Mundo paralelo 2: Actualidad

Kouki se levantó temprano esa mañana, salió de entre las hermosas sedas y así como vestía salió al largo pasillo, recorrió el lugar bajando con sumo cuidado la hermosa escalera de caracol, tocando con las yemas de sus dedos el labrado de la piedra del pasamanos.

Agudizo sus sentidos, buscando ese rico aroma provenir de algún lugar, hasta que dio con un enorme salón con un puñado de personas que corrían aquí y allá. Entro sin mayor ceremonia olvidándolo todo, hasta que dio con el lugar, más específicamente, con la pequeña olla de la que provenía el aroma que le había despertado.

Suspiro los vapores con sumo gusto hasta que el sonido de su estómago fue lo suficientemente fuerte para que la persona a su lado lo escuchara y se percatara de su presencia, acto que basto para que diera la alarma a los demás que se encontraban con él.

—Su majestad— grito el joven lanzándose al suelo, haciendo que los demás copiaran su acto

—Es verdad, ese soy yo—

Realmente Kouki se había olvidado de todo, por la noche no había cenado de tanto en lo que había estado pensando, pero; viéndolo de buena manera era bueno que hiciera acto de presencia. Si Akashi decía la verdad y se parecían en la mayoría de las cosas, su otro yo era buena persona.

— ¿Podrías por favor servirme algo de eso? Tengo hambre—

El joven hizo lo que se le pidió casi a la velocidad de la luz, Kouki opto por sentarse en un pequeño banco que encontró cerca del mesón, volteo a ver al resto de lo que supuso seria la servidumbre y les pidió que siguieran en lo suyo sin prestarle mayor atención y justo cuando Kouki llevaba su primer bocado a sus labios la puerta se abrió de manera intempestiva, viendo todos con asombro a un rey; Akashi, por supuesto, en pijama, despeinado y sobre todo con las facciones más que asustadas, para al segundo ser de furia completa.

—Todos fuera ¡Ahora!—

El grupo salio como almas que lleva el diablo, dejándoles solos mientras Kouki, envalentonado seguía gustosamente comiendo sin importarle la furia del pelirrojo.

—¡Es que demonios estabas pensando! ¡Incluso tu ahora estas en peligro!—

—Mira, si voy a hacer esto; uno, deben de verme, dos; tengo hambre y tres; no se y no me importa—

No es que no le importara su vida o la de su otro yo y su bebe, es solo que estaba tan confundido. Habían tantas cosas que se debían de hacer, tantas cosas que debía aprender si tenia que llevar un papel siendo el mismo pero a la vez no.

Ya la tarde anterior le habían hecho algunos arreglos que; en primera le habían parecido molestos por lo tardado de ellos y después; aunque se veía bien, le hacían sentir... otro, sabiendo que de esa manera seria; otro.

—Mire Akashi-san...— hablo Kouki ya más calmado

—Seijuuro, llevamos seis años casados, ya no me llamas por mi apellido—

—Lo entiendo Seijuuro... es difícil para mí todo esto, solo... solo... — hizo a un lado su largo cabello aun sin peinar, haciendo a un lado la deliciosa sopa —Necesitan decirme todos los detalles, no solo "con tu presencia es suficiente" además, tienes que tener en cuenta mis propias preocupaciones—

—Las entiendo, más tarde te llevare con Chihiro y Tetsuya, han pasado toda la noche estableciendo una conexión segura para que puedas hablar con quién desees, además...—

—No lo entiendo— murmuro Kouki mas bien para sí mismo— He de pensar que, las mimas personas que conocí en mi mundo están aquí y son... ¿Parecidas? Lo siento pero... no quiero hablar ni ver a Kuroko—

LINEAS PARALELASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora