05. Ventajas sobre la desgracia.

322 35 20
                                    




05. Ventajas sobre la desgracia.









Con cada paso que dábamos, los demás parecían retener el aliento. Abriéndose paso para dejarnos libre el pasillo, puedo verlos, como algunos bajan su mirada al pasar junto a ellos, así como otros suspiran sin poder ocultarlo. Es extraño, aunque mantenemos está reputación de ser intocables, logrando el temor y respeto de muchos, ellos lo olvidan, enamorándose de alguno de nosotros aún sabiendo lo problemáticos que somos. El amor es una tontería, y ellos son la prueba de esto.






—Akihiko, —Takano llamó mi atención— ¿Sabes si los de segundo ya salieron de Artes?—preguntó, sin detener su andar.


—¿Por qué? ¿Quieres ir tras Onodera de nuevo?—Lo molesté, consiguiendo esa mirada que me divertía tanto. —Esta bien, si, deben estar saliendo en unos minutos— Sonrío.






Sus ganas de atormentar a ese chico, jamás lo había visto antes. Usualmente se cansaba a las pocas semanas, cambiando de objetivo. La actitud que toma, como insiste en cruzarse en su camino y esa infantil manera de molestarlo sin llegar a los golpes, es ridícula. Nunca he sabido porque comenzamos a molestar a ese chico, simplemente sucedió y cuando menos lo esperamos, se había convertido en nuestro único juguete. Honestamente, me tiene sin cuidado aunque cada vez que quiere enfrentarnos, si que se vuelve divertido. —Hazte a un lado, estorbo—vi a Takano empujarlo contra el casillero al pasar, si ellos supieran que venimos de otro edificio solo para cumplir este capricho de mi amigo ¿Qué pensarían?




Me reí, es tonto pensarlo pero si fuéramos unos niños, bien podría decirse que Takano está enamorado de Onodera, siendo está su manera de llamar su atención, una completa ridiculez. Las clases pasaron, y con ellas las horas, todo el día había sido tan aburrido hasta que encontramos a ese castaño a final de pasillo. Sé que ya no deberíamos hacer esto, es decir, somos universitarios pero porque somos universitarios, es nuestra última oportunidad de hacer estás tonterías. —Hey, tu ¡Idiota!—Le grité, viéndolo detener su paso por un momento, reconociendo mi voz, comenzando a correr lejos de nosotros.



Lo seguí junto a Haitani, es una lastima que Takano se pierda de esto. Aunque me tiene sin cuidado a quien molestemos, pienso que este chico se volvió algo especial para los tres. Lo acorralamos, girando a vernos con ese ceño fruncido. Es interesante como no baja la mirada cuando solo estamos nosotros dos, como intenta defenderse a pensar de que sus manos parecieran temblar. —Oh ¡Director!—gritó, levantando sus manos para ser visto por la persona tras nosotros.





Una completa mentira, al voltear fuimos golpeados por el bote de basura, él es interesante. Imposible no acabar con él cuando se comporta de esta manera. —¡Atrápalo!—le grité a Haitani, comenzando la nueva persecución.


Lo que ocurrió después solo logro confundirme, ¿Tanto así lo odia? Aunque, si ese fuera el caso, no logro entender porque ser tan posesivo con Onodera. Haitani y yo esperábamos fuera de los baños tras ser corridos por Takano, la manera en que reaccionó fue algo extraña pero por más que lo piense, no logro llegar a una respuesta. —Oye, recuérdame ¿Por qué hacemos esto?—pregunté.





—Porque es divertido—Tan simple como eso, el pelirojo respondió.





Los siguientes días fueron más extraños que ese momento en particular, día a día podía notar como mi amigo parecía ser más idiota de lo que era. Intenté ignorarlo pero fue imposible evitar notar esa furiosa mirada con la que veía a esa chica que siempre estaba pegada a Onodera, ese fue la primera vez que le hablé—¿Y tú quién eres? ¿Su novia?—y justo ahí pude confirmarlo.


Enemigos de dia, amantes de noche; Sekaiichi HatsukoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora