Líneas Unidas

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Especial AoKagaKuro: Mundo paralelo 1


Especial AoKagaKuro: Mundo paralelo 1

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Kagami tenía un dilema.



No.



Tenía un dolor de cabeza por dos dilemas. Aomine Daiki y Kuroko Tetsuya.



Kagami no dudaba del amor que sentía por Kuroko, algo en su corazón había latido el día en el que el muy osado había dicho, lo que le había dicho.



—Soy una sombra. Pero mientras más fuerte sea la luz, más oscura será la sombra. Y cuanto más acentué el brillo de la luz. Yo seré la sombra de tu luz, y te convertiré en el mejor jugador de Japón—



Yo seré la sombra de tu luz.



Si eso no había sido una declaración de amor, no sabía entonces que lo era. Solo le faltó que le diera un balón de básquet con un moño a modo de anillo y un par de hamburguesa y le daba el sí más que seguro.



Pero eso no sucedió.



Kuroko pronto se hizo novio de Akashi y así que tanto el como Furihata se vieron con el corazón más que roto. Luego sucedió el secuestro de su amigo por quien pensaba era su "yo" malvado de otro universo y es ahí donde entro su nuevo dolor de cabeza.



Aomine "Nadie puede vencerme" Daiki.



Entonces tuvo al moreno como compañía, como un pilar en el que sentirse seguro. Fue el moreno quien rió con él, quien le acompaño en su dolor por la pérdida de un buen amigo, quien le apoyo cada que sentía que no podía más al ver al peli celeste y al Emperador juntos. Hasta que claro; anunciaran su tan deseada ruptura.



Fue ahí donde su corazón enloqueció.



Entonces llego esa pelea en el que ambos besuquearan posesivos, dejándole con la sensación de tener las rodillas de plastilina y un enorme problema entre las piernas.



Hundido en sus pensamientos, recordó aquel primer encuentro con el moreno.



—¿Quieres mostrar tu orgullo conmigo? No lo lograras. Te lo dije... tu luz es muy débil—



Oh, esa afrenta, ese llamado a la guerra había encendido esa chispa en su corazón, la de la lucha, la de las ansias por ganar.



—Él es el milagro que no se convirtió en milagro. Y él es la auténtica luz que se topó con la sombra del destino—



Eso había sonado tan cursi cuando Momoi se lo dijo. Y eso mismo había hecho latir su corazón de una forma en la que solo una persona antes lo había hecho. Su rostro enrojeció tanto y tan rápidamente que la pobre peli rosa había creído que moriría pronto.



LINEAS PARALELASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora